OPINIÓN. Mascarón de proa
Por Carlos Hernández Pezzi. Arquitecto

13/04/18. Opinión. El arquitecto Carlos Hernández Pezzi recoge en una nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com la asistencia de cuatro ministros del PP al evento de Semana Santa en el que participó el cuerpo militar de la Legión. A raíz de esto, hace una comparación entre Málaga y Valencia y muestra las similitudes de ambas, en lo que a “despilfarro” se refiere...

...“En tanto Málaga sigue dando la nota, más bien infame, de parecer una ciudad servil al gobierno y los casposos de los ministros que cantan juntos, - sean de un signo o del otro -, las excelencias del modelo desarrollista del escaparate malagueño, hay gente empeñada en venir aquí a publicitar a la única ciudad grande que el PP” señala el autor.

Málaga y Valencia, metáforas del despilfarro tolerado

MUCHA gente se pregunta por qué han venido 4 ministros del PP a Málaga, a cantar el "Himno de la muerte" y si esto es o no más grave que poner las banderas de España a media asta el día de Viernes Santo. La cabra de la Legión y sus "coralistas" se han convertido en un argumento de las sobremesas de fin de semana, especialmente fuera de Málaga..., pero también aquí. La primicia de esta columna respecto a ambas cuestiones, se cuenta aquí: la prensa internacional se equivoca. La razón del himno y la del asta son la misma, constituyen la primera entrañable despedida del alcaldable de Málaga, a un año de que se produzca su salida. Es pues, socialmente necesario ofrecer una explicación a estos hechos trascendentes. Incluso comentando sus antecedentes inequívocos, aunque cantaban menos. Esos que podemos recordar en las concentraciones anteriores en el Corpus y en las Fallas, ...cuando Cospedal, Barberá y Camps ejercían de anfitriones de los dirigentes del PP y Rajoy los quería a todos, y salía con todos en la foto.


SI sabemos traducir "legión" por "lista electoral a la que te apuntas y "muerte" por "paso a otra vida", (nada de defunción, ni figurada siquiera), está claro que las circunstancias trágicas de la decisión de Francisco de la Torre, - de jugárselo todo al estilo "final de mandato", a la ruleta rusa -, tienen que ver con la impulsiva letra del himno que le cantaban los ministros en la procesión del Cristo de Mena, en solidaridad con el desconsolado alcalde: "Soy un hombre a quien la suerte/hirió con zarpa de fiera;/soy un novio de la muerte/que va a unirse en lazo fuerte/con tal leal compañera."

TANTA Cospedal agrandando el presupuesto de Defensa y tanto Zoido dando alegrías a tantos y tan calvos, animan al PP a cantar las excelencias del modelo de Málaga. El himno a la alegría malagueña se parece a los de las bandas y caricaturas de los "ninots" de las Fallas, porque aquí se tira más dinero del que se invierte en bienestar social, producción y renta urbana. En Valencia se quemaron millones con la Fórmula 1, la visita del Papa, la feria de Valencia, los millones perdidos en gestión del saneamiento, vivienda protegida y otras pequeñeces. Claro que siempre se pueden deslindar los despilfarros de la Ciudad de Valencia asignados a las cuentas urbanas que se pueden comparar con otras ciudades, de aquellos de la Comunidad Valenciana (sanidad, parques, radio-televisión valenciana (por llamarla así), congresos, promociones, colegios, fiestas, viajes, ...etc., miles de millones de destino incierto), algunos unidos en destino indistinguible con olor a chamusquina, humeando en los costes millonarios de la Gürtel y la caja "B" del PP, que tiene ahora en los juzgados su himno de la alegría. En Málaga, Ciudad del Paraíso no productivo del consumo, tenemos gastos injustificados en compras, museos franquiciados, presupuestos sufragados a mayor gloria de unos poquísimos interesados, con grandes yacimientos de beneficios por aflorar, tolerancias, fraudes de ley, subvenciones y proyectos fallidos, así como truncados convenios urbanísticos, que algunos cifran en más de 180 millones de euros. También nos falta de inversión en obras, saneamiento, drenaje, metro, río y esas cosas. Aquí el negocio se hace en presente, con el "yo me lo guiso, yo me lo como", ...museos, torres, fondos de inversión y publicidad de las marcas; no con las necesidades de infraestructuras o las vistas papales, ya que estas dejarían al descubierto las lacras sociales, la desigualdad y el mal trato a los bomberos y a los ciudadanos malagueños que, probablemente por el clima, se disimulan más que en otros sitios.

EN tanto Málaga sigue dando la nota, más bien infame, de parecer una ciudad servil al gobierno y los casposos de los ministros que cantan juntos, - sean de un signo o del otro -, las excelencias del modelo desarrollista del escaparate malagueño, hay gente empeñada en venir aquí a publicitar a la única ciudad grande que el PP, - con un guión anacrónico -,  maneja a sus anchas como "caso de éxito"; eso sí, con el apoyo sobrevenido de C´s que no para de alabar la gestión de sus mayores en raigambre local de derechas.


OTROS tenemos la tarea de clamar que estamos hartos de que se nos trate, no como dignos ciudadanos, sino como explotados sirvientes; desmontar la idea de que hacemos filigranas por un desfile procesional, arropado por capullos cantando llenos de velas y medallas, dando golpes de pecho y de campana: Exigir que no nos traten como si nos alegrara que los políticos vengan y se vayan "de rositas", regalando nuestro patrimonio a los jeques, - que no dan ni la hora ni las gracias -, por explotar la "marca" Málaga, lo más que se pueda.

DE vez en cuando, más que entonar el mea culpa, hay que hacer autocrítica. No hay por eso que admitir que no tenemos el ayuntamiento que nos merecemos: Tenemos uno, registrado, competido y compartido por las marcas, - esas que sufragan con gusto lo que sea -, con tal de que vengan los ministros a cantar al alcalde y le deseen el paso a mejor vida, sin perder por eso ni el puesto de las listas, ni el paso marcial de la legión.


DESEAMOS lo mejor de la vida civil para nuestro ínclito regidor: Que vuelva a casa lo antes posible y con mejor salud que la que tiene. Más o menos lo que dice la canción...

"CUANDO, al fin le recogieron,/entre su pecho encontraron/una carta y un retrato/ de una divina mujer.//"Y aquella carta decía:/"...si algún día Dios te llama/para mí un puesto reclama/que a buscarte pronto iré".

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