“En Málaga asistimos al hundimiento del PP y del equipo del alcalde Francisco de la Torre, que recuerda un poco la película, -tan aclamada y tan traída a colación-, que protagonizaba Bruno Ganz”

OPINIÓN. Mascarón de proa
Por Carlos Hernández Pezzi. Arquitecto

22/02/19. Opinión. El arquitecto Carlos Hernández Pezzi reflexiona en su  nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el hundimiento del alcalde de Málaga, Paco de la Torre y su equipo de gobierno, y sobre la falta de una figura política que de verdad represente el cambio que pide la ciudadanía. “Ahora y aquí, con el alcalde "censurado" sin moción de censura...

...con el pacto PP-C´s "roto", sin ruptura, no se ve quién pueda liderar un cambio desde la ciudad desarrollista a la metrópoli social, cosmopolita y transversal. Cambio a una modernidad no propagandística, de perfiles laicos, liberales, con acciones sociales y acciones contra la desigualdad, contra el cambio climático”, advierte Hernández Pezzi.

El hundimiento

MIENTRAS la izquierda deshoja las múltiples margaritas, en forma de siglas, confluencias, convergencias, concomitancias, mareas, resacas, oleajes y desavenencias comunes por toda España, en paralelo a su indefinición acerca de lo que la mismísima España es, - o parece ser -, en Málaga asistimos al hundimiento del PP y del equipo del alcalde Francisco de la Torre, que recuerda un poco la película, - tan aclamada y tan traída a colación -, que protagonizaba Bruno Ganz, recientemente fallecido. Ahora y aquí, con el alcalde "censurado" sin moción de censura, con el pacto PP-C´s "roto", sin ruptura, no se ve quién pueda liderar un cambio desde la ciudad desarrollista a la metrópoli social, cosmopolita y transversal. Cambio a una modernidad no propagandística, de perfiles laicos, liberales, con acciones sociales y acciones contra la desigualdad, contra el cambio climático. Sólo la desestructuración viralizada del último mandato del alcalde y la deconstrucción teledirigida de su patriarcal autoridad inveterada, van quedando como restos del naufragio. Sólo se vende el período de fracasos, del que destacan sobre todo los museos y los cruceros, los sueldos de los cargos de confianza, la rutina. Los grandes problemas de la ciudad siguen aplazados desde 2011 hasta ahora. Sólo tres meses antes de la convocatoria de elecciones y sin esperanzas de que pueda recuperarse el ayuntamiento para una izquierda progresista, populista de izquierdas, o municipal confluyente, se hunde en su soledad el equipo de gobierno, se pierden las alianzas políticas que parecían reforzadas con el pacto andaluz de derechas, se imputa a sus concejales clave (urbanismo, vivienda, ordenación del territorio, accesibilidad, servicios operativos, playas, fiestas, distritos 5º y 6º), se despeja el proceso del concurso del CAC y se expande la idea de que estamos ante el final de una época que el alcalde ejemplifica a la perfección: Sin "manzanas verdes" ni convenios, urbanísticos, sin centralidades urbanas, sin intervención en el río Guadalmedina. A las casi seguras defecciones de su lista de favoritos, afectados por las imputaciones del caso de las Villas del Arenal y el descrédito de su gerente de urbanismo, envuelto en pesquisas por irregularidades varias, se suma el regidor, acudiendo al desgastado recurso de las ruedas de prensa sin preguntas. Se estrena copiando el eslogan a Más Madrid (de Manuela Carmena e Iñigo Errejón) y usurpando los colores y formas del antiguo logotipo del "corazón" a Unidos Podemos (casi, porque el de de la Torre se parece al de helados Camy, o al "corazón partío" de Alejandro Sanz). Se le escapan con Bendodo los concejales más astutos para abandonar el barco y se va quedando el duradero munícipe más sólo que la una. Ni siquiera cuenta ya con el apoyo de Paulino Plata, que le deja en manos de Carlos Rubio y de Daniel Pérez, - su desvalido valedor en la Torre del Puerto -. Ya no le queda ni la gestión despótica del arte, cambiando aires a Sevilla, - quién se va pierde la silla -, a gozar de las siempre renovadas tradiciones conservadoras de Andalucía.

UNA gran pérdida para los que pensaban que los alcaldes pueden ser eternos y siempre objeto de nuevas reencarnaciones, con el apoyo de los medios, la modelización de una Málaga inventada que causa furor más fuera que dentro y que llama la atención por lo endeble de su urbanismo, sostenibilidad, calidad de vida y medio ambiente. La ausencia de inversiones a futuro de infraestructuras básicas de comunicaciones, agua y energía deja la dependencia física de la ciudad capital de la Costa del Sol en la mera banalidad del muestrario de escaparate que es ahora. La vulgaridad temática y la gentrificación de la población residente, están destinadas a las periferias del escenario circense de Don Francisco, ya que el refectorio hostelero ocupa todo el espacio público y coloniza la mayoría del sector servicios. Eso sí, con el general beneplácito de las derechas empresariales de las zonas acústicas (y urbanas) saturadas (ZAS), de perfil tendente al oligopolio. Grupos beneficiados por su legado, que ahora se va quedando en cueros, enseñando sus muchas carencias y vergüenzas. Del lamento por la falta de suelo terciario, productivo y de oficinas, - deseable para que la ciudad pudiera vivir algún día de sí misma y no tanto de las franquicias importadas o de los volubles turistas -, pasamos al quejido por el "modelo" perdido, ese que tan bien representaba en su día el inoperante alcalde desarrollista ahora en caída libre. Mientras, en Nueva York trabajan contra la gentrificación desde el impulso vecinal contra Amazon, con el liderazgo opositor de Alexandria Ocasio-Cortez (AQUÍ), aquí damos facilidades a cualquier cacique.

NINGUNA alternativa parece buena. Si gana, porque lo hará sin fuerza para una mandato renovado. Si fracasa, porque no hay liderazgo alternativo previsto que lo vaya a sustituir. No hay líderes que sean capaces de unirse en una agrupación, candidatura, o en torno a unos partidos para acabar con la descomposición del gobierno conservador. Para defender una ciudad que aproveche alguna de las vertientes punteras, como el arte, la tecnología, la industria de la cultura, el cine, el audiovisual o la economía verde. Industrias que se encuentran aquí en pañales. No son defendidas desde el PSOE, que se ha mostrado de acuerdo con las decisiones inmobiliarias y desarrollistas del alcalde, sin criticarlas, o proponer otros planteamientos para las personas, los servicios públicos, o el desarrollo turístico sostenible.

SE diría que estamos en el último peldaño, aunque aún a tiempo, para revertir esta situación. A algunos líderes nacionales de izquierdas les interesan tan poco los comicios locales, como lo común de España, sea en la forma constituyente, o mediante la asunción acrítica la prostitución de la legalidad constitucional, que ofrecen los del "derecho a la autodeterminación". De las batallas por el diálogo de los demás, se pasa al diálogo de sordos en el interior de los colectivos y de los partidos afectados por el lenguaje de signos ¿? Además está mal visto que se diga que estamos necesitados de liderazgos a contracorriente del pensamiento único de la izquierda hegemonizada por aparatos fósiles que tienden a la expulsión de los disidentes antes que a su integración e inclusión.

EL problema de fondo es que la mayoría del pueblo español necesita urgentes cambios de discurso y de liderazgo. Málaga no es una excepción. Es una pena, pero no es un hecho irreversible. Habrá que hacer algo para cambiar este marco.

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