“Málaga es la ciudad del paraíso precario. Una enmienda a la totalidad a Vicente Aleixandre que no reparan ni la alfombra roja ni el glamour de Antena 3 TV, ni el enamoramiento del alcalde con el cargo, ni la carga de la ciudad precaria por antonomasia, donde los millones se emplean en los ejecutivos públicos y no en la igualdad urbana que debería ser su seña de identidad”

OPINIÓN. Mascarón de proa   
Por Carlos Hernández Pezzi. Arquitecto

22/03/19. 
Opinión. El arquitecto Carlos Hernández Pezzi reflexiona en su  nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com reflexiona sobre “la ausencia de crítica de las alternativas de izquierda tras el fracaso de las elecciones autonómicas y la descomposición socialdemócrata, siempre resuelta a no perder el carro de la añorada alternancia, no han dado como resultado...

...un discurso y un liderazgo claro de la ciudad que queremos. Por el contrario, parece que estamos tan empeñados como el alcalde en que sigamos en el "más de lo mismo".

Inasequibles al desaliento

HAY que reconocer que las derechas siguen las directrices de Franco: Son inasequibles al desaliento. Diezmados por las bajas, imputaciones, las rupturas de pactos y liderazgos, manteniendo políticas o costumbres inalteradas contra vecinos y barrios como el Centro Histórico el vigésimo cuarto año de De la Torre en el Ayuntamiento de Málaga sigue, contra viento y marea, ante la estupefacta mirada de la adormecida población y el escaso reflejo de las reiteradas críticas de la denominada oposición, que sirve de mullido colchón al alcalde más pródigo en fracasos urbanísticos disimulados por la propaganda subvencionada de la historia reciente.

A los malagueños, -resignados como los españoles en general-, a que todo pueda ir a peor, siempre que no les dejen decir abiertamente lo que piensan, votando, no les ha bastado con el 2 de diciembre de 2018 y el ascenso inesperado por el CIS de la derecha andaluza, las grandes previsiones de incumplimiento de las propuestas conservadoras de regeneración y el olvido de los objetivos de la ciudad sostenible que Málaga, inaplazablemente, debería llegar a ser. Al 28 de abril (28A) le desean un azaroso desarrollo y al 26 de mayo (26M) un proceloso resultado envuelto en el separatismo de los mentirosos y en las mentiras de los nacionalistas españoles. Y no sólo esto, sino que, pese a las manifestaciones feministas y climáticas, los locales parecen añorar un mandato último del regidor y, si es inevitable, que este venga acompañado de sus secuelas de destrucción creativa, construcción en altura, demolición de patrimonio y exclusión de las capas populares de precarios de la vida política.

LA ausencia de crítica de las alternativas de izquierda tras el fracaso de las elecciones autonómicas y la descomposición socialdemócrata, siempre resuelta a no perder el carro de la añorada alternancia, no han dado como resultado un discurso y un liderazgo claro de la ciudad que queremos. Por el contrario, parece que estamos tan empeñados como el alcalde en que sigamos en el "más de lo mismo". La sorpresa de un cambio en las elecciones municipales, generales y europeas sólo puede venir de una alta participación en las votaciones que, hoy por hoy, no se ve venir de ningún lado. Al menos lo que se observa del boca a boca y de la falta de implicación ciudadana con los problemas urbanos. Y es que la desgana o la galvana, la pereza, el desprecio de la política y sus representantes, -aunque algunos ejerzan dignamente su función, todos van al mismo saco-, comporta el desprecio a los objetivos de ciudad y al cambio que algunos consideramos más que necesario para que Málaga deje de ser la ciudad de la fiesta subvencionada del turismo "cultural". Es difícil si esto se desarrolla así, que Málaga pase a tener algún elemento de producción que asegure su precario futuro, en lugar de afianzar la propaganda en la que nos han sumergido para general regocijo los populistas concejales del PP y su poderosa maquinaria administrativa comprado con sueldos y años de privilegios o de compartir la jubilación prorrogada hasta que el alcalde lo permita.

NI comisiones de investigación, ni alto descrédito, ni desavenencias en los pactos parecen enturbiar el aliento de una corporación galvanizada por el oropel de los museos y los festivales, la turistificación forzada y el desalojo productivo, aunque siga en la tasa del desempleo del 23,44 %[1], el más alto de la provincia, y continúe sin intentar resolver el desarrollo de una ciudad especulada hasta en sus más íntimos rincones, despedazada en su identidad patrimonial y estanca en todo lo que no se refiera al turismo masificado y omnipresente, a sus incalculados privilegios, plusvalías y negocios al amparo de esta administración complaciente y demoledora.

MÁLAGA es la ciudad del paraíso precario. Una enmienda a la totalidad a Vicente Aleixandre que no reparan ni la alfombra roja ni el glamour de Antena 3 TV, ni el enamoramiento del alcalde con el cargo, ni la carga de la ciudad precaria por antonomasia, donde los millones se emplean en los ejecutivos públicos y no en la igualdad urbana que debería ser su seña de identidad.

SEGUIMOS en suspenso en la Mundial, en la Térmica, en REPSOL, en el mundo del empleo, en el cambio climático y en la vulnerabilidad social. Hoy por hoy no se ven síntomas de que la ciudad reaccione o vaya a reaccionar en las urnas. Clamar en el desierto se ha convertido en una creativa profesión entusiástica (que no feliz) además de no remunerada ni reconocida por la ONU, que bastante tiene con quedarse con el Hospital Noble y engrandecer así la lista de los desvíos de usos, regalos y prebendas que la ciudad proporciona a todo ente que se lo pide, sea persona física o jurídica, mientras siguen sin resolverse las carencias crónicas que entrarán de nuevo en el espasmódico programa electoral, dónde no sabemos a quién les van a pasar las facturas de brechas más elevadas, si a los que se abstengan, o a los que voten por lo que ya saben que los deja en la miseria urbana.

AL fin y al cabo a Torrijos lo fusilaron en nuestras playas, contaminadas entre otras cosas por la basura o por las toallitas que nos envía el emisario de la depuradora de Nerja, gobiernen unos u otros liberales, de acá o de allá de la Costa del PP y sus aliados, del gobierno de Rajoy, Moreno Bonilla y sus efímeros seguidores o suplantadores.

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