“El 23% de los locales de apuestas abiertos en Andalucía se han instalado en Málaga”. “¿Es casualidad la proliferación de este tipo de locales en un contexto de altas cifras de desempleo y de una precariedad generalizada? La respuesta, evidentemente, es no”

OPINIÓN. Málaga desde dentro. Por Daniel Tomaselli
Historiador y responsable comunicación PCPE Málaga


04/10/18. Opinión. El secretario político del PCPE en Málaga, Antonio Soler, cede el testigo de la sección Málaga desde dentro a Daniel Tomaselli, historiador y responsable de comunicación del PCPE en la capital. Quien estrena colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com hablando sobre la proliferación de las casas de apuestas y el papel que ha jugado la Junta de Andalucía en la...

...misma. Tomaselli explica cómo la crisis ha sido el escenario perfecto para que la clase trabajadora apueste. “El resultado: un crecimiento descontrolado de la ludopatía en nuestro país. Según cifras de 2016, alrededor de 100.000 españoles se encuentran en el umbral del ‘juego problemático’, siendo la población joven la más afectada (el 67% de los jugadores tiene entre 18 y 35 años). Un negocio redondo para la patronal, que hace fortuna con las pérdidas de los jugadores (el 75% de ellos pierde el total de lo apostado), y una clara lección para el resto de la población”, indica el responsable del comunicación del PCPE en Málaga.

Las apuestas deportivas. Una falsa esperanza para la clase trabajadora malagueña

EN septiembre de 2017 la Junta de Andalucía aprobaba el Reglamento de Apuestas de Andalucía, dando vía libre a las apuestas deportivas en nuestra comunidad, ya fueran online o de forma presencial en locales habilitados para este fin. Desde entonces la apertura de locales y la implantación de estas máquinas en salones de nuestra ciudad no han dejado de crecer, convirtiendo a Málaga en la provincia donde más ha crecido la existencia de estos puntos de apuestas.

PERO, ¿es casualidad la proliferación de este tipo de locales en un contexto de altas cifras de desempleo y de una precariedad generalizada? La respuesta, evidentemente, es no.

DESDE el comienzo de la crisis, las élites políticas y económicas de nuestro país se han esforzado en trasladar al conjunto de la clase trabajadora un mensaje claro, resumido en la famosa frase “habéis vivido por encima de vuestras posibilidades”. Este mensaje poco tenía de inocente y pretendía influir sobre la mayoría social golpeando en dos direcciones. Por una parte se culpaba al propio trabajador de haber sido despedido o haber visto reducido su nivel de vida, en medio de un contexto internacional de recesión económica. Al mismo tiempo se buscaba individualizar el problema, pues tu situación de desempleo o precariedad laboral era consecuencia de tus propios excesos, nada tenía que ver la burbuja inmobiliaria o la crisis de sobreproducción del capitalismo internacional. Esto es un problema tuyo, un problema individual y, por tanto, requiere soluciones individuales, no colectivas.

DE esta forma, con un bombardeo continuado desde los medios de comunicación, se alejaba al trabajador de la idea de organizarse con sus compañeros para exigir soluciones a un problema que ellos no habían creado, y se le situaba en la necesidad inaplazable de buscar un remedio mágico para cambiar su situación, en un lugar donde el paro y la precariedad siguen siendo los protagonistas del reparto.

SURGEN así, como setas en el bosque, cientos de locales de apuestas en toda España y el 23% de los locales abiertos en Andalucía se han instalado en Málaga. Al mismo tiempo, las webs de apuestas facilitan el acceso -ya puedes jugarte tus ahorros sin moverte del salón de casa-, se multiplican los anuncios sobre apuestas en televisión y hasta tu equipo favorito luce con orgullo la publicidad de una web de apuestas debajo de su escudo (el Málaga C.F llevó la publicidad de la web Marathonbet las dos últimas temporadas).

EL resultado: un crecimiento descontrolado de la ludopatía en nuestro país. Según cifras de 2016, alrededor de 100.000 españoles se encuentran en el umbral del “juego problemático”, siendo la población joven la más afectada (el 67% de los jugadores tiene entre 18 y 35 años).

UN negocio redondo para la patronal, que hace fortuna con las pérdidas de los jugadores (el 75% de ellos pierde el total de lo apostado), y una clara lección para el resto de la población. Al igual que la precariedad y el desempleo, no son problemas individuales. La situación actual no pasa por esperar un golpe de suerte o una buena mano en los juegos de azar.

A problemas colectivos, soluciones colectivas.

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