“Es en España, esta España nuestra, donde se condena a un “señor” que además era alcalde poderoso, por acoso y abuso sexual y todo un pueblo, su pueblo, en este caso Ponferrada, se lanza a la calle a defenderlo. El espectáculo está servido: doble humillación y una Fuenteovejuna del revés”
OPINIÓN. Caleidoscopio. Por Laura Martínez Segorbe
Cofundadora de la Asociación Enjipai para mejorar las condiciones de vida de los masái de la aldea de Mfereji, Tanzania
11/03/21. Opinión. La cooperante internacional Laura Martínez, en esta nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre las mujeres: “Porque sigue habiendo falta de conciliación, violencia machista, brechas laborales y techos de cristal. Esto por aquí, nuestra Europa y por Estados Unidos, nuestro gran “primer mundo”. En otros...
...países a todo esto hay que sumar la pobreza, el hambre, la inexistencia de recursos, la falta de acceso a la sanidad, a la educación, etc. Derechos fundamentales que se pisotean una y otra vez. Mujeres denostadas, condenadas a un futuro imposible pero que cada día se levantan y construyen”.
Seamos mejores
Sin olvidar el lugar privilegiado desde donde me expreso me gustaría que el feminismo no aburriera, no nos enojara, sino que asentase los derechos que hasta ahora se han conseguido y los que faltan aún, sin olvidar, nunca, las obligaciones. Esto es extensible a hombres y mujeres, faltaría más, aunque es de justicia reconocer que ésta ha estado de vacaciones mucho tiempo. No obstante, la justicia está para lo que está. El comportamiento del ser humano no lo dicta un juez. Mientras en África o cualquier parte del mundo exista una niña a la que encierran apartada por tener la menstruación, una niña que no tenga infancia, una niña abusada, no se puede mirar para otro lado. Nadie debe mirar hacia otro lado. Jamás. Y si hay que alzar la voz, se alza, faltaría más, pero no solo hoy, sino cada día. Y especialmente estos días, que se celebra el Día Internacional de la Mujer, fecha simbólica que todos independientemente de nuestro sexo, deberíamos respetar y apoyar.
El pasado fin de semana vi el documental “Nevenka Fernández” y me dejó sin saber qué pensar en un primer momento para luego pasar a la reflexión. Es en España, esta España nuestra, donde se condena a un “señor” que además era alcalde poderoso, por acoso y abuso sexual y todo un pueblo, su pueblo, en este caso Ponferrada, se lanza a la calle a defenderlo. El espectáculo está servido: doble humillación y una Fuenteovejuna del revés.
Desde mi posición, si que alzo la voz y manifiesto el asco que me da la doble moralidad, la hipocresía, la exigencia sin reparos y el daño gratuito que hace gente que es peligrosa, porque es gente a veces culta, a veces menos, que desea verter su pobreza de espíritu sobre los demás a golpe de populismo barato. Peligro tiene esta gente.
Dicho todo esto, felicitar a hombres y mujeres que aman, respetan y disfrutan del instante que es su vida, intentando tender puentes y manos y estar al pie del cañón. Gente buena y valiente, en definitiva. Esa es la gente que a mí me gusta y a la que, por suerte, tengo cerca de mí. Siempre aportando, construyendo de forma crítica, con sentido común, con pasión, gente sencilla, gente grande.
Por último, hacer un apunte del 8M. No es política esta fecha, no debería, hombres y mujeres del mundo. No. No les escuchéis más. Son una jaula de grillos. Haciendo uso del sentido común, este año como no podía ser de otra manera, la cita no es en la calle sino desde casa y por las ventanas de las redes sociales. La cita es porque tiene que ser, porque sigue habiendo falta de conciliación, violencia machista, brechas laborales y techos de cristal. Esto por aquí, nuestra Europa y por Estados Unidos, nuestro gran “primer mundo”. En otros países a todo esto hay que sumar la pobreza, el hambre, la inexistencia de recursos, la falta de acceso a la sanidad, a la educación, etc. Derechos fundamentales que se pisotean una y otra vez. Mujeres denostadas, condenadas a un futuro imposible pero que cada día se levantan y construyen.
Por cierto, si, soy feminista. Primero porque soy una fémina. Después porque soy femenina. Además, soy mujer. Y por encima de todo, persona. Así que si, claro que soy feminista, porque formar parte de un mundo mejor donde la igualdad sea real.
Pobre feminismo nuestro, siempre tan atacado. Y aún nos preguntamos por qué. Con aspirar a ser mejores, bastaría. Seamos mejores.
Puede leer aquí anteriores artículos de Laura Martínez