“Mientras haya mujeres valientes y hombres que las acompañen y viceversa, no queda otra que arrimar el hombro y estar juntos. Y hacerlo con optimismo y esperanza, porque no hay otra manera de construir algo bello o al menos intentarlo”
OPINIÓN. Caleidoscopio. Por Laura Martínez Segorbe
Cofundadora de la Asociación Enjipai para mejorar las condiciones de vida de los masái de la aldea de Mfereji, Tanzania
08/03/23. Opinión. La cooperante internacional Laura Martínez, en esta nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre como encontró “Personalmente creo que de lo que se trata es de hacer un mundo más justo y si pudiese ser, justo del todo. Para ello hay que abordar la cuestión del género, la desigualdad, la prostitución, el acoso,...
...la maternidad, el sexo, el amor… y no es casualidad que en el centro de todos estos temas esté la mujer… Así que creo que vamos tarde…’.
El rol de buena persona
Biológicamente soy mujer y conceptualmente soy persona. Evidentemente mi género me proporciona unas características que le son propias, pero sobre todo, soy persona. Es decir, me desenvuelvo bajo la identidad sexual denominada “femenina” pero además, tengo un determinado temperamento que cuentan los expertos que se definió a los seis años (y que según Hipócrates está definido por el predominio de alguno de los cuatro fluidos corporales (sangre-aire, bilis negra-tierra, flema-agua y bilis amarilla-fuego), aclaro que yo el fuego lo perdí, muy a mi pesar, este año, lo que significa que el temperamento colérico lo he dejado atrás), un determinado carácter y un aspecto llamado inteligencia. Todo esto bajo mi biología de mujer y mi concepto de persona.
Con todo ello en mis adentros, me dispongo a escribir sobre el 8 de marzo, Día de la Mujer, así que en homenaje a Hipócrates, me he vestido con la alegría del delfín y me dispongo a ser optimista.
Sin duda, las mujeres del siglo XXI tenemos una vida muy diferente y bastante mejor a la de tiempos pasados. Y esto es una realidad. Basta con escuchar a nuestras madres o abuelas. Nosotras tenemos participación en todos los ámbitos de la vida, lo que quiere decir que la sociedad ha sufrido una transformación importante: somos madres o no, trabajamos, votamos, tenemos independencia, viajamos, etc.
Este mismo día hace unos años no tenía la relevancia que tiene hoy, porque dábamos por hecho que habíamos heredado un mundo lleno de privilegios (y algunos si que tenemos) pero en realidad no es así. El movimiento “Me too” saltó hace escasos años a todos los medios de comunicación y no solo por la violencia de género y el acoso sexual, sino por la desigualdad laboral y el techo de cristal, entre otras cosas. Dicen activistas africanas que ellas llevan cincuenta años de “Mee too” y cuánta razón tienen (deberíamos escucharlas con más atención).
Sería bueno para todos tener una base sobre qué es el feminismo, que ya tiene tres siglos de historia, y saber qué ha logrado y lo que queda por hacer. Personalmente creo que de lo que se trata es de hacer un mundo más justo y si pudiese ser, justo del todo. Para ello hay que abordar la cuestión del género, la desigualdad, la prostitución, el acoso, la maternidad, el sexo, el amor… y no es casualidad que en el centro de todos estos temas esté la mujer… Así que creo que vamos tarde… Pero como digo, hoy me levante optimista y solo saber que hubo sufragistas que se lanzaron a las calles, mujeres que escribieron a pesar de las dificultades, mujeres iraníes que salieron a la calle con la muerte encima… mientras haya mujeres valientes y hombres que las acompañen y viceversa, no queda otra que arrimar el hombro y estar juntos. Y hacerlo con optimismo y esperanza, porque no hay otra manera de construir algo bello o al menos intentarlo.
Por supuesto que hay roles que deben cambiarse, porque son herencias antiguas y absurdas. Es como si a día de hoy defendiéramos por ejemplo, una imposición religiosa. Pero el mejor rol y creo que en esto estaremos muchos de acuerdo, es el rol de buena persona, que no hay que confundir con “gentes de bien” que dijo hace poco un gallego. Como todo en la vida, se trata de mimar valores como la bondad, el respeto y la tolerancia, el amor a los demás, el cuido. Y para acopiar todo esto nuestra mente, cuerpo y alma, hay que revisarnos constantemente en un ejercicio de cura y humildad, que vamos muy pasados y la arrogancia nunca fue buena consejera.
Las cosas enraizadas en todas las culturas del mundo vienen de antiguo pero es justo decir que el mundo ha cambiado profundamente y necesita cambiar aún mucho más, y todos nosotros estamos dentro de ese cambio. Así que, escuchémonos siempre, pero como hoy es el Día de la Mujer, pues escúchennos y el que quiera que nos tienda la mano.
Debo aclarar, por último, que escribo desde casa, frente al mar, con el brasero encendido, mi madre bien cuidada y mis gatas sanas y gordas, con mis amigos alrededor, con trabajo, con salud y llena de amor que recibo y que doy. En un país, que al fin y al cabo, es un buen país (siempre mejorable) para ser mujer. Y desde esta posición de privilegio consciente escucho, por supuesto, las voces de otras mujeres y niñas. Mientras haya una sola mujer o niña atrapada en la desigualdad, en el maltrato, en la pobreza, en la pobreza menstrual, con la maldita pobreza encima, seguiremos en el camino de ayudarlas, con compromiso y firmeza. Y sin olvidar, que aquí, en este buen país, hay de todo eso, y más. Y como dijo Paul Auster “piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quien jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro”. Siempre, siempre, en el camino de lo siempre posible. Por todas nosotras (y nosotros). Feliz 8 de marzo, feliz Día de la Mujer.
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