“El origen de la caza es casi tan antiguo como nuestra existencia. El ser humano comenzó a cazar para poder subsistir y cubrir sus necesidades de alimento”
OPINIÓN. Animales en sociedad. Por Rosario Monter
Abogada especializada en maltrato, Derecho y Bienestar Animal, y asesora jurídica de la Fundación Nacional A Salvo06/02/19. Opinión. La abogada especializada en maltrato, Derecho y Bienestar Animal, Rosario Monter, reflexiona en su nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la caza. El ser humano empezó a cazar para sobrevivir: “Sólo, o ayudado de otros animales, así como de instrumentos rudimentarios, hasta nuestros días, la caza o actividad cinegética ha tenido y tiene...
...defensores y detractores, a la vez que la sociedad evoluciona en una mayor empatía hacia todos los animales. El filósofo español Ortega y Gasset dijo: “La caza es todo lo que se hace antes y después de la muerte del animal. La muerte es imprescindible para que exista la cacería”, indica Monter.
La caza: la imposición del más fuerte
DESDE siempre la caza ha estado ligada a la existencia del ser humano, en origen como forma de subsistencia y actualmente como una opción de “ocio deportivo sostenible” que proporciona al ser humano un contacto directo con la naturaleza.
SE considera que la caza es una actividad cinegética y el instrumento para la conservación del medio natural y el desarrollo rural, con gran repercusión económica y social, que contribuye al desarrollo de Andalucía y, en especial, de las comarcas más deprimidas.
EN la Ley 8/2003, de 28 de octubre, de la Flora y la Fauna Silvestres, la acción de cazar se define como “la ejercida por las personas mediante el uso de artes, armas o medios dirigidos a la búsqueda, atracción o persecución o captura de ejemplares de fauna silvestre con el fin de darles muerte, apropiarse de ellos o facilitar su captura por un tercero”.
SIN embargo, no todas las artes, armas o medios están autorizados para el ejercicio venatorio, ni todos los procedimientos de búsqueda, atracción o persecución se ajustan a la normativa vigente, ni todos los animales silvestres tienen la consideración de fauna cinegética.
DE una parte y lamentablemente, no son pocos los accidentes producidos por dicha actividad en la que mueren personas: el 95% de los accidentes registrados está en la imprudencia del ser humano. Los accidentes achacables a la mala fortuna, que aún cumpliéndose todas las normas de seguridad acaban en tragedia, son menos, según los Organizadores de batidas y cazadores.
LO cierto es que no son pocos y afectan a la vida de animales humanos y no humanos. Por recopilar, el pasado mes de Octubre de 2018, murió un joven de trece años tras recibir un disparo fortuito en la cabeza (Villalba de los Alcores). En Enero de éste año, un menor de cuatro años murió en una cacería de jabalíes en Guillena (Sevilla) al recibir un disparo en la cabeza que le provocó un traumatismo crano-encefálico. El pasado 28 de Enero un cazador murió ahogado en una balsa, baranjándose la hipótesis de que el cazador cayera al agua mientras trataba de auxiliar a sus perros.
EL Decreto 126/2017 de 25 de Julio, por el que se aprueba el Reglamento de Ordenación de la Caza en Andalucía establece ciertas prescripciones respecto a los menores de edad, en cuanto a la licencia de caza: “Los menores de edad pero mayores de catorce años podrán obtener la licencia de caza que les habilite para el ejercicio de la actividad de acuerdo con el Decreto 272/1995, de 31 de octubre. Asimismo, será necesario que acompañen con la solicitud para la obtención de la licencia la autorización expresa y por escrito de la persona que ejerce la patria potestad o tutela sobre el mismo. En el caso de cazar utilizando armas de fuego, además deberán portar la correspondiente autorización especial de uso de armas para menores en la práctica de la caza, e ir acompañados por una persona cazadora mayor de edad que, estando en posesión de la licencia de armas que determine en cada caso la normativa vigente en materia de armas y de la licencia de la modalidad de caza que corresponda, controle su acción de cazar.”
Y en cuanto a las medidas de seguridad “El menor de edad mayor de catorce años no emancipado necesita para poder ejercer la caza, autorización expresa y por escrito de quién ostente su representación legal. Los menores de catorce años podrán acompañar a personas cazadoras en modalidades sin armas de fuego, bajo la responsabilidad de éstos, desarrollando todas las acciones inherentes al ejercicio de la caza”.
CUANDO hablamos de caza también debemos hablar de la muerte de millones de animales, las cifras estiman entorno a 30 millones. Unido al devastador impacto en el medio ambiente como consecuencia de los 300 millones de cartuchos que se disparan cada temporada y dejan en el campo 5.000 toneladas de plomo. Junto a este plomo, quedan esparcidos en campos, montes y riberas, cantidades de latas, bolsas de plástico y papel de aluminio.
TAMBIÉN es inevitable hablar de maltrato animal en el ámbito de la caza:
RECORDEMOS episodios de tremendo maltrato tales como el video que se hizo viral y gracias al cual fue detenido un vecino de Lleida que golpea brutalmente a una cría de jabalí contra un muro y después lo sumerge en el agua del canal hasta ahogarlo. El caso se saldó con una multa de 1.200 euros, por la vía administrativa ya que el Código Penal protege penalmente “a cualquier animal que no vivan en estado salvaje” (Art 337.1d) C.P).
UNA vez más reiteramos la necesidad de reforma urgente del Código Penal, para que todos los animales, sin excepción, sean protegidos penalmente.
OTRO episodio dantesco en el escenario de una cacería (Cáceres), donde se ve a una jauría dando caza a un venado y que acaba con la presa y 12 perros cayendo por un barranco de varios metros de altura.
INDIGNACIÓN e impotencia en otro terrible caso que saltó también a las redes sociales, cuando un cazador maltrataba a un zorro hasta la muerte. Los hechos se produjeron en Huesca, y en el vídeo de extrema dureza, se veía a una persona armada con una escopeta de caza que descubre a un pequeño zorro escondido entre unos matorrales cercanos a un campo de cultivo y, al percatarse que el animal está completamente indefenso, decide golpear sin piedad, lanzarlo por los aires y patearlo hasta la muerte. El autor del salvaje ataque comenta su cruel acción con la persona que filma el vídeo mientras patea y chafa la cabeza del animal moribundo. Uno de los comentarios del salvaje agresor indica que animal tenía una de las patas traseras amputadas, muy posiblemente como consecuencia de una trampa de caza.
Y finalmente, no podemos terminar éste artículo sin hacer alusión y como muestra de respeto, a los perros de caza:
MÁS del 40% de los perros que sufren algún tipo de maltrato son perros de caza. Entre los años 2012-2016, un total de 66.242 perros sufrieron algún tipo de maltrato, de los que 27.724 eran perros de caza, es decir, más del 40%. Una cifra muy elevada, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de un sector en teoría minoritario (sólo el 2% de la población en España tiene licencia de caza, según la Federación de Asociaciones de Cazadores de la UE).
LAS estadísticas del Seprona, no obstante, no recogen todos los casos de perros maltratados en España, sino únicamente los derivados de las actuaciones llevadas a cabo por unidades de la Guardia Civil, sin incluir los que son recogidos por comunidades autónomas, ayuntamientos, protectoras y asociaciones voluntarias.
ES asimismo elevado el número de perros de caza que son abandonados, siendo alarmantes las cifras de más de 50.000 galgos que las asociaciones protectoras calculan que se abandonan cada año en nuestro país.
AHORCADOS, quemados, arrojados a pozos, cuando ya no sirven para el fin al que se le destinan obligadamente.
UNIDO a lo anterior, la mayoría de los perros de caza malviven en condiciones de extrema crudeza, en malas condiciones de alojamiento e higiene, atados y encerrados en la oscuridad de un zulo. A la vez que se incumplen, de forma reiterada, las normas de protección animal.
ES una vergüenza que a nivel mundial, y especialmente en Europa, se nos identifique con los galgos ahorcados y la fiesta nacional.
DESDE la política, en los últimos meses, han surgido partidos emergentes que apoyan públicamente la caza y a los cazadores, más de 250.000 en Andalucía, considerando a la actividad cinegética como un motor económico fundamental y necesario para el mundo rural. Frente a ellos, se alzan las voces de quienes defienden la vida. Así, el próximo fin de semana se van a realizar distintas manifestaciones en toda España bajo un mismo lema: “No a la caza”.
EN homenaje a todos los perros utilizados por el hombre, especialmente a los perros de caza, comparto éste poema que escribí hace dos años.
La leyenda de los perros
Hace tiempo me contaron la “Leyenda de los perros”
que, como estrellas del Cielo, el Cielo dejó caer,
de mil tamaños y formas, mil colores y maneras.
Cada estrella, que caía, fue transformando su luz,
convirtiéndose en Amigo, del hombre, más fiel…
así:
Al caer, muy despacito la estrella sobre la Tierra,
se va formando un hocico, de trufa y de hierbabuena.
De la que fue más brillante, dos ojos color azul,
que el tiempo cambiará luego al color de su inquietud.
De la que fue más cercana, y para oírte mejor,
dos orejitas de nata, que serán según su raza, otra bonita virtud.
De la estrella más masiva, les regalaron la piel,
para cubrirse en invierno, para abrazarte también,
cuando la vida te trate, regular, o medio bien.
De la siempre luminosa, astro rey, llamado Sol,
le regalaron el alma y de premio, el corazón,
para que su luz te guíe y encuentres siempre su amor.
De la que está más lejana, y a penas se deja ver,
consiguieron cuatro patas para poder correr bien
y alcanzar una esperanza.
Otra que parpadeaba con una incesante luz,
se quedó al final del cuerpo, clavada como un bambú,
que se mueve con el viento y cuando lo llamas tú.
De cada estrella, sus puntas, se hicieron uñas y garras,
para agarrarse a tu vida y de colores pintarla.
Cada estrella hizo una raza, de la raza una afición,
algunas muy veneradas, otras menos y aún peor,
que muchas las utilizan para infringirles dolor.
Así, de la estrella “Sirio”, la llamada “estrella perro”
nacieron los más grandotes, molosos y bondadosos,
respetados y temidos, pero siempre zalameros
los amos del universo, los que vigilan las casas,
y la vigilia del sueño, los que te guardan el alma,
después de robarte un beso:
Mastines, Dogos, Boyeros, San Bernardos, Terranovas,
Pastores tras los rebaños, que velan, aman y honran
a todos cuantos cuidaron.
De la que llamaron “Vega”, nacieron los pequeñitos,
llamados de compañía por querer estar contigo
todas las horas del día.
Así, llegaron Bichones, Caniches y los Carlinos,
los Chihuahuas chiquititos que en mexicano te ladran,
y también los Papillones, mariposas de colores
que juegan como chiquillos, y el Pekines achinado
que busca siempre un cojín para acostarse a tú lado.
De la estrella que llamaron “Capella” o “pequeña cabra”,
se crearon los medianos, no por ello, sin su fuerza,
y menos sin su prestancia:
Pit Bull, Stafford, el Baset, Beagle, Border, Bull Terrier,
Pinscher y Cocker Spaniel, y el querido Ratonero,
que además de Bodeguero, dicen que es andaluz¡¡¡.
Perdonar que me detenga, en una raza especial,
será por debilidad, la que quiso traer el viento, surcando el inmenso Océano,
de lejos, de Canadá, para ayudar a los ciegos
por la vida a caminar, para rescatar los cuerpos
ya sin vida o dignidad, prestarle su oído al sordo,
su olfato a la autoridad, su presencia ante el extraño,
y ante el niño, su bondad.
Les llamaron “Labradores”, y la estrella se hizo tres,
para darles tres colores, uno a uno a cada piel,
teniendo los tres lo mismo, el amor hecho cobijo
para refugiarte en él.
Y cuenta así la Leyenda que una Estrella muy altiva
se enamoró de un Lucero, naciendo así los “mestizos”,
sin raza, nombre, ni dueños, porque nadie los quería,
por ser hijos de un Lucero, y a los que nadie llamaba
porque sólo se fijaban en los que raza tuvieron.
Pero el Cielo, generoso, quiso darles un lugar,
y les regaló algo enorme, que otros nunca tendrán,
llamado agradecimiento, cuando los dejas entrar
en tu casa y en tu pecho del cual no saldrán jamás.
Y en la infinidad del cielo, las Perseidas juguetean
a encontrar un amor bueno, pero suerte no tuvieron,
y están llorando de pena…cayendo sobre la Tierra.
“Lágrimas de San Lorenzo”,
que también en otros perros, convirtieron su belleza,
de la pata a la cabeza, los Perros de Caza son:
Pointer, Sabueso, Terrier,
Galgo, Bretón y Podenco,
que también como Perseidas
corren buscando el amor,
del cazador que los cuelga
del árbol de su miseria,
del que al zulo los condena
sin poder ya ver el sol,
del que al pozo los arroja
en un acto sin valor,
del que lo arrastra y condena
porque la presa de caza…se escapó.
¡Ojála fuera fugaz, también vuestro sufrimiento¡¡¡¡
Sin embargo las estrellas no pudieron darles más,
pues lo que llevan por dentro sólo tú se lo darás:
Primero, amor y respeto, a todos ellos, por igual,
pues sin hablar, ellos sienten, y sintiendo sin hablar,
en su corazón no caben la mentira ni el desprecio,
el odio ni la maldad.
También dales la verdad, de tu vida, de tus sueños,
de tu inmensa soledad, porque aunque nunca contesten,
ellos te comprenderán, y tan sólo con mirarte
bien sabrán cómo actuar, quitándote los lamentos con un lametón sincero,
para que sientas por dentro que todo tiene su fin y que te preocupes menos.
Déjales que corran libres, bajo el cielo, bajo el sol,
que jueguen con las estrellas, también con tu corazón,
pues jamás te harán un daño.
Róbale tiempo a tu tiempo y conviértelo en un hueso.
Dales siempre lo mejor, tú le tirarás el hueso,
él te llevará una flor, siempre echándote de menos.
Busca siempre aquélla manta, vieja, inútil, como tantas,
para en sus noches de invierno que sienta que estás con él.
Dales el calor humano, que bien merecido tienen,
que les eches una mano a los que de hogar carecen.
Protege a los invisibles de ésta oscura sociedad,
a los que correr no pueden porque cadena tendrán,
a los que están encerrados en la oscura habitación
de la maldad del humano que no tiene compasión.
Párate un minuto y mira, siempre están alrededor,
quizás en una cuneta retorcidos de dolor,
o quizás buscando agua en los días de calor,
o buscando en la basura algún resto que quedó.
No lo dudes, dales agua, dales comida y calor,
que lo que a ellos engorda te hace grande el corazón.
Lucha por los maltratados,
sé su voz, que el daño que les han hecho
nos hace daño a los dos y se nos mete en los huesos.
No mires para otro lado, sé valiente, ayúdalos,
transforma su sufrimiento en caricias sin temor
hasta que no sientan miedo.
Y cuando tu perro acabe el camino de su vida,
será como aquélla estrella que se apaga, pequeñita,
pero siempre está en el Cielo.
Que tenga una muerte digna, sin dolor ni sufrimiento,
pues en su último aliento, sin hablar, te está diciendo
lo mucho que te quería".
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