“Solicitamos que se retire dicha medida de adoctrinamiento de forma inminente y en su lugar, desde la Junta se invierta en fomentar y educar a los niños y a las niñas andaluces en valores positivos como el respeto y cuidado a los animales y la flora, así como la gestión sostenible de nuestros espacios naturales”

OPINIÓN. Animales en sociedad. Por Rosario Monter
Abogada especializada en maltrato, derecho y bienestar animal


20/11/19. Opinión. La abogada especializada en maltrato, derecho y bienestar animal, Rosario Monter, analiza en esta colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com el acuerdo de llevar la caza a las aulas andaluzas: “La caza y la tauromaquia conllevan violencia, tanto en los métodos utilizados como en el resultado (la muerte violenta de una animal). La violencia conlleva violencia a la sociedad...

...y por ende, la sociedad se impregna de violencia”.

La mala educación: caza y toros en las escuelas andaluzas

Pactar o pactar. Esa fue la cuestión que culminó en un acuerdo entre los principales partidos del gobierno andaluz. Intercambio de firmas y varias medidas sobre la mesa.


Entre las medidas acordadas se comprometen a llevar la caza a las aulas andaluzas impulsando la promoción y el conocimiento de la caza en los colegios andaluces en colaboración con la  Federación Andaluza de Caza (FAC), resaltando "la importancia de la actividad cinegética para el mantenimiento de nuestro medio rural, la conservación de la fauna y los espacios naturales".

También se acuerda la aprobación de actuaciones para fomentar las escuelas taurinas en Andalucía.

Dos grandes logros, efectivamente, de la administración andaluza junto a los lobbys de cazadores y taurinos que se estrechan la mano y se dan palmaditas en la espalda.

Todo sea por los presupuestos.


Qué paradoja, pues cuando nos sentamos con las administraciones públicas, para pedir fondos para ayudar a los animales, siempre nos dicen que no hay partidas presupuestarias.

Vayamos por partes. Respecto al fomento de la caza en las escuelas andaluzas, nos parece totalmente inaceptable. Los motivos son muchos y variados, pero vamos a destacar lo que consideramos más importante: la violencia.

La caza y la tauromaquia conllevan violencia, tanto en los métodos utilizados como en el resultado (la muerte violenta de una animal). La violencia conlleva violencia a la sociedad y por ende, la sociedad se impregna de violencia.

La ciencia ha demostrado la relación entre la exposición a la crueldad animal en edades tempranas y determinadas conductas violentas de adultos.

El respaldo jurídico se encuentra en la Convención de los Derechos del Niño (aprobada por Resolución 44/25 de la Asamblea General de Naciones Unidas, el 20 de noviembre de 1989), con el objetivo de articular una serie de normas para protección de los menores y su bienestar, mediante derechos básicos, tales como:

1. La protección contra toda forma de violencia (art 19 CDN), estableciendo que “la exposición a la violencia aumenta el riesgo de que el niño sea objeto de una victimización posterior y acumule experiencias violentas, e incluso tenga un comportamiento violento en el seno de la pareja en etapas posteriores de la vida. (observación general núm. 13 CRC/C/GC 13, 18 de Abril de 2011).

2. El derecho a una educación compatible con la dignidad humana. (observación general núm 1 (CRC/GC/2001/1 Abril 2001).

3. El derecho al esparcimiento, al juego, y a las actividades propias de su edad (observación general núm 1. (CRC/GC/2001/1, abril 2001), destacando un deseable entorno sano y adecuado para el libre desarrollo del menor, y que esté protegido del daño o la violencia social.


Y en cuanto al “arte de lidiar toros o tauromaquia” no hace falta describir cómo todos los actos que la conforman son de extrema violencia – y crueldad- hacia el animal,  siendo los espectadores espejos visuales de la misma. Las recomendaciones de la ONU son tajantes y muy claras: “A fin de prevenir los efectos dañinos de la tauromaquia en niños, el comité recomienda que el estado prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y espectadores en corridas de toros”.

Por tanto, los menores deben estar alejados de toda clase de violencia, y tienen el derecho a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, moral y social, así como el deber del estado de adoptar las medidas que aseguren a los menores dicha protección.

El rechazo a éstas medidas se ha hecho patente mediante un manifiesto suscrito por parte de la Abogacía Andaluza por la Defensa Animal (AADA) y al que ya se han adherido (hasta éste momento, y van en aumento) más de 300 asociaciones, sindicatos, organizaciones de toda índole además de centenares de personas físicas, y cuyo texto reproducimos a continuación:

“Las abogadas y los abogados andaluces así como las organizaciones, asociaciones, y federaciones de protectoras de Andalucía abajo firmantes, venimos a  manifestar nuestro  más rotundo rechazo al acuerdo suscrito entre PP, Ciudadanos y Vox para la promoción y conocimiento de la actividad cinegética en los colegios mediante "Actividades complementarias sobre actividad cinegética". Estas actividades, según se lee en el documento suscrito por dichas fuerzas políticas, se realizarán en colaboración con la Federación Andaluza de Caza (FAC) y tendrán como objetivo exponer a los escolares "la importancia de la actividad cinegética para el mantenimiento de nuestro medio rural, la conservación de la fauna y los espacios naturales".

Ante estos graves acontecimientos, los abajo firmantes solicitamos que se retire dicha medida de adoctrinamiento de forma inminente y en su lugar, desde la Junta se invierta en fomentar y educar a los niños y a las niñas andaluces en valores positivos como el respeto y cuidado a los animales y la flora, así como la gestión sostenible de nuestros espacios naturales, y en contra de cualquier acto de maltrato y violencia, siguiendo de este modo, las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño,  que tan claramente ha advertido a España, sobre los peligros y efectos negativos que supone exponer a los menores a actos de violencia.

No podemos olvidar que han sido muchos, demasiados, los menores que han muerto en cacerías en los últimos años, algunos de ellos de muy corta edad, como en el desgraciado accidente que tuvo lugar en el mes de enero de 2019 en una finca en Guillena (Sevilla) con un menor, de tan solo 4 años que participaba en una montería, a pesar de que la ley no permite la presencia en monterías a los menores de 14 años.

Es absolutamente inadmisible  que  desde la Junta de Andalucía, en lugar de velar y defender los derechos de los menores, promocione escenarios donde se ponga en riesgo las vidas de éstos. No estamos dispuestos a aceptar esta vulneración toda vez que la sociedad andaluza está cada vez más concienciada contra cualquier acto de maltrato o violencia hacia los animales, e iniciativas como esta, suponen un grave retroceso y no representan el sentir del pueblo andaluz. Consideramos totalmente incompatible la enseñanza en la empatía y la compasión hacia los seres vivos, en la que la comunidad educativa está haciendo grandes esfuerzos de cara a generar los necesarios cambios sociales hacia la justicia, igualdad y respeto a la vida de las personas y animales, con los valores de dominación e indiferencia por el sufrimiento de seres sintientes que conlleva la caza.

Finalmente, debido a la gravedad de estos hechos, se está trabajando en la interposición de alegaciones, así como en la denuncia de estas medidas  ante del Defensor del Menor por vulneración de la Ley 1/1998, de 20 de abril de los Derechos y la Atención al Menor”.

A lo anterior se unen los accidentes de caza con menores, en los que en muchos casos, han perdido la vida, así como ocurre en los festejos taurinos donde se permite la participación de menores.


Cada vez son más las voces que reclamamos la educación en la no violencia, y la empatía hacia otros seres vivos que conviven con nosotros, y que se tomen medidas educativas y formativas en el respeto hacia los animales y el medio ambiente. No al contrario. La financiación con dinero público, de todos los andaluces para llevar a las escuelas el aprendizaje de actividades violentas, enseñando a los menores la violencia. Tanto es así, que el propio legislador incorporó en el art. 337.2 d) del Código Penal vigente, sobre delito de maltrato de animales, la agravación de la pena “si los hechos se hubieran ejecutado en presencia de un menor de edad”, constatando así el impacto negativo que produce sobre niños, niñas y adolescentes ser expuestos a cualquier forma de maltrato animal.

Por todo lo anterior, el colectivo de abogados que formamos parte de la “Abogacía Andaluza por la Defensa Animal” (AADA) hemos pedido una reunión urgente con el consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, para tratar de forma pormenorizada éste asunto que entendemos es de especial gravedad para la educación de nuestros menores.

Y no podemos acabar éste artículo sin hacer mención a las víctimas silenciosas de la caza: los perros de caza, especialmente galgos y podencos, que, tras la temporada de caza son abandonados a su suerte, encontrando la muerte en cualquier carretera, o en casos de tremenda crueldad, son arrojados a pozos, ahorcados, o tiroteados. La Protectora de Animales y Plantas de Málaga nos confirma que mensualmente, de los perros que llegan a la protectora, un 65% son perros de caza. Dato alarmante, sin duda. Cada animal que llega a la protectora tiene una historia terrible, como la de Yaiza, una podenca con la cabeza destrozada, llena de perdigones, y un ojo desprendido que perdió tras la operación.

Hace unos días escuché a una señora, política, y de cuyo nombre no quiero acordarme, que hablaba ante la prensa de la dictadura animalista, desde la más absoluta ignorancia, quiero creer, pues si conoce bien, éstos temas, animalistas, debería de caérsele la cara de vergüenza. Sra mía, le aconsejo que dedique un par de horas a visitar cualquier perrera o centro zoosanitaria de Andalucía, para que compruebe la situación en la que están los animales. Dichos animales llegan a las perreras fruto del abandono y maltrato, por falta de políticas públicas de protección animal, por falta de voluntad política, porque Ustedes, los políticos, se lavan las manos, y miran para otro lado.

Perreras donde los animales malviven hasta que son sacrificados.

¿Cómo puede hablar usted de dictadura animalista? Más bien estamos ante campos de exterminio de animales, donde se realiza un verdadero biocidio legalmente permitido y autorizado.

Desde que se publicaran las intenciones del fomento de la caza en las escuelas y la creación de escuelas taurinas en Andalucía, han sido muchos los colectivos y personas que han manifestado su indignación y rechazo total, tanto desde el sector educativo, como de la abogacía andaluza.

Se ha creado una recogida de firmas en change.org (No a la caza en los colegios), que lleva, hasta la fecha, más de 16.000 firmas y en breve, se formalizarán reuniones con los responsables de Educación, y el Defensor del Menor.

Para aquellas personas y entidades que quieran unirse al manifiesto podéis hacerlo en el siguiente email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

“Y en el fondo de un pozo rescataron a un galgo, con las patas partidas de haber sufrido tanto. De la soga tiraron y el cuello le rompieron, aún sigue colgado.
Y en la plaza, los niños jugaban con los toros, clavándoles puñales, se vistieron de rojo”.

Del poemario: “La España vacía”, de Rosario Monter.

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