“Estos periódicos, de carácter antirreformista, se mostraron partidarios de la Inquisición y en contra de la Constitución y de la libertad de imprenta”
OPINIÓN. Viejos periódicos. Por Julio Fernández-Sanguino
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales
15/05/23. Opinión. Julio Fernández-Sanguino, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, escribe una nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los periódicos pro absolutistas del siglo XIX: “Esas prácticas se utilizaron con frecuencia en las últimas fases de la contienda contra las tropas napoleónicas, donde se generalizaría una prensa conservadora, denominada por los especialistas...
...como dependiente y servil, que pudo contar con todo tipo de ayudas, tanto para su impresión, como para su difusión en otras localidades”.
Mayo de 1814: la implantación del absolutismo a través de las reimpresiones de periódicos en Málaga
Al inicio del siglo XIX, las tiradas de los periódicos eran limitadas, a lo que había que añadir las dificultades del transporte en aquellos años, cuestiones que forzaron a que se reimprimiesen en otras localidades determinadas publicaciones, o parte de ellas, para una mayor difusión de sus contenidos.
Esas prácticas se utilizaron con frecuencia en las últimas fases de la contienda contra las tropas napoleónicas, donde se generalizaría una prensa conservadora, denominada por los especialistas como dependiente y servil, que pudo contar con todo tipo de ayudas, tanto para su impresión, como para su difusión en otras localidades. Estos periódicos, de carácter antirreformista, se mostraron partidarios de la Inquisición y en contra de la Constitución y de la libertad de imprenta.
Entre las reimpresiones recogidas en La prensa editada en Málaga durante la Guerra de la Independencia, destacan especialmente las de los siguientes periódicos partidarios del absolutismo de Fernando VII en plena etapa constitucional. Asimismo, sus contenidos ponen de manifiesto unas prácticas que se repetirían en nuestro país en etapas posteriores.
El Procurador General de la Nación y del Rey se editó en Cádiz el uno octubre de 1812 y se convirtió en el medio más representativo de la prensa reaccionaria y anticonstitucional del periodo doceañista. El periódico fue acusado de haber sido financiado secretamente por el propio Consejo de la Regencia. Sus principales redactores atacaron furibundamente al liberalismo y serían considerados fogosos y combativos antirreformistas. La publicación dedicó en aquellos momentos una especial cobertura informativa a Málaga para tratar de cubrir el vacío periodístico existente en la ciudad, con denuncias de que se repartía gratis para difundir las posiciones conservadoras.
De Pronto se confeccionaba igualmente en Cádiz, probablemente desde abril a agosto de 1813, difundió artículos doctrinales y comunicados en los que polemizaba con los periódicos liberales y constitucionales, atacando a la que consideraba como “canalla liberal”, que la identificaba con los servidores napoleónicos y se la señalaba como contraria al rey y la religión.
El Lucindo se editó en Valencia desde el 16 de abril al 5 de mayo de 1814 coincidiendo con el regreso a España de Fernando VII y su prolongada estancia del Monarca en aquella ciudad para demorar su entrada en la Corte. Esta publicación se manifestaría defensora a ultranza de Fernando VII y se reimprimió en varias ciudades para promover su divulgación, Málaga entre ellas al no tener prensa propia en aquellos momentos.
Dirigió sus ataques contra los diputados, a los que señalaba como los culpables de los males que sufría el país. Utilizó descalificaciones personales, no dudando en llamar mentecato a José María Queipo de Llano, conde de Toreno. En su impunidad, no mostró ningún recato en sus comentarios y señalaba sin temor que era "ya tiempo de hablar claro y sacudir á la canalla de firme" o que "el espíritu republicano se va evaporando con la venida de FERNANDO VII". Asimismo, tras criticar a los que habían aconsejado al Rey que acatase la Constitución, señalaría amenazante que "jurar la Constitución, cual está, y firmar la sentencia de su decapitación, no son más que una misma cosa".
En El Lucindo se ponen de manifiesto igualmente los posicionamientos previos al establecimiento del absolutismo en España, proclamando tanto posturas armadas, como la eliminación de la Constitución de 1812. Asimismo, informaba de las actuaciones que se empezaron a llevar a cabo, especialmente las pintadas que sufrieron los rótulos de la Constitución en las plazas de las ciudades españolas.
La nueva situación política quedó oficialmente reflejada en la Gazeta de Madrid, que el 12 de mayo de 1814 lanzó un ejemplar extraordinario para incluir un Artículo de Oficio de Fernando VII, por el que se declaraban nulas la Constitución y las disposiciones aprobadas por las Cortes, dado en Valencia el 4 de mayo anterior y que se publicó con posterioridad una vez que el golpe de Estado había triunfado y los absolutistas tenían controlada toda la nación. En esta disposición se recogen amplias y confusas consideraciones, algunas expuestas por los periódicos anteriores, y se establece la amnistía de los partidarios de Fernando VII procesados por "infracción de la constitución".
Aunque la mayoría de las reimpresiones editadas en aquellos años no suelen figurar en las catalogaciones locales de publicaciones históricas, Díaz de Escovar en su Bibliografia de la prensa malagueña consideraba que el ejemplar de la Gazeta mencionado era justo que se incluyese en ella, a pesar de que no fuera verdaderamente un periódico de la localidad y se tratase de la reimpresión de una disposición oficial para su mayor divulgación en aras de su general cumplimiento en todos los rincones de las Españas. Del mismo modo, señalaba que en aquella norma se incluyeron las alocuciones del Rey Fernando VII explicando los motivos que le habían llevado “a firmar la Constitución, tan discutida, de 1812".
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