“La obra de Bergamín mencionada hay que enmarcarla en el desarrollo de la zona norte de Madrid durante la Segunda República, periodo en el que se iniciaron las obras de apertura de la prolongación del paseo de la Castellana”

OPINIÓN. Viejos periódicos. Por Julio Fernández-Sanguino
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales

27/06/23. Opinión. Julio Fernández-Sanguino, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, escribe una nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el arquitecto malagueño Rafael Bergamín: “Bergamín fue partidario de la Segunda República y se tuvo que exiliar en Venezuela, donde fue profesor de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de ese país y...

...uno de los fundadores de la Sociedad Venezolana de Arquitectos. En Caracas realizó una fructífera labor arquitectónica hasta 1959, cuando regresó a España”.

Rafael Bergamín, arquitecto malagueño

Recientemente vimos en una televisión autonómica un programa sobre la vivienda por participar en él un destacado conocedor del tema. Después de su ponderada intervención, el programa incluyó varios sketches, voz inglesa aceptada por la RAE y que en ese medio parece tomar plenamente su significado en relación con escenas breves y normalmente cómicas.


En uno de ellos, casualmente la reportera se tropieza con una señora en El Viso madrileño. Se definió como historiadora y al hacer una reseña del lugar señaló que se durante la dictadura de Primo de Rivera se pretendió facilitar el acceso a la vivienda mediante la Ley de Casas Económicas. Seguidamente, matiza que, a raíz de eso, Rafael Bergamín construyó las casas de ese barrio entre 1933 y 1936.

En esa visión simplista y torticera de la historia no se menciona a la Segunda República, al igual que en otros muchos programas. En cambio, es frecuente ver en los diversos medios de comunicación referencias ambiguas sobre las dictaduras, sin profundizar en la importancia relativa de los hechos y cacareando los tópicos propagandísticos de ese tipo de gobiernos.

Rafael Bergamín estudió en la Escuela de Ingenieros de Montes y obtuvo el título en 1917. Simultaneó esos estudios con los de arquitecto, que cursó en la Escuela de Arquitectura de Madrid, donde se tituló un año después. Hasta el inicio de la Guerra Civil colaboró habitualmente con su compañero de promoción Luis Blanco-Soler, con obras que se han convertido en hitos de la arquitectura española. Este último, tras sufrir durante el franquismo la depuración político-social de arquitectos, proyectó destacados edificios, como la Torre del puerto de Málaga.

Bergamín fue partidario de la Segunda República y se tuvo que exiliar en Venezuela, donde fue profesor de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de ese país y uno de los fundadores de la Sociedad Venezolana de Arquitectos. En Caracas realizó una fructífera labor arquitectónica hasta 1959, cuando regresó a España.

En ese año falleció en Caracas Javier Yarnoz. José y Javier Yarnoz fueron nombrados en 1928 arquitectos oficiales del Banco de España. Trabajaron en la ampliación de la sede central en Madrid en 1935 y en la construcción de distintas sedes, entre ellas la Sucursal en Málaga que se inauguró en 1936. El estallido de la Guerra Civil llevó a la separación de los hermanos Yarnoz. Javier colaboró con el gobierno republicado y tras su exilio continuó proyectando edificios en América y trabajando para el Ministerio de Obras públicas de Venezuela.


Estos casos no serían los únicos y, en relación con el exilio interior, se puede citar igualmente a Secundino de Zuazu y Ugalde. Al acabar la Guerra Civil, y tras su confinamiento en Las Palmas de Gran Canaria, fue retirado de sus obras oficiales, aunque pudo seguir desarrollando otros proyectos. Zuazu había realizado igualmente durante la Segunda República los proyectos de las nuevas sucursales del Banco de España en Toledo, Córdoba y Granada.

La obra de Bergamín mencionada hay que enmarcarla en el desarrollo de la zona norte de Madrid durante la Segunda República, periodo en el que se iniciaron las obras de apertura de la prolongación del paseo de la Castellana propuesta con anterioridad por Zuazo y Jansen. Como se pone de manifiesto en medios de amplia difusión, en esa zona destacan los Nuevos Ministerios que se empezaron a construir en 1933 con un doble objetivo. A la sistematización de la apertura del nuevo paseo, con la creación de una Estación Central del nuevo enlace ferroviario bajo su gran plaza, hay que añadir la necesidad que se planteó la Segunda República de ejecutar obras públicas encaminadas a mitigar el paro obrero.

Estos proyectos, que empezaron de la mano Indalecio Prieto como ministro de Obras Públicas, desempeñando Francisco Largo Caballero la cartera de Trabajo y Previsión Social por entonces, deberían ser un orgullo para cualquier gobernante, con independencia de su tendencia política, al igual que otros proyectos que emprendió Indalecio Prieto al abordar un ambicioso plan de mejora de infraestructuras en Madrid, como la construcción de una nueva estación en Chamartín con un túnel de enlace con la de Atocha.

Sin embargo, no parece de la misma opinión el actual alcalde de Madrid Martínez-Almeida, y, al igual que no tuvo rubor en destruir la placa de Miguel Hernández, hizo lo mismo con la que homenajeaba a Francisco Largo Caballero, así como la supresión de las calles que conmemoraban a Largo Caballero y a Indalecio Prieto. Medidas que ha tenido que anular recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Rafael Bergamín Gutiérrez había nacido en Málaga en 1891. Era hijo de Francisco Bergamín García natural de Ronda, abogado, catedrático de Economía Política y Derecho Mercantil y ministro durante el reinado de Alfonso XIII. Falleció en 1970 en Madrid, donde tiene una calle dedicada, aunque no he visto ninguna referencia en el callejero de Málaga en el que figura su hermano José Bergamín.

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