“No es de recibo llamar golpista a quien ya es Presidente del Gobierno gracias a los votos de los españoles que han confiado en él, votos tan válidos de españoles tan españoles como el resto. No se puede invocar alegremente la intervención del ejército porque los tuyos no han ganado. Y hacerlo no debería quedar impune. Porque eso sí que es romper España”
OPINIÓN. Boquerón en vinagre. Por Francisco Palacios Chaves
Programador informático
09/01/20. Opinión. El programador Francisco Palacios continúa con su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com con un artículo donde habla sobre la investidura de Pedro Sánchez y las salidas de tono de unos y de otros: “Huele a podrido. A insulto, a mentira, a bulos repetidos hasta la saciedad para convertirlos en verdades aborregadas. Sólo de cráneos repletos de podredumbre...
...puede salir la idea de llamar puta a una diputada por pensar distinto. Sólo de bolsas de basura con piernas es posible esperar que se amenace a un diputado por defender su pueblo, antes olvidado, ahora en boca de todos”.
Ranciocinio
Abran las ventanas, que huele a rancio. De par en par, que corra el aire, que un vendaval fresco y nuevo nos libere de una pestilencia que se pega a las paredes con el poder de succión a su escaño de Ana Oramas, el Satisfyer parlamentario.
Huele a podrido. A insulto, a mentira, a bulos repetidos hasta la saciedad para convertirlos en verdades aborregadas. Sólo de cráneos repletos de podredumbre puede salir la idea de llamar puta a una diputada por pensar distinto. Sólo de bolsas de basura con piernas es posible esperar que se amenace a un diputado por defender su pueblo, antes olvidado, ahora en boca de todos.
A este país hay que darle la vuelta como a un calcetín. No es de recibo llamar golpista a quien ya es Presidente del Gobierno gracias a los votos de los españoles que han confiado en él, votos tan válidos de españoles tan españoles como el resto. No se puede invocar alegremente la intervención del ejército porque los tuyos no han ganado. Y hacerlo no debería quedar impune. Porque eso sí que es romper España, anteponer tu ideología, tu manera de pensar, tu partido, a la opinión de la mayoría. Incluso alguno se permite el lujo de afirmar que hoy se consolidaba un fraude electoral; habría que recordarles que perder 5 veces consecutivas unas elecciones no es un fraude electoral, sino la señal inequívoca de que el pueblo no les quiere. Otros les dan la espalda al orador, quizás vigilando para que no se aborten niños en Estados Unidos después de nacer, mancillando, sin duda, la memoria y el talante del que fue su padre.
Se les llena la boca llamando etarras a los diputados de Bildu, en un ejercicio de falta de memoria sonrojante, pues son los mismos que Maroto veía con buenos ojos a la hora de buscar apoyos para el buen gobierno de su alcaldía. Todos repudiamos el terrorismo, y lo consideramos como la peor lacra que ha sufrido nuestra Democracia. Les pedíamos que dejaran las armas, que defendieran sus ideas por métodos democráticos; y ahora que ETA ha desaparecido, que las armas han dejado de sonar, que defienden sus ideas mediante la política, ¿tampoco nos gustan? Aún recuerdo cuando dirigentes populares pedían a las organizaciones del 15-M que se articularan como partidos políticos, y ahora que les ganan las elecciones, ¿tampoco les vale? Parece que la única Constitución que les gusta es una que tenga dos artículos. En el primero, se aseguraría que la derecha es la única opción válida para gobernar España, y en el segundo, que se han de repetir elecciones hasta que se cumpla el artículo 1.
No soy socialista, ni jamás les he apoyado con mi voto. Pero me alegra que este año venga con un gobierno de izquierdas debajo del brazo. Les queda una tarea ardua, dura y llena de obstáculos. Y me alegra, sobre todo, por contraposición a los que se indignan. Si no le gusta a la CEOE, si le molesta al IBEX 35, si la Conferencia Episcopal nos pone a todos a rezar, si la patronal desgasta los molares con su rechinar de dientes, es que algo bueno va a pasarnos a los currantes de este país.
Curiosamente, a pesar de tener 61 diputados andaluces representando a andaluces gracias al voto de andaluces, ha sido Rufián, el apestado, el independentista, el separatista, el rompepatrias, el único que se ha acordado de nosotros, mientras desde la Junta se nos anuncia que Andalucía será el bastión en la defensa de la unidad de España. A ver cuando llega el momento en que España se vuelva hacia el sur para que dejemos de ser el bastión del paro, del abandono escolar y de la desigualdad social.
Ladran, luego cabalgamos…
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