“Se ha puesto en marcha un concurso para convertir el jardín botánico de la Concepción en un Cortilandia de espíritu navideño”

OPINIÓN. Boquerón en vinagre
. Por Francisco Palacios Chaves
Programador informático


09/09/21. Opinión. El programador Francisco Palacios escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre la idea del Ayuntamiento de convertir el jardín botánico de la Concepción en un parque temático navideño: “Gemma del Corral, concejala del área que presenta el proyecto, afirma que se hace para “atraer al público para que visite el Jardín Botánico” y que...

...“es una medida que pone al Jardín a disposición de los malagueños”. Como si ya no lo estuviera. Como si la única manera de atraer visitas fuera convertir un lugar de relax y de fomento al respeto por la Naturaleza y el Medio Ambiente en un espectáculo de cableado y altavoces”.

La ocurrencia

Se acabó el verano; los días empiezan a tener ese aura triste y melancólica de último beso al amor encontrado en agosto, y con la oscuridad más temprana de cada día llega septiembre, ese mes de la marmota en la que todo es retorno, vuelta, regreso.


Volvemos al trabajo, a las clases; nos espera con los brazos abiertos ese compañero de curro con tres mil quinientas fotos de sus vacaciones familiares en Galicia, aquí comiendo pulpo, aquí con mi mujer comiendo pulpo, aquí mira que pulpos… Las aulas se abren a la nueva normalidad, que no es otra que la misma de siempre, de clases masificadas y ratios muy por encima de lo aconsejable. Vuelven las caravanas mañaneras, los autobuses cargados hasta arriba, envueltos en ese aroma a guarida de tigre adolescente sin airear.

Uno, en su inocencia, cree que nuestros próceres han aprovechado estos días de asueto para hacer acto de contrición, recordar los errores del pasado e intentar no repetirlos y aumentarlos en el futuro. Pero no. Mi confianza en la especie humana y en su capacidad de aprendizaje está muy por encima de la realidad, y choca frontalmente contra un muro de inoperancia.

El Ayuntamiento de esta nuestra ciudad, y en concreto la concejala de Fiestas, Teresa Porras, cree que 900.000 euros en luces navideñas se queda corto como despilfarro. «Tenemos mucho que perder y poco que ganar si se afloja la calidad de la Navidad», ha dicho la edila malacitana, como si la calidad de dichas fiestas fuera directamente proporcional a la visibilidad de la ciudad desde el espacio. Por eso, considera que convertir el Centro Histórico en la fachada de un casino de Las Vegas no es suficiente, y necesita algo más.

Para ello, se ha puesto en marcha un concurso para convertir el jardín botánico de la Concepción en un Cortilandia de espíritu navideño, con túneles luminosos, estrellas flotantes en los lagos, barquitos con luces de colores en el estanque de la Ninfa, iluminación de la cascada del jardín (que no falten luces, por supuesto), carrillones, figuras de nieve, un tiovivo histórico (¿?) luminoso, no podía ser menos, y un puesto de comida. No sé si en la carta habrá leds comestibles o se podrá chupar bombillas, pero todo puede ser.

Habría que recordar que la Concepción no es un parque con columpios ni una zona de camping en el que hacer barbacoas los domingos, sino un jardín botánico, en el que podemos encontrar especies protegidas, y que está declarado como jardín artístico desde 1943, contando con protección jurídica para su protección, enriquecimiento y exhibición.

Gemma del Corral, concejala del área que presenta el proyecto, afirma que se hace para “atraer al público para que visite el Jardín Botánico” y que “es una medida que pone al Jardín a disposición de los malagueños”. Como si ya no lo estuviera. Como si la única manera de atraer visitas fuera convertir un lugar de relax y de fomento al respeto por la Naturaleza y el Medio Ambiente en un espectáculo de cableado y altavoces. Sólo le falta el puesto de Hamburguesas Uranga para tener el combo completo.

¿Alguien ha pensado en qué supone para la flora del lugar ese incremento de visitas? ¿Alguien se hará responsable de los daños que puede causarse a las especies protegidas que allí se encuentran? ¿Alguien ha reflexionado sobre si las instalaciones del Jardín Botánico son capaces de absorber la presión de miles de visitantes en un corto espacio de tiempo? ¿Alguien ha imaginado dónde y cómo van a habilitar la zona para acoger el tráfico esperado? ¿Alguien tiene en cuenta la opinión de ecologistas, voluntarios y asociaciones de amigos del Jardín Botánico al respecto? ¿Alguien piensa? Al menos, aún no se les ha ocurrido construir allí un hotel, pero tiempo al tiempo.

Estas cosas pasan cuando se tienen regidores que miden la calidad de una idea en función del número de luminarias necesarias para su realización. No queremos más bombillas, sino más luces.

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