Si hacen falta los votos de VOX, Feijóo los buscará, los pedirá y los premiará, sin el menor atisbo de duda. Quien piense que esos apoyos van a salirle gratis al jefe de la oposición es un iluso o alguien desconectado de la realidad

OPINIÓN. Boquerón en vinagre. Por Francisco Palacios Chaves
Programador informático


06/07/23. 
Opinión. El programador informático Francisco Palacios escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre las próximas elecciones generales: “Está la cosa mala, y peor que se puede poner. Nos jugamos que nos gobiernen personas cuyo vocabulario se limita a “no”, “derogar” y “prohibir”. Nos jugamos que volvamos a hablar de crímenes pasionales, de volver...

...al armario, de vagos y maleantes, de españoles de bien y de españoles que sobramos”.

El Delorean

No, no es ninguna pastilla o medicamento de última generación. Si no lo recuerdan, es la marca del coche que se usaba en la trilogía de “Regreso al futuro” para viajar en el tiempo. Ahora no nos va a hacer falta ningún físico ni 1.21 gigavatios para poner en marcha la maquinilla. Con un trocito de papel bastará.


El 23 de Julio no solo dilucidamos quién va a ser el presidente del gobierno. Además, decidiremos si queremos viajar en el tiempo, pero no al futuro, sino al pasado. Un pasado oscuro y con aroma a rancio que ya pensábamos que habíamos dejado atrás como una mala pesadilla. Nos jugamos retroceder a la casilla de salida, como en una fatídica partida de parchís, en la que, en lugar de comerse fichas, se comen derechos.

Porque ya lo tenemos claro. Si hacen falta los votos de VOX, Feijóo los buscará, los pedirá y los premiará, sin el menor atisbo de duda. Quien piense que esos apoyos van a salirle gratis al jefe de la oposición es un iluso o alguien desconectado de la realidad. En la formación verde ya han tenido varios casos de inundaciones en sus sedes, debido a una extrema salivación de sus dirigentes ante la perspectiva de tener un vicepresidente y algún que otro ministerio.


No tenemos más que ver las actuaciones del dúo diestro para ver hacia dónde apuntan. Lo de las banderas arco iris ha sido un espectáculo de demagogia barata y de hipocresía cara, cuando con una mano pintas el logo de tu sede y con la otra la retiras de los balcones. La prohibición en algunas localidades de manifestaciones en contra de la violencia machista no es que roce la ilegalidad, que es lo de menos, sino la invisibilización de un hecho que era causa común de todas las organizaciones políticas.

Pero no todo queda ahí. El siguiente paso ha sido el de resucitar la nunca bien ponderada tradición del censor. Tenemos localidades en la que se prohíbe una obra de Lope de Vega, conocido autor del Siglo de Oro con reminiscencias bolivarianas, otra obra de Virgina Wolf y, les aseguro que no es broma, una película de dibujos animados porque aparece el beso de dos mujeres, una escena que si parpadeas te la pierdes. Yo pediría por favor que a estos amantes de la tijera y de la cultura desculturizada, nadie les ponga “Tootsie”, “Victor o Victoria” o la “Sra Doubtfire”. Les puede dar una embolia. Es curioso que estos mismos no tienen reparos en promocionar la tauromaquia y levantar la limitación de edad para este tipo de espectáculos sangrientos. Parece que un beso es mucho más peligroso que ver a un animal siendo torturado hasta la muerte. Cuestión de prioridades.

Está la cosa mala, y peor que se puede poner. Nos jugamos que nos gobiernen personas cuyo vocabulario se limita a “no”, “derogar” y “prohibir”. Nos jugamos que volvamos a hablar de crímenes pasionales, de volver al armario, de vagos y maleantes, de españoles de bien y de españoles que sobramos.

Espero no levantarme el 24 de Julio viviendo dentro del NODO.

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