La derecha de este país es el epítome de lo que no debe hacerse en la vida. Tiene mal ganar y peor perder. No les viene nada bien, a no ser que sea que ellos ganen

OPINIÓN. Boquerón en vinagre. Por Francisco Palacios Chaves
Programador informático


25/04/24. Opinión. El programador informático Francisco Palacios escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre las elecciones vascas: “Queríamos que dejaran las armas, y las dejaron. Quisimos que se constituyeran en un partido político alejado de los posicionamientos de la banda terrorista, y lo hicieron. Exigimos que pidieran perdón, y lo pidieron. Pero nada de eso...

...tiene el más mínimo valor para los celosos guardianes de la legalidad. Si se pacta con ellos, te conviertes automáticamente en terrorista, bilduetarra o en primo hermano de Txapote. A no ser que seas del PP, en cuyo caso ya sabemos que pueden hacer lo que les plazca”.

Terroristas

Lo veía venir. No hacía falta ser un genio para esperar la reacción de la derecha patria ante el esperado resultado de las elecciones autonómicas en Euskadi. Cualquiera que siguiera con cierta asiduidad los medios de comunicación estaría prevenido para esta escalada verbal hacia los más oscuros infiernos.


Partamos de la base de que todos los partidos que se presentan a unas elecciones, sean del ámbito que sean, son constitucionalistas. Todos han tenido que pasar un severo control de sus estatutos y actividades, y, desde el momento en que sus papeletas están a disposición del ciudadano en un colegio electoral, podemos admitir sin ambages que ese partido es constitucionalista. Cuestión bien distinta es si ese partido plantea cambios en la propia organización del Estado o de la Constitución. Pero ese no es, ni de lejos, motivo para que pierda su denominación de constitucionalista. A no ser que queramos vender que nuestro partido, el que sea, es el único guardián de la pureza democrática, el garante del cumplimiento de la Constitución, y que el resto supone un peligro para la pervivencia de la Carta Magna. Lo que viene siendo una chorrada de dimensiones descomunales y una tontería sin parangón.

La derecha de este país es el epítome de lo que no debe hacerse en la vida. Tiene mal ganar y peor perder. No les viene nada bien, a no ser que sea que ellos ganen. Es evidente que el manido mensaje de que Bildu es ETA está perdiendo lustre de tan manoseado. Ya no entramos en el hecho de que esa Bildu, y no otra, era la misma Bildu con la que pactaba Maroto. Es la misma Bildu, y no otra, de la que Borja Sémper decía que “con ella debía escribirse el futuro de Euskadi”. Imagino que, en ese futuro, sólo entraba Bildu si el PP ganaba por mayoría absoluta y aplastante las elecciones vascas.


Cuando ETA asesinaba, todos y cada uno de nosotros rezaba para que llegara el día en que dejaran las armas. Rogábamos a todos los dioses por la llegada de la paz, porque tomaran la senda de la disputa política, porque defendieran sus posturas con la palabra y no con la pistola. En varias ocasiones, HB fue declarada ilegal por sus evidentes negativas a defender la vía democrática, por avalar la violencia.

Pero, con el tiempo, las cosas han cambiado diametralmente. ETA entregó las armas, y la izquierda abertzale se coaligó con otras formaciones para crear lo que, a día de hoy, es Bildu. En Bildu, tenemos a Sortu, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternatiba. Sus dirigentes, en más de una ocasión y en distintos foros, han renegado del pasado, y han pedido perdón a las víctimas del terrorismo, asuntos que se le echan en cara en cuanto algún indocumentado tiene ocasión para hacerlo.

Pues bien, eso tampoco vale. Queríamos que dejaran las armas, y las dejaron. Quisimos que se constituyeran en un partido político alejado de los posicionamientos de la banda terrorista, y lo hicieron. Exigimos que pidieran perdón, y lo pidieron. Pero nada de eso tiene el más mínimo valor para los celosos guardianes de la legalidad. Si se pacta con ellos, te conviertes automáticamente en terrorista, bilduetarra o en primo hermano de Txapote. A no ser que seas del PP, en cuyo caso ya sabemos que pueden hacer lo que les plazca.

Si se les echa esto en cara, aproximadamente 15 segundos más tarde te cuentan la milonga de que Franco lleva muerto muchos años, equiparando la muerte del dictador y del franquismo con la rendición de ETA. Aunque hay algo que se les escapa: a los terroristas, se les persigue y condena. A los herederos del franquismo, se les amnistió, se les perdonaron sus pecadillos de fascista y a otra cosa, mariposa. Por cierto, lo de que el franquismo ha muerto no se lo creen ni ellos. Eso o hay un especial énfasis en llamar a los taxis en determinadas ocasiones.

Sinceramente, creo que ETA es la mejor manera de acabar con los problemas de este país. Cuando asesinen a una mujer, ha sido ETA. Cuando no nos cojan el teléfono en el ambulatorio, o nos den cita para dentro de 3 años, es culpa de ETA. Cuando a un inmigrante lo dejen en la puerta de un hospital, herido a causa de un accidente laboral, a pesar de tener menos papeles y contrato que una liebre, ha sido ETA.

A ver si, de esa manera, la derecha también se preocupa de esos problemas, problemas que, por lo que sea, no les llaman tanto la atención. Por lo que sea.

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