Es bueno celebrar días del Orgullo, aunque sea el del Concebollismo. Uno debe sentir admiración por su manera de pensar, de sus hobbies, de su manera de amar, o de lo que sea

OPINIÓN. Boquerón en vinagre. Por Francisco Palacios Chaves
Programador informático


27/06/24. Opinión. El programador informático Francisco Palacios escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el Día Internacional del Orgullo LGBT: “En todo el mundo, excepto en aquellos países en los que la ley o la religión dictamina las maneras adecuadas de amar, se celebrará el Día del Orgullo, una fecha marcada en el almanaque como de reivindicación, de lucha...

...por la igualdad de derechos y contra la violencia que aquellos que tienen miedo de lo distinto, ejecutan contra gays, lesbianas o transexuales”.

Orgullo

Hay un Día Mundial de casi todo. Desde el del Hombre del Tiempo al del Saltarse la Dieta, Desde el del Pelo hasta el del Pene. Siempre son bienvenidas las celebraciones, porque la vida ya es, de por sí, motivo de fiesta. Hay un día para estar orgulloso de tu mascota, de la pasta e, incluso, hay un Día del Hombre. El 19 de Noviembre, para que lo marquen en sus calendarios todos aquellos machotes que se sienten discriminados por su condición sexual.


En todo el mundo, excepto en aquellos países en los que la ley o la religión dictamina las maneras adecuadas de amar, se celebrará el Día del Orgullo, una fecha marcada en el almanaque como de reivindicación, de lucha por la igualdad de derechos y contra la violencia que aquellos que tienen miedo de lo distinto, ejecutan contra gays, lesbianas o transexuales. Como todos los años, veremos a mucha gente disfrutando de la diversidad, y a un montoncito maloliente que ansía y recuerda tiempos pasados, en los que todo lo que se alejaba de su “normalidad” debía ser escondido.

Ahí tenemos a esos seres, en teoría,  pensantes, sentados en sus poltronas, pagados de sí mismos, felices por tener la maravillosa idea de eliminar el arcoíris de la estación de Chueca, o de lanzar el cartel conmemorativo en el que aparecen una copa, un tacón y un condón. En sus cabezas sonó genial la idea de asociar el Día del Orgullo con la borrachera y la promiscuidad. Que nadie vea el menor atisbo de prejuicio. Es que la sesera no les da para más.


Tampoco les riega demasiado a aquellos que vuelcan su homofobia ante la foto de una jugadora de futbol y su pareja. En su mente cerril no cabe que dos mujeres puedan amarse, y menos aún que lo hagan a la luz del día, sin esconderse, sin excusas. Simplemente, son dos personas que se aman. Son los mismos que ponían el grito en el cielo cuando lo del beso. Imagino que, tras la sentencia del Supremo en la que dicta que un beso no consentido es una agresión sexual, se arañarán la cara hacia arriba. Porque ellos son de respetar mucho las sentencias, pero cuando cuadran con su opinión.

Es bueno celebrar días del Orgullo, aunque sea el del Concebollismo. Uno debe sentir admiración por su manera de pensar, de sus hobbies, de su manera de amar, o de lo que sea. Debes celebrar que tu equipo haya ascendido, sentirte orgulloso de tus colores, pero eso no puede ser excusa para acordarte de los ancestros fallecidos de nadie. Se entiende que son momentos de euforia, pero para eso tenemos un cerebro que debe regular nuestro comportamiento. Si no fuese así, la separación de los animales salvajes sería una línea que, de tan delgada, podría no verse. Pero, ojo, aquí nadie puede rasgarse las vestiduras, porque los mismos que claman al cielo por sentirse vejados, estaban en el otro lado de la Historia, insultando y denigrando a los andaluces. Nada nuevo bajo el sol. Un día más en la oficina.

También debería existir el Día del Orgullo Fachoesférico. No es que lo reclame porque me guste o me sienta identificado. Es que, así, no tendríamos que aguantar todo el año sus bulos, mentiras, falsas promesas, titulares inventados, frases sacadas de contexto y demás herramientas usadas por sus vecinos. Con un día al año ya estaría.

No hace falta reivindicar un Día del Cerdo, porque ya tiene fecha. Se celebra en la noche de San Juan en nuestras playas.

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