“El propio Tenorio nos informa de que no hay contrato y que no ha denunciado el caso a las fuerzas de seguridad del Estado. Es decir, antes de tomar medidas legales, desbarra en redes. Lo normal”
OPINIÓN. Boquerón en vinagre. Por Francisco Palacios Chaves
Programador informático
26/09/24. Opinión. El programador informático Francisco Palacios escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el cantante Manu Tenorio: “Un señor que se rebela contra unos mal llamados “inquiocupas” que se albergan en una de sus propiedades. Hasta aquí, casi nada fuera de lo normal. Pero es que, después de tirar del hilo, nos enteramos de que, en realidad,...
...los supuestos morosos, no es que no paguen las mensualidades, sino que lo hacen a Hacienda, porque el arrendador tiene una deuda con el erario público”.
El Tenorio
No, no se preocupe. No estamos aún a primeros de Noviembre, esa fecha en la que los teatros se llenan de representaciones de la inmortal obra de Zorrilla. Son las casualidades de esta vida, en la que el azar nos lleva de la mano como madre al niño al colegio por las mañanas, berreando y luchando contra un destino ineludible. El azar, o quizás la mala cabeza, ha hecho que un cantante del mismo apellido que el afamado galán se haya vuelto viral en redes. Y no por sus canciones, afortunadamente.
El caso que nos ocupa es el de un señor que se rebela contra unos mal llamados “inquiocupas” que se albergan en una de sus propiedades. Hasta aquí, casi nada fuera de lo normal. Pero es que, después de tirar del hilo, nos enteramos de que, en realidad, los supuestos morosos, no es que no paguen las mensualidades, sino que lo hacen a Hacienda, porque el arrendador tiene una deuda con el erario público. Oh, sorpresa.
El asombro no acaba ahí. En medio de toda una vorágine de apariciones en redes sociales y en medios de comunicación, el propio Tenorio nos informa de que no hay contrato y que no ha denunciado el caso a las fuerzas de seguridad del Estado. Es decir, antes de tomar medidas legales, desbarra en redes. Lo normal. Me imagino que a cualquiera que sea víctima de algún delito, lo primero que se le ocurre es denunciarlo en X antes que en un juzgado.
En vista de la repercusión de sus palabras y de sus videos, en los que insulta a todos aquellos que no están de acuerdo con sus posicionamientos, además de amenazar con arrancarle la cabeza a una periodista, ha anunciado que va a borrar sus cuentas en redes sociales. De paso, podría instalarse la aplicación de la Agencia Tributaria.
En este país, los artistas llevan ya años posicionándose políticamente, con todo el derecho del mundo. Aún tenemos en el recuerdo, por ejemplo, las imágenes de actores y actrices en la gala de los Goya, pidiendo el fin de nuestra participación en la segunda guerra contra Irak. O a Norma Duval haciendo campaña para el PP. Aunque esté muy feo comparar, no hay color.
Curiosamente, cuando un artista se posiciona claramente a favor de la izquierda, todo el facherío patrio acude con rapidez inusitada al tópico de las paguitas y las subvenciones, sobre todo en el caso del cine. Es hilarante ver como se deja caer que ganadores de Oscar no serían nada sin las ayudas del Gobierno. Claro, olvidan que, el artisteo que se decanta por la parte derecha del espectro político, se aprovecha de prebendas y subvenciones concedidas a dedo.
Estos artistas apolíticos, que, según ellos, no son de izquierdas ni de derechas, cumplen de forma inequívoca el axioma de que, el que se autodenomina de esta manera, es más de derechas que el grifo del agua fría. Son amantes de la libertad, de la libertad de llevárselo calentito, auspiciados por gobiernos locales y autonómicos. Claro, luego, cuando sus críticas al gobierno trascienden lo político y se embarran en insultos e improperios, se quejan de que nadie los contrata. Es lo que tiene la libertad, que nadie está obligado a contratarte. Son los que miran de soslayo, con ojos de criticona, los contratos de determinados programas televisivos, pero no se acuerdan que los suyos no los veía nadie y cobraban mucho más.
Es una pena que Tenorio deje las redes sociales. Nos priva de grandes momentos humorísticos y ratos de tremenda vergüenza ajena. Sobre lo de los morosos, si al final hay que echarlos, aconsejo a la policía que les ponga un disco del propietario de la casa. Salen al instante.
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