“También se les investiga por recaudar fondos usando huchas en la calle, así como a partir de la venta de productos de merchandaising, ambos métodos totalmente opacos para la captación de fondos”

OPINIÓN. Boquerón en vinagre. Por Francisco Palacios Chaves
Programador informático


13/03/25. Opinión. El programador informático Francisco Palacios escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la financiación del partido Vox: “Aún no nos hemos recuperado del discurso torrentista de su diputado murciano, cuando llega Anticorrupción y nos informa de que se les está investigando por presunta financiación irregular. Se les está mirando con lupa...

...tras reconocer que habían recibido de un banco húngaro 9,2 millones de euros, banco que es propiedad de un amigo del presidente húngaro, Viktor Orban, socio de VOX en el Parlamento Europeo. Cosas del azar”.

Reductio ad absurdum

El Reductio ad Absurdum (en latín, "reducción al absurdo") es un método de argumentación lógica y matemática que consiste en demostrar la falsedad de una proposición asumiéndola como verdadera y llevando su desarrollo a una contradicción o absurdo. Se parte de la hipótesis contraria a la que se desea demostrar. Luego, se deducen consecuencias lógicas hasta llegar a un resultado contradictorio o inaceptable. Al ocurrir esto, se concluye que la hipótesis asumida es falsa y, por lo tanto, la proposición original es verdadera. Por ejemplo, si queremos demostrar que VOX no es la España que madruga, suponemos que lo es. Posteriormente, comprobamos la hora a la que llegan todos los días al Parlamento y llegamos a la contradicción esperada.


Pues eso le está pasando a la extrema derecha española, que está quedando reducida al absurdo. Sus propias contradicciones son mayores a cada día que pasa, provocando sonrojo y mucha vergüenza ajena. No les bastaba con apoyar a un tipo, más parecido a un Cheeto que a un presidente electo, en sus iniciativas arancelarias contra las exportaciones españolas. No les parecía suficiente aplaudir a otro elemento que aboga por la semana laboral de 120 horas, mientras que montan un sindicato, llamándolo “Solidaridad”. Lech Walesa se retuerce en su tumba.

No les alcanzaba con votar en contra de cualquier medida que vaya a favor de los derechos de los trabajadores o de los menos favorecidos, defendiendo con uñas y dientes su única patria, que no es otra que la del dinero. Tampoco les llegaba con erigirse en los detractores de los chiringuitos y las paguitas, mientras su amado líder no ha hecho otra cosa durante su vida laboral, sea lo que sea eso para él, que deambular de mamandurria en mamandurria sin ápice de arrepentimiento ni contrición cristiana.

No les supuso el menor atisbo de duda ponerse en contra de las medidas de apoyo a las víctimas de la DANA de la Comunitat Valenciana, mientras pusieron todo el esfuerzo en desmantelar la unidad de emergencias valenciana, algo mucho menos importante que la ayuda a la tauromaquia. Un hito en la historia de la congruencia en política.

Pero nada de esto les parecía suficiente. Si hay algo que es muy del ADN de la extrema derecha es lo de ir más allá. Y VOX no iba a ser menos. Aún no nos hemos recuperado del discurso torrentista de su diputado murciano, cuando llega Anticorrupción y nos informa de que se les está investigando por presunta financiación irregular. Se les está mirando con lupa tras reconocer que habían recibido de un banco húngaro 9,2 millones de euros, banco que es propiedad de un amigo del presidente húngaro, Viktor Orban, socio de VOX en el Parlamento Europeo. Cosas del azar.


También se les investiga por recaudar fondos usando huchas en la calle, así como a partir de la venta de productos de merchandaising, ambos métodos totalmente opacos para la captación de fondos. No sabía que vender banderitas iba a dar para tanto.

Ante todo esto, uno se empieza a plantear una serie de preguntas. Por ejemplo, por qué no vemos a los famosos periodistas que luchan contra la corrupción, persiguiendo a Abascal y al resto de cargos públicos de VOX, asediándolos para sacarles una declaración que explique estos hechos. O si todo esto lo han aprendido ellos solos o son conocimientos que adquirió Santiago Abascal durante el tiempo que estuvo bajo las alas de Esperanza Aguirre. También me surge la incógnita de cuánto tiempo va a tardar el PP en crear el video con IA, señalando esta cuestión. Espero que esta vez lo hagan sin tener que pedir disculpas a ningún país extranjero.

Ahora va teniendo todo un poco más de sentido. Quizás todo esto sea la una de las razones por la que sus votos en Baleares propiciaron la eliminación de la oficina contra la corrupción. Sin embargo, no alcanzo a entender por qué votaron en contra de eliminar la palabra “disminuido” de la Constitución.

La derecha miente. La extrema derecha, miente extremadamente. Quod erat demonstrandum.

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