“Con su amigo hablo mucho. Bueno. Yo sí, muy habladora, hasta por los codos. En serio que le dijeron eso del cuerpo. Es que la gente es muy influenser”
OPINIÓN. El lector vago. Por Miguel A. Moreta-Lara
Escritor a veces
16/09/24. Opinión. El escritor Miguel A. Moreta en su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com de esta semana escribe sobre conversaciones de autobús: “En el Banco le dan a uno las cosas esas… Ya vendí la tele de la Yeny. Era la tele del cuarto de mi hijo… Sí, los bancos las dan, por las nóminas y eso… Según usted, lavó la ropa… ¿qué era sucio o limpio? Qué pereza, claro, verdad…
...Déjeme que cambie el día… Yo hago mis cosas y martes es mi día libre. Me da pereza ir a trabajar el sábado, con la mierda de sueldo que se gana ahí…”.
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Yo como lo que sea, pero las alitas de pollo fritas que ella preparó me las comí con asco… Vamos a tener un problema bien grande… Usted sabrá de esas pendejadas… Yo estoy hablando con usted… ¿Y entonces? ¡Je! ¿Cómo? Ech. ¿Es que…? Un problema grande al tamaño de una catedral. ¿Qué? Oh. Yo no soy tonta… ¿Y entonces? Me toca aguantar. Porque cuando… En el Banco le dan a uno las cosas esas… Ya vendí la tele de la Yeny. Era la tele del cuarto de mi hijo… Sí, los bancos las dan, por las nóminas y eso… Según usted, lavó la ropa… ¿qué era sucio o limpio? Qué pereza, claro, verdad… Déjeme que cambie el día… Yo hago mis cosas y martes es mi día libre. Me da pereza ir a trabajar el sábado, con la mierda de sueldo que se gana ahí… Los hijos de puta… Todos los piojos tienen que buscar un marido rico. Eso fue que me dijo ella. Ella es feliz. Yo sé que me iría bien porque guiso bien. No nos podemos quejar, por lo menos en eso… Tenía que haber venido conmigo… Se lo dije… Ya. Va a ser lo mismo, va a tener que trabajar… Sí, tampoco se trabaja tanto, bueno, nosotros echamos las ocho horas… Dice Yeny que tiene algo que no la termina de convencer. No sé… Eso fue que me dijo ella. Ayer. Usted tenía algo que no la termina de convencer. Algo de eso que es como la gente que no ha roto un plato, ¿m’entiende? Yo que… ¿A ver? Yo soy así y de pronto algo y ya me desconvenzo otra vez. Bueno, hoy lo quiero menos que ayer y antesdeayer… ¿Qué? ¡Ah…! Bueno y cómo, si yo soy transparente, dígame, y cómo, yo estoy en casa cuando no estoy trabajando. Es por eso, si yo soy así como soy, bueno, ya lo sé. No, yo tampoco. A priori me cabreo… Lo intuyo… Es por eso, yo soy transparente… Va a sufrir… Es que son audios del Messenger y no los puedo compartir. Jajaja… ¿Cómo? ¿Quién? Yo no tengo nada en el teléfono. Usted me da el teléfono a la noche y yo le doy el mío. No tengo ningún misterio… No es por nada. Cambiamos el teléfono a la noche… No… Jajaja. A este no, porque el teléfono es muy, muy personal. Ustedes tienen ocho horas menos. No, usted nunca coge el teléfono… No sé. Yo le dije… Mírelo por este lado. Nada, yo no hablo con nadie aquí. Na… Esto no va a pasar… Jijijiji… Esa es su teoría. El modo avión es para que nadie te moleste. Encima que no tenemos tiempo para nosotros va ella a querer meterse ahí… Me gusta… Jajaja. Pero no… no así como cuando… ¿Usted conoce Granada? ¡Ah! Pues tenemos que venir un día… Ya sabe. Fue a avisar a la Gordi, pero como que me invitó a la boda, a lo mejor no quiere que vaya… Y ahorita voy a cambiar. Una table. Sí, cualquiera. Me lo quito. ¡Aj! ¿Y usted qué anda? Quién sabe… ¿Novio quiere? Yo estoy lista en mi país… Así llevo un año. Usted me está tomando el pelo. No, mi cuenta nadie más la toca… ¡Jesú! ¡Ay! Otra vez trabajando. Sí, porque para atrás de Bolivia y de la parte de arriba… El jueves, la semana que viene… Martes. Umm. ¿Qué? Yo. Je… Sí, yo. Yo… Cuando usted quiera. Mi certificado tiene cinco años… Eso… Dígame… Yo… Yo tenía una jefa que me decía… Usted es una mala persona… Ni me quiere mandar dinero ni me quiere mandar cable. ¡Yo qué! ¿Bien de qué? Cualquier table… Jejeje. Ay. Se pasa… ¿Qué era eso? ¿Y eran amigos? ¿De qué? Jejeje. Y encima que le mando algo… Ahhh. Jajaja… Parecía… Me cagué de la risa. No, no hemos peliado ni nada. Ya. Qué va. Nunca. No, eso sí, seguro. Así que un día le dije: Laionel, ¿qué te parece el Negrito? Yo ya sé que a él no le gusta que le hable de mi ex ni en broma. Un día le dije qué tú piensas si yo vuelvo con el Carbi y me dijo haga con su vida lo que quiera. No, si él habla a veces conmigo. Con quien habla mucho es con Yeny. ¿Tú le vas a sacar alguna palabra a él? Jajaja. Yo creo que nunca le va a sacar ninguna. ¿En serio? ¿Le dijo eso? Usted y yo vamos a terminar mal. Ah. Jajajaja. Ya es algo. Con su amigo hablo mucho. Bueno. Yo sí, muy habladora, hasta por los codos. En serio que le dijeron eso del cuerpo. Es que la gente es muy influenser. ¿Le dijeron? ¡Pero qué imprudente! ¡Ay, por Dios, qué vergüenza! No saben que he sido yo, verdad, ¡ay, por Dios! Eso, usted que le anda enseñando… ¿Y él solito qué le dijo? ¡Oh, menos mal, qué vergüenza! ¿En serio? ¡Qué vergüenza más grande! ¿Ya comió? Que no, pero está mal. ¿Eh? Suerte que está mal, porque uno tiene que desayunar, almorzar y cenar. Eso que dicen… Espabila… ¿Ya arregló su cuarto? ¡Qué pereza más grande, por Dios! Falta una hora. Ya estoy más acá que allá. En avión es solo una hora y media. Dígame, no va a estar toda la vida yendo… Digo yo… Bueno, toma algo.
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