OPINIÓN. Relatos torpes Por Dela Uvedoble
Hilvanadora de historias

17/01/20. Opinión. La escritora Dela Uvedoble continúa su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com con dos relatos acompañados de una imagen cada uno. Esta hilvanadora de historias nos regala todas las semanas dos textos con su imagen correspondiente dentro de la sección Relatos torpes. Hoy nos ofrece ‘La sota de bastos (1905)’ y ‘Todo calculado’...

La sota de bastos (1905)


Carmela es una gitana espabilá con un marido que trabaja sosteniendo el mostrador de la taberna, que entre moscateles y blancos le ha hecho siete churumbeles.


Ella lo respeta como su hombre que es y procura que no le falte parné para alpiste, cigarros y pañuelos. El marío de una no debe parecer un muerto de hambre, cuestión de orgullo calé, aunque malvivan pegaos a la Alcazaba.

Carmela se ha colocao en una venta haciendo de comé pues buena mano tiene. La nombran por Sota porque enternece a los pulpos con un garrote. Eso la encorajina: 

-“¡Mar doló óz den”, bufa como gata rabiosa, “Pa Zote er connúo tu padre!”.

Como siempre está amamantando sirve de ama de cría tomando unas hierbas que son propias pa dar leche.

De aquí y allá araña perrillas y saca a la troupe palante.

Tomá, su gitano, a veces toca la guitarra con mucha maña animando las francachelas de los payos ricos.

Cuando era una espigada gitanilla le hacía de bailaora. Celos incontables se había tragáo el menda viendo caer la baba a los crápulas que con ojos hambrientos recorrían su cuerpo de diosa. Le parecía que profanaban la pureza de sus senos, la firmeza de las ágiles pantorrillas.

No paró hasta llevársela y hacerla suya.

Con la posesión continuada se le fue yendo el demonio del cuerpo. Aún le gustaba arrimarse al calor de sus carnes en invierno cuando el ardor con el frío se aviva, pero ya respiraba tranquilo porque solamente él la gozaba.

El tiempo no pasa en balde y amortiguó su brillo. Er Tomá daba gracias al cielo. Si hubiera seguido siempre hermosa la hubiese matado o perdido la vida en desazones.

Carmela ha engordado. Las preñeces dejaron huella en su cuerpo y ahora son sus hijas las que divierten a los señoritos en el café del Turco.

Jamás ninguno se atrevió a propasarse con ellas pues para eso va siempre de palmera, llevando el compás con un bastón de gran calibre que más parece garrota disuasoria.

“A mis astillas ni rozarles el dobladillo”, golpea en morse.

Le dicen por bajini, temiendo su genio, “la Sota de bastos”.

Reblandecío como a los pulpos deja el tablao.


Todo calculado


Dice internet que el día más triste del año es el tercer lunes de enero. Han escogido el día chungo per se, el mes post jarana y unas serie de factores para componer la ecuación.

Clic Arnall, un psicólogo con alma de matemático lo planteó así:  

                              1/8C+(D-d). 3/8xTl Mn x Na

No había visto nada parecido desde que el banco me tasó la casa para la hipoteca. Y me habré comido algún signo.

C= clima, D= deudas, d= dinero que (no) queda, T= tiempo transcurrido desde la última juerga, I= yodo y periodo que se sostiene un propósito, M= motivación, Na= sodio y necesidad de actuar para realizar el cambio.

Resolviendo: tres semanas tardarnos en volver de Navilandia y caer en la cuenta de que los nuevos propósitos languidecen.

Lo que es buscarle las vueltas a la X de Xmas.

Me rebelo. ¡Cuando “ellos” digan voy yo a estar mohína!

Nada peor que la marcha de la salud que te impide continuar ganándote la vida y disfrutarla. O la visita de la muerte.

Ninguna cosa lleva más al llanto que una barriga vacía, el frío sin techado y la lluvia al otro lado del cristal, donde no existen sofás ni mantitas.

Trabajar doce horas, no ver a tus hijos y encima no poder pagarles la ortodoncia si que es penar. Lo demás son polladas de un primer mundo lleno de piterpanes.

Parecemos niños caprichosos que necesitan estímulos continuos para no aburrirse, dígase comida extravagante, sexo con sombras o bolitas de colores.

Muchos hacen de la Navidad su Shangri-La. Vivirían en ella eternamente como dentro de esas bolas de cristal con nieve de mentira pero sin que nadie los agite. Salir a la luz de la realidad les supone desintegrarse como vampiros.

Se acabaron las Christmas y habrá llantera hasta Semana Santa.

Internet para compensar nos surte subiendo vídeos de caídas.

Al humano nada hace más feliz que ver jodido a un semejante.

Puede leer aquí anteriores entregas de Dela Uvedoble:
- 20/12/19 ‘Cifras y letras gordas (1985)’ y ‘Buenanoche (Un corralón de Málaga, 1910)’
- 13/12/19 ‘Ojos apropiados’ y ‘Aquellas navidades (1973)’
- 10/12/19 ‘Dientes, dientes’ y ‘Transición (1978)’
- 29/11/19 ‘Purísimo’ y ‘Genio y figura’
- 22/11/19 ‘El mote’ y ‘Templada sabe mejor’