OPINIÓN. Relatos torpes. Por Dela Uvedoble
Hilvanadora de historias
19/06/20. Opinión. La escritora Dela Uvedoble continúa su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com con dos relatos acompañados de una imagen cada uno. Esta hilvanadora de historias nos regala todas las semanas dos textos con su imagen correspondiente dentro de la sección Relatos torpes. Hoy nos ofrece ‘Cuando las colchas adornaban los balcones (1971)’ y ‘Veintidós’...
Cuando las colchas adornaban los balcones (1971)
En el barrio de la Trinidad se recibía junio con alegría, no era para menos trayendo su fiesta; la llamaban “Corpus chiquito” aquellos que solo tenían grande las ganas de salir palante con poco más que salero. En mayo se encalaban fachadas y patios poniendo cada uno sus perrillas pá la cal y se arreglaban las macetas.
La mañana del domingo onomástico amanecían las calles limpias, baldeadas la víspera. Eugenio, el quincallero, era el encargado de levantar un altar al principio de la calle, también orientaba a las vecinas en el adorno de los patios. Por ser sarasa tenía un gusto exquisito, amén de mucha maña para amortajar a los difuntos.
Me gustaba bajar con las niñas mayores a ver si las colchas que adornaban los balcones estaban bien colocadas: “échala má pa yá” o “remete que cuelga”.
Inolvidable olor a naftalina e incienso. Las prendas del ajuar eran para estos casos, la visita del médico y el puerperio de su dueña.
Llegaba el cura bajo palio sosteniendo la custodia con las sagradas formas y parando en los portales donde había impedidos que administrar comunión. Mientras el sacerdote cumplía los que sostenían el toldo se echaban un pitillo, solían ser vecinos destacados por su mejor posición económica o disposición capillita. El caso es que se consideraba honor por una vez hacerle sombra a la iglesia.
Nuestra impedida se llamaba María Josefa y no salía jamás de su sala, era una pasita que no daba ruido la pobre, su sobrina le llevaba la comida cada día. Casi ciega y sorda, sin tele, radio ni libros porque aunque hubiese tenido no sabía leer, pasaba sus días esperando a la muerte y rezando. La visita del cura la sacaba de su triste limbo una vez al año.
El momento álgido era por la tarde cuando procesionaba la Virgen, antes se despejaba la calle para que cupiese el trono. El quincallero recogía sus preciosos jarrones de calamina y las ricas telas prestadas para el altar, no fueran a desgraciarse; las colchas volverían ventiladas al baúl revestido de lata coloreada.
Ese día se almorzaba un arroz, en casa naturalmente; pocos tenían para el bisté con papas en cualquier bar de calle Mármoles.
La chiquillería que ese año había hecho la comunión daba el toque de ingenuidad, engatusados con la posibilidad de volver a vestirnos de reinas o mariscales nos hacían desfilar varias horas, calladitos y con las manos en postura pía. Yo fui contenta aunque pronto me cansé, con siete años recién cumplidos me imaginaba seria algo más que verle el cogote velado a la que iba delante. Para colmo no me dejaron tomar una Mirinda por miedo a mancharme los organdiles.
Menos mal que me sacaron antes del recorrido y fuimos a Casa Luis, una heladería entrañable en la calle del Tiro.
La felicidad sabía a tutti frutti y costaba tres pesetas.
Veintidós
Se despertó sudando, había soñado estar negociando con la Muerte el día de su propio óbito.
Venia a buscarlo pero él, ducho en diplomacia gracias a su trabajo en Recursos (in) Humanos de una multinacional logró prórroga: “Cuando los niños crezcan y la hipoteca esté pagada, además mi mujer se llevaría un disgusto”.
Curiosamente la Parca aceptó, “Vendré por ti durante el 2022, haz tus preparos”.
Después del desayuno y advertir que para ese año quedaban quince no le dio más vueltas al asunto.
Llegó 2020 con su pandemia y el trato volvió a rondar su cabeza.
Dábase la circunstancia que desde “la anunciación” hasta la presente se había divorciado y hasta anulado el vínculo con quien decía no querer apenar, finiquitado la hipoteca y emancipado sus hijos.
Espera su hora con tranquilidad disfrutando los momentos con fruición. Es inmortal hasta las primeras horas del año pactado.
Se alegra de no tener que verse ajado y dependiente. No es que a su edad vaya a dejar ya un bonito cadáver pero no hará mal papel como difunto.
Los deudos podrán decir: “que pronto se nos ha ido y que bien dejó dispuestas las cosas”.
Lástima no poder asistir al propio entierro.
El problema es que ha vuelto a enamorarse y le parece estar estafando a su pareja. Ella quiere bodorrio y por los atrasos del confinamiento no hay hueco en la Iglesia en dos años vista.
Su futura está contratando el mejor hotel, la orquesta más solicitada, el fotógrafo de vanguardia...
Las galas nupciales se las harán en un atelier de París y como viaje de novios fantasea con trotar por el mundo ahora que dicen que es plano.
No va a desilusionarla, que lo goce planeando un futuro que cree cierto, ella lo conoció generoso aunque ignorando que lo era por conocer su fecha de caducidad, no va a arruinar su reputación siendo un sieso.
Ahora que como se quede sin morirse tendrá que suicidarse; no podrá con tantas facturas.
A la Huesúa no la marea nadie.
Puede leer aquí anteriores entregas de Dela Uvedoble:
- 12/06/20 ‘El trece pá San Antonio’ y ‘Calores (1973)’
- 05/06/20 ‘El descoque (1933)’ y ‘Junio’
- 29/05/20 ‘Mujeres de vida alegre (1920)’ y ‘Luna a secas’
- 22/05/20 ‘Maestro lencero’ y ‘Gamberrada’
- 15/05/20 ‘El escote (1958)’ y ‘El rabúo’
- 08/05/20 ‘La Gurrita’ y ‘Dora menguante’
- 30/04/20 ‘Mamá’ y ‘Croquetas’
- 24/04/20 ‘De segunda mano’ y ‘Benditas letras’
- 17/04/20 ‘Antoñito busca novia (1949)’ y ‘Tita Concha (1960)’
- 03/04/20 ‘Ardiente fe’ y ‘Aprovechando’
- 27/03/20 ‘Raro domingo’ y ‘Hilo’
- 20/03/20 ‘El tiro por la culata’ y ‘Amantes de papel’
- 13/03/20 ‘Simple future’ y ‘De negros y fetiches’
- 06/03/20 ‘Primera y última (1950)’ y ‘Error de embalaje’
- 02/03/20 ‘Blas Infante’ y ‘Amo’
- 21/02/20 ‘Morado y carnal (1932)’ y ‘Carnestolendas (2020)’
- 14/02/20 ‘Amor memorable (1950)’ y ‘Sexo, autoengaño y Tinder’
- 07/02/20 ‘Medio médium’ y ‘Abierto por obras’
- 31/01/20 ‘Graduación’ y ‘Los miauserables’
- 24/01/20 ‘Pedro Pan’ y ‘Ataduras’
- 17/01/20 ‘La sota de bastos (1905)’ y ‘Todo calculado’
- 10/01/20 ‘Sueño oriental’ y ‘Donde las dan...’
- 20/12/19 ‘Cifras y letras gordas (1985)’ y ‘Buenanoche (Un corralón de Málaga, 1910)’
- 13/12/19 ‘Ojos apropiados’ y ‘Aquellas navidades (1973)’
- 10/12/19 ‘Dientes, dientes’ y ‘Transición (1978)’
- 29/11/19 ‘Purísimo’ y ‘Genio y figura’
- 22/11/19 ‘El mote’ y ‘Templada sabe mejor’