Como sabemos el término república proviene del latino res publica (cosa oficial o asunto público -el asunto de pueblo-). Y es que, de una u otra forma, nos han convertido esta pandemia en eso, propiamente dicho, un asunto del pueblo. No digamos lo democrático de su predilección humana, que se abstrae de condición política, ideología, sexo, religión, creencia o etnia

OPINIÓN. El ademán espetao. Por 
Jorge Galán
Artista visual

17/03/20. 
Opinión. El artista visual Jorge Galán nos habla en su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la pandemia del Covid-19: “Algo tan simple, como realizar con prestanza y eficacia el diagnóstico de casos para poder controlar los positivos, queda tristemente obstruído por premisas obtusas en la  especificidad de los primeros protocolos, que mantienen pruebas preliminares y criterios epidemiológicos como...

...condicionantes, tal vez demasiado específicos, pero muy poco sensibles a descubrir los casos positivos”.

Repúblicavirus 1.0

Sin duda alguna están corriendo ríos de tinta sobre este tema, más aún después del reciente decreto de estado de alarma en España. No vamos a ser repetitivos aquí con un proceso que satura ya cualquier medio de comunicación, pero sí que merece la pena una versión distinta de la que se ofrece habitualmente en los mass media, y ésta es una versión de trinchera, de primera línea. La versión de un sanitario que ha sido testigo directo de toda esta avalancha de acontecimientos, en el servicio de urgencias del hospital Virgen de la Victoria de Málaga, centro protagonista del primer positivo en nuestra ciudad y uno de los que ha tenido que gestionar más casos positivos por el virus de toda Andalucía a día de hoy.

Tampoco el nombre de corona le hace honor al microbio (a pesar de tenerlo por similitud a ella bajo el microscopio) La corona es cosa de unos pocos que acceden a ella por privilegio genético. República sería en este caso, en mi humilde opinión, mucho más adecuado. Repúblicavirus. Como sabemos el término república proviene del latino res publica (cosa oficial o asunto público -el asunto de pueblo-). Y es que, de una u otra forma, nos han convertido esta pandemia en eso, propiamente dicho, un asunto del pueblo. No digamos lo democrático de su predilección humana, que se abstrae de condición política, ideología, sexo, religión, creencia o etnia.

El pasado sábado a las 22 h. nos emocionó, a todos los compañeros de urgencias (y en general a todos los sanitarios) el sonoro gesto de reconocimiento que se hizo desde los balcones no sólo de Málaga, sino de toda España. Un gesto de agradecimiento a la labor de la sanidad pública en esta crisis que no sucedía desde hace mucho tiempo. Aprovecho para agradecerlo, éstas situaciones, que a algunos puede parecerles poco pragmáticas, a menudo son necesarias porque constituyen alimento para el éstado de ánimo, y el estado de ánimo es fundamental para luchar y permanecer fuerte en situaciones de máximo esfuerzo y exigencia, que además serán prolongadas en el tiempo.

Sin embargo, no sólo son aplausos lo que necesita el sector de la sanidad pública para lidiar este problema con cierto éxito. Son mascarillas, son E.P.I. (equipos de protección individual), son directrices uniformes y contrastadas, son soluciones menos improvisadas y material de protección con ciertas garantías, son personal suficiente, son medios suficientes y son también la colaboración social en la prevención, entre oras muchas cosas.

El aplauso vespertino desde el balcón viene a dar aliento al gremio sanitario, que viene sufriendo ya una situación de auténtica ansiedad, exposición innecesaria y saturación en el trabajo por diferentes motivos, pero no es más que un gesto de reconocimiento, los virus no se combaten con eso, ni con la propagación de alarma, ni con protocolos defectuosos, ni con cinismo distante a base de memes graciosos, ni con rezos, ni con política rastrera que aprovecha una crisis de salud. Vamos a ir por partes, como dijo Jack el Destripador, porque hay para mucho. Dedicaremos este primer artículo sobre el repúblicavirus para comentar el plan de actuación (y los cambios contínuos) que se han protocolizado como directrices frente a la crisis, más tarde lo haremos de la improvisación y falta de diligencia que a posteriori ha sucedido en los centros hospitalarios y tantas cuestiones más como sean necesarias, para acercarnos con conocimiento de causa a plantear las hipótesis que han provocado que nuestra curva de contagios sea hoy de las peores que existen, comparativamente hablando, y nos situemos entre los países más afectados por este problema.

Empezaremos reconociendo la complejidad del asunto por la multifactorialidad a la que está sujeto. Recogeremos una metáfora sencilla para entender el asunto de una forma genérica. El comportamiento de una epidemia, o en este caso ya pandemia, es una carrera de velocidad entre el microbio (su capacidad de contagio -infectividad-, su tasa de incidencia o de ataque -casos nuevos en relación al tiempo-, su virulencia, letalidad, etc.) y nuestras actuaciones para contrarrestrarlo (prevención, vacunas, tratamientos, desinfección, medidas de seguridad, sistemas de salud, factores de riesgo en la población, etc.)

En esta competición el microbio corre por delante, luego nuestra actuación parte tras su rastro, y la verdadera cuestión que decide su control es nuestra anticipación a sus movimientos. Como ya hemos comprobado, ésto puede afectar a todos los ámbitos de nuestra existencia, incluso a la suspensión de derechos fundamentales como la movilidad y la reunión, entre otros.

Partiendo de reconocer el hecho de que la contención de la propagación ha sido en cualquier parte del planeta poco menos que imposible, debido a su brutal infectividad (por vía aérea y de contacto) y a la circulación tan desmedida de personas que existe hoy día, existen ya palpables diferencias entre unos lugares y otros. Y esto sería pertinente analizarlo (prefiero no acordarme de las primeras ruedas de prensa de nuestro "especialista" comentando que aquí estaba todo bajo control).

¿Por qué tenemos la peor curva de contagios de todos los países afectados hasta ahora?
Sin duda algo hemos tenido que hacer mal para estar superando las cifras de Italia, incluso habiendo tenido algún tiempo extra (un par de semanas o tres) para aprender y tomar nota. No digamos el ejemplo de China; hace ya más de dos meses que estamos saturados de imágenes, vídeos y análisis que han circulado por la red sobre su batalla contra el virus. Tal vez nuestro primer error fué pensar que la distancia nos protegía. Que era un asunto que no iba a llegar aquí, un lugar tan alejado de nosotros que ha funcionado como convertidor de la prevención en fantasía, en película, una doble distopía: la lejanía en distancia física frente a la proximidad del vuelo del portador: ¿14 ó 16 horas de distancia?

El 31 de enero el Centro Nacional de Microbiología confirmaba el primer caso de coronavirus, por la enfermedad COVID-19, detectado en España. Concretamente en La Gomera. El paciente, de origen alemán, fue ingresado y aislado en el Hospital Virgen de Guadalupe de La Gomera. Formaba parte de un grupo de cinco ciudadanos de Alemania que había estado en contacto con una persona diagnosticada en Alemania y presentaba síntomas leves.

El 26 de febrero se detecta el primer caso en la península, concretamente en Cataluña, una residente italiana que viajó a Milán a principios de ese mes. A día 16 de marzo (sólo 19 días más tarde) son más de 10.000 casos detectados de coronavirus en nuestro país. El plan de actuación vigente desde el 3 de marzo (con 200 positivos y 2 muertes) plantea dos vías diferenciadas para la definición de casos en los criterios clínicos.

A) Cualquier persona con un cuadro clínico compatible con infección respiratoria aguda (inicio súbito de cualquiera de los siguientes síntomas: tos, fiebre, disnea) de cualquier gravedad
Y
En los 14 días previos al inicio de los síntomas cumple cualquiera de los siguientes criterios epidemiológicos:
Historia de viaje a áreas con evidencia de transmisión comunitaria (China, Japón, Corea del Sur, Irán e Italia).
Historia de contacto estrecho con un caso probable o confirmado.

B) Cualquier persona que se encuentre hospitalizada por una infección respiratoria aguda con criterios de gravedad (neumonía,síndrome de distrés respiratorio agudo, fallo multiorgánico,shock séptico, ingreso en UCI, o fallecimiento) en la que se hayan descartado otras posibles etiologías infecciosas que puedan justificar el cuadro (resultados negativos como mínimo para un panel de virus respiratorios, incluyendo gripe).

El criterio A plantea dos situaciones conectadas por la suma ("Y"), quiere decir que no sólo tienes que sufrir una infección respiratoria, también tienes que haber viajado a los mencionados países. Se suman criterio clínico+criterio epidemiológico. Esto, que en una primera fase puede resultar razonable (cuando tú no tienes casos positivos o tienes muy pocos) se convierte en una absoluta inutilidad cuando en apenas 20 días has llegado a los 10.000. Criterio que no se modifica hasta el 12 de marzo, con 5.000 casos diagnosticados.

Por otra parte, en cuanto al criterio B, ¿por qué hay que descartar otras patologías previamente? Esta es una cuestion que en los primeros días de contagios, ha expuesto al personal sanitario a riesgos innecesarios, además de coincidir con una etapa en la que ni siquiera se habían habilitado escenarios específicos para estos pacientes, con el correspondiente aislamiento.

Hasta que se realizan y se obtienen los resultados negativos a multivirus respiratorios (gripe, influenza A/B, sincitial o legionella por ejemplo) puede un paciente positivo a coronavirus, y de hecho ha sucedido en demasiadas ocasiones, estar en un centro sanitario hasta 30-48 h. sin estar identificado como positivo a coronavirus, y sin estar prescrito, por tanto, el aislamiento respiratorio y de contacto, por lo cual, ¿cuántos sanitarios han podido pasar a atender a esta persona sin medidas correctas? Y lo que es peor, ¿con cuántos otros enfermos han podido funcionar los sanitarios como vectores de propagación de la enfermedad? Por otra parte, ¿quién ha dicho que un paciente, como nos ha sucedido en alguna ocasión, tras dar positivo a algún virus como la gripe, no tenga otra sobreinfección como el coronavirus? Hay que remarcar que el protocolo excluye este caso.

Por fin, el día 15 de marzo se modifica y corrige este protocolo, quedando así:

En un escenario de transmisión comunitaria sostenida generalizada se debe realizar la detección de infección por SARS-CoV-2 en las siguientes situaciones.

A. Persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda que se encuentre hospitalizada o que cumpla criterios de ingreso hospitalario.

B. Persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de cualquier gravedad que pertenezca a alguno de los siguientes grupos:
(a) personal sanitario y socio-sanitario, (b) otros servicios esenciales.

Se podrá considerar la realización del test diagnóstico en personas especialmente vulnerables que presenten un cuadro clínico de infección respiratoria aguda independientemente de su gravedad, tras una valoración clínica individualizada.

Algo tan simple, como realizar con prestanza y eficacia el diagnóstico de casos para poder controlar los positivos, queda tristemente obstruído por premisas obtusas en la especificidad de los primeros protocolos, que mantienen pruebas preliminares y criterios epidemiológicos como condicionantes, tal vez demasiado específicos, pero muy poco sensibles a descubrir los casos positivos. La pregunta es obvia; con una tasa de ataque o incidencia tan alta como la que ya sabíamos que se producía en otros países ¿por qué nuestro protocolo ha sido tan específico y tan poco sensible? No debo ser yo quien conteste a eso, sino uno más de los que pidan explicaciones, por mi derivada exposición en primera línea.

Es necesario mencionar aquí, un ejemplo como el de Corea, donde se confecciona una aplicación de móvil donde el usuario contesta varias preguntas y al día siguiente y en menos de 24 horas se le visita, recoge muestra y analiza, conociendo los casos positivos con una sensibilidad y un tiempo que permite una capacidad adecuada de respuesta en cuanto a tratamiento, prevención de contagios y aislamiento para la velocidad de propagación del virus. La OMS el día que redacto este artículo (16/03/2020) urge a todos los países a realizar pruebas masivas de detección. No hay mucho más que añadir.

El resultado de todo esto lo tenemos nítidamente presente: 10.000 casos positivos y en aumento. Por cierto, teniendo en cuenta el período de incubación del virus (14 días) es previsible que las mejoras en la curva de contagios no sean evidentes hasta después de ese tiempo, por lo cual, den por seguro que estos primeros quince días de estado de alarma pueden ser, probablemente, los primeros de bastantes más.

Puede leer aquí anteriores entregas de Jorge Galán:
- 11/03/20 La senda del borrego
- 19/02/20 La prisión de Narciso
- 05/02/20 Perpetuar la desazón
- 27/01/20 Dar desazón por descanso II
- 22/01/20 Dar desazón por descanso
- 08/01/20 ¿Bailar pegados es bailar?