“Desde el Ministerio de Salud se pone en juego la carta del comodín; un cambio de protocolo en la utilización del material de seguridad que deja patidifuso al colectivo sanitario, se reducen los niveles previos de seguridad en cuanto a la calidad y cantidad de accesorios necesarios para atender a los pacientes con coronavirus”
OPINIÓN. El ademán espetao. Por Jorge Galán
Artista visual y enfermero25/03/20. Opinión. El artista visual Jorge Galán nos habla en su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la escasez de material de seguridad en los hospitales: “A fecha de hoy somos el país con mayor número de sanitarios contagiados por coronavirus, un 12% del total de contagios en España, la cifra asciende ya hasta los 3.475. Ni siquiera en China, con el triple de casos positivos, se han contagiado tantos...
...sanitarios. Una auténtica vergüenza nacional, nuevamente en lo referente al sector de la salud, que además ostenta uno de los peores ratios enfermero-paciente y médico-paciente de toda Europa, tras la crisis económica”.
Repúblicavirus 2.0. -Si no hay mascarillas será porque no hacen falta-
Analizado ya el protocolo de actuación clínica del Ministerio de Sanidad en el anterior artículo, toca ahora ir valorando otros niveles estratégicos, aunque no menos importantes. Con la cifra de contagios disparada ya hasta los 33.000 en nuestro país, todos nosotros a estas alturas conocemos en qué han consistido las medidas que ha traído el decreto de estado de alarma, en cuanto a aislamiento, movilidad, reunión, etc. Obviaremos la valoración de este apartado, que también puede generar espacio de crítica, para dejárselo a especialistas en la materia, nos centraremos en lo meramente sanitario. Creo que el #quedateencasa ha sido ya repetido hasta la saciedad.
En esta cita nos centraremos en el último protocolo de medidas de seguridad (18/03/2020) en cuanto a la utilización de material en los aislamientos de casos positivos a covid19 en los hospitales, publicado por el Ministerio de Sanidad, y en general sobre el triste problema de escasez de material de seguridad que se ha ido denunciando por plantillas de sanitarios de todo el territorio nacional, casi sin excepciones.
Antes del despelleje, es necesario hacer justicia y mencionar ciertos aspectos previos; hay que limpiar el pelaje y lustrarlo antes de someterlo a la piedra del sentido común y al sacabuche de la opinión.
Resulta paradójico que a veces, las voces más críticas con la gestión de lo público, precisamente aparecen en el sector que viene sometiendo a la sanidad pública a la más austera e indolente etapa de recortes en recursos, personal y presupuesto. Se ha dejado a la sanidad pública, antes de que falten respiradores automáticos para las personas por esta crisis, en respiración asistida a toda ella, minimizándola a un latido débil y filiforme, sin capacidad alguna de respuesta a lo imprevisto. Situaciones como el brote de gripe y los recortes en personal y camas (referidos en precedentes artículos como Dar desazón por descanso) ya hicieron sufientes estragos en la atención sanitaria pública en el mes de enero y febrero. Ahora, apenas mes y medio después, se pretende que tengamos una sanidad preparada para dar respuesta a pandemias nuevas y desconocidas, como el repúblicavirus. Vemos mucho Netflix.
Por otra parte, es preciso mencionar el perfecto camuflaje, en lo que se refiere a eludir problemas sin el más mínimo atisbo de crítica, como la respuesta de la sanidad privada a este contratiempo: no se cubren pandemias, y tan panchos. Estoy deseando ver en algún medio de prensa alguna crítica al respecto de tan perfecta artimaña de escapismo, pero resulta que las pandemias son tal marrón que difícilmente sirven para ganar dinero, ¡menudo chollo!... Ahora vemos patidifusos cómo neoliberales populistas de turno que venían a vendernos que la sanidad pública era un lujo a suprimir en beneficio de la bajada de impuestos, vienen a darnos una alternativa mágica, tal cual Capitán a posteriori de South Park, de cómo tienen que dirigirse los entramados públicos, quién los ha visto y quién los ve... ahora...
Pero aún hay más, resulta que una vez decretado el estado de alarma y sus medidas, que consisten en la centralización de los recursos sanitarios a nivel estatal -guste o no- el gobierno andaluz concibe un escrito de autodefensa en su ineptitud en la escasez de material sanitario que firma y sella, y acusa al gobierno central de "confiscar" sus mascarillas made in Jaén con nocturnidad y alevosía, ¡que me pellizquen! Pero es que además consiguen, mediante las redes sociales, que una mayoría de andaluces clamen al cielo por tal alcaponeana sustracción, digna de neocomunistas bolchevique-bolivarianos.
Resulta que los centralistas, los del menoscabo autonómico, ahoran critican que se centralicen los recursos en pleno estado de alerta. No quiero ni pensar qué castigo público les hubiese caído al consejero catalán de salud o al mismo Torrá, si se les hubiese ocurrido decir (cambiemos Manresa por Jaén) que las mascarillas catalanas se quedan para los catalanes... cuando es de todos sabido, que el mayor foco y el mayor consumo de material sanitario está en la comunidad de Madrid.
https://www.youtube.com/watch?v=FTGNz8HFJaU
Una vez dado el lustre pertinente, ahora nos queda la otra cara, que es la que menos juzga pero la que más ineptitud demuestra, pues además es la que ostenta las responsabilidades administrativas estatales. El ministerio de insalud socialista.
Todo está conectado, me refiero a que hace ya tres semanas venimos soportando la escasez de material de seguridad en los hospitales. Pero a raíz de que en las urgencias nos vamos encontrando con pacientes que se salen de los criterios del Ministerio de Sanidad (mencionados en Repúblicavirus 1.0) y luego van dando positivo a coronavirus, nos encontramos, los profesionales, en una situación comprometida, ansiosa e insegura, lo que provoca a su vez que se solicite más material de seguridad, pues se entiende que no sólo los pacientes respiratorios pueden ser portadores del virus, sino otros pacientes, que acuden con otros síntomas, lo cual nos termina comprometiendo a todos.
Pongamos el ejemplo propio, como reflejo de una situación extensiva a todos los centros hospitalarios. En un primer momento, cuando existían aún escasos casos positivos y algunos casos en investigación, se nos niega a enfermería el material de protección frente a éstos, a pesar de que el protocolo lo menciona explícitamente. Se alega que no hay motivo (el ambiente del "todo está bajo control" que nuestro experto epidemiólogo mediático esgrimía por las teles junto al ninguneo facultativo del problema en un principio actúan de forma sinérgica) lo que produce numerosas tensiones entre el personal de enfermería (que tiene mayor exposición y contacto con el paciente) y el personal facultativo, que no termina de tomar el asunto con la seriedad con la que luego le obligan las circunstancias.
En ese punto, los pacientes se entremezclan en los boxes con otros, el aislamiento consiste en unas cortinas desplegables entre pacientes. Según el protocolo anteriormente descrito, se debe descartar antes cualquier patología respiratoria (gripe común, influenza, sincitial, legionella, etc) antes de hacer coronavirus. ¿Qué sucede con ésto? Los pacientes permanecen hasta 24-48 horas en las urgencias antes de ser clasificados como caso en investigación y generar medidas de aislamiento para el personal. Luego pasan otras tantas, hasta que se sabe el resultado del coronavirus. En total, dos o tres días en los que, un paciente con coronavirus podía estar sin las medidas de aislamiento oportunas en un hospital. En dos o tres días, 18 ó 20 sanitarios distintos pueden haber tenido contacto con el paciente, que han podido ser además vectores con otros enfermos. Una ecuación fantástica en la que podemos introducir a los familiares, tanto de unos como de otros.
https://www.youtube.com/watch?v=6jG_rwyYcK0
En el momento en que comienzan a llegar más personas con sospecha de contagio, tras semana y media o dos semanas después de los primeros, es cuando se comienza a realizar seriamente aislamientos con los pacientes (tanto sospechosos como positivos), esta vez sí. El "nadie esperaba ésto" o "no se sabía que esto iba a llegar a este punto" pueden ser justificaciones válidas si no hubiésemos tenido dos semanas de ventaja frente a Italia o mes y medio frente a China. Pero se sigue oyendo en numerosas declaraciones de toda índole.
Conforme empiezan a aumentar los casos, ya después de dos semanas de emplastes de manteca antialarmista en los medios, se empiezan a aislar a los pacientes fuera del circuito común y a dotar de medidas de seguridad correctas a los profesionales implicados, pero ya va siendo tarde, y comienzan a dar positivos los primeros sanitarios.
Es razonable y necesario mencionar que una vez han aumentado los contagios de forma exponencial, el consumo de material de seguridad también lo hace. Es entonces cuando en un alarde de inmoralidad absoluta y ante la incompetencia en el abastecimiento, desde el Ministerio de Salud se pone en juego la carta del comodín; un cambio de protocolo en la utilización del material de seguridad que deja patidifuso al colectivo sanitario, se reducen los niveles previos de seguridad en cuanto a la calidad y cantidad de accesorios necesarios para atender a los pacientes con coronavirus. De aquí la referencia en el subtítulo del propio artículo: Si no hay mascarillas, será porque no hacen falta. Un gesto de nuestro desgobierno sanitario que roza la inconstitucionalidad, si no se la salta directamente, junto a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales: Artículo 43 de la C.E.: Se reconoce el derecho a la protección a la salud. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. Es de suponer que el colectivo sanitario no está excluído de este derecho.
De repente, es innecesario el uso de mascarilla en el 90% del área hospitalaria, es innecesaria en pruebas diagnósticas, de imagen, limpieza, cocinas, mantenimiento, etc. Se indica adecuado (cuando por incontables estudios se sabe perfectamente que son imprescindibles las mascarillas de alta filtración o alta eficacia: FFP2 o FFP3) el uso de mascarilla quirúrgica en la atención de pacientes a menos de dos metros con síntomas respiratorios (positivos a coronavirus). Absolutamente increíble. Y finalmente reduce exclusivamente el uso de las mascarillas de alta filtración a los procesos con aerosoles (donde se expande según estudios a 4-5 metros de distancia por el aire). Un verdadero atentado a la salud de todo un colectivo.
https://www.youtube.com/watch?v=wPOSyC8PKnU
A fecha de hoy (23/03/2020) somos el país con mayor número de sanitarios contagiados por coronavirus, un 12% del total de contagios en España, la cifra asciende ya hasta los 3.475. Ni siquiera en China, con el triple de casos positivos, se han contagiado tantos sanitarios. Una auténtica vergüenza nacional, nuevamente en lo referente al sector de la salud, que además ostenta uno de los peores ratios enfermero-paciente y médico-paciente de toda Europa, tras la crisis económica. Es previsible que cuando no quedemos sanitarios con suficiente salud para atender a los enfermos de esta pandemia, habrá discusiones y peleas entre ministros, congresistas y senadores por ejercer un voluntariado -ya forzoso- de atención a los contagiados en urgencias y UCIs de los hospitales de toda España. Deben estar tomando ya clases aceleradas en sus casas.
Espero que no se extrañen, cuando pase la tormenta, que algún colectivo inicie las acciones legales pertinentes, tras todo el daño que están causando estas imperdonables decisiones en estos momentos.
Puede leer aquí anteriores entregas de Jorge Galán:
- 17/03/20 Repúblicavirus 1.0
- 11/03/20 La senda del borrego
- 19/02/20 La prisión de Narciso
- 05/02/20 Perpetuar la desazón
- 27/01/20 Dar desazón por descanso II
- 22/01/20 Dar desazón por descanso
- 08/01/20 ¿Bailar pegados es bailar?