“¿Es posible que portadores sanos asintomáticos expandiesen el virus sin que fuese detectado en un principio, de forma alternativa a su el recorrido oficial? Parece ser que sí”
OPINIÓN. El ademán espetao. Por Jorge Galán
Artista visual y enfermero22/04/20. Opinión. El artista visual Jorge Galán continúa hablando en su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el coronavirus: “El otro gran engaño masivo que completa este artículo, y tal vez de mucha mayor importancia que el ya mencionado, es el perpetrado por la OMS y China en toda esta crisis. Las cifras de contagiados y fallecidos por coronavirus en China, si en un principio podían...
...ser creíbles, dentro de la inicial ignorancia de una enfermedad nueva de la que no se tiene referencia alguna, ahora son y valga el aforismo, un absoluto cuento chino”.
Repúblicavirus 4.0 -Crónica de dos engaños masivos-
Todos tenemos ya en mente una secuencia de sucesos meridianamente clara en cuanto a la propagación de la actual pandemia. También conocemos que los primeros casos acontecieron en Wuhan, en la provincia de Hubei, en China. A partir de allí se propagaron al resto del mundo. Los países próximos a China fueron los siguientes, Taiwán, Singapur, Tailandia, Corea y Japón. Irán e Italia los sucedieron, luego fue España y más tarde el resto de países europeos, a los que han seguido los países del continente americano. Éste, a grandes rasgos, es el recorrido oficial. Está avalado por la correlación de hechos y el seguimiento de los pacientes enfermados con covid-19.
Pero, ¿estamos realmente seguros de que esa narrativa es la verdadera? Parece ser que existe otra narrativa alternativa basada en la lógica y en la genética, que no coincide en ciertos aspectos. ¿Es posible que portadores sanos asintomáticos expandiesen el virus sin que fuese detectado en un principio, de forma alternativa a su el recorrido oficial? Parece ser que sí. Nextrain es un proyecto de código abierto y colaborativo donde se estudian y analizan las secuencias genéticas del coronavirus en todo el mundo y se rastrea su movimiento. Ésto puede hacerse porque el propio virus, al infectar a un individuo, sufre pequeñas mutaciones con el material genético del infectado al replicarse. Estudiando estas pequeñas mutaciones o diferencias es posible investigar la movilidad que ha tenido, las divergencias o anomalías distintas que ha soportado cada país y su procedencia.
Podemos exponer algunos datos que nos aporta este estudio para entender otros aspectos que han pasado desapercibidos dentro del discurso de propagación oficial. Como primer dato existen evidencias que el virus ya se movía desde enero por Europa. Las redes de contagio eran más amplias que China e Italia (aquí me gustaría recordar el criterio epidemiológico del Plan Nacional de Actuación, que únicamente valoraba para estudio y diagnóstico los casos con neumonía que además procedían de estas partes del mundo, en los primeros días de contagios en nuestro país). Ya expliqué en anteriores artículos de la serie Repúblicavirus la magnitud de tan grave error.
Se sabe que el PACIENTE UNO en China se contagió y comenzó a mostrar los primeros síntomas alrededor del 17 de noviembre. Las primeras medidas de contención que se aplican en Wuhan datan del 23 de enero (con casi 10.000 casos reportados). El virus tuvo más de dos meses para moverse por China y el resto del mundo con absoluta libertad y fuera de toda detección. Ahora que conocemos su capacidad de contagio y los estragos que ha causado en apenas dos o tres semanas en algunos países ¿no es eso demasiado tiempo?
Por otro lado, el PACIENTE UNO en Italia parece en un primer momento que ha sufrido el contagio por un amigo que viaja a China. Pero sorprendentemente este amigo dió negativo a coronavirus. Posteriormente se ha podido descubrir que el origen del contagio del primer paciente italiano proviene de Alemania. Aquí cabe recordar los primeros casos que tuvimos en nuestro país, fueron un turista alemán en las Canarias y un turista británico en las Baleares. Más tarde llegaron casos provinientes de China y principalmente, de Italia.
Parece lógico que los primeros desplazamientos del virus, aparte de los próximos en espacio en la propia China, fuesen mediante personas que viajaban en avión. Las conexiones aéreas con mayor tráfico entre continentes son las motivadas por negocios. Las capitales financieras del mundo mantienen un flujo constante de viajeros. Para este estudio es ya casi un hecho, que el virus se moviese antes de llegar al sur de Europa mediante las conexiones que Shanghai -centro importante del poder financiero en China- tiene de forma directa principalmente con Londres, Zurich y Berlín. A partir de aquí se expandió a otras partes de Europa. Cabe recordar que el primer caso reportado en Shanghai llega de una oriunda de Wuhan el 12 de enero.
Otro dato que confirma esta narrativa alternativa nos llega directamente del análisis genético; una de las divergencias que tenemos en España (la 8006) procede en un 99% del Reino Unido (remitida a Nextrain por el Hospital General Universitario de Valencia). Estas circunstancias ponen muy en entredicho la narrativa de los países del norte de Europa en la que se culpa a Italia y España de su falta de previsión y contundencia para encarar la pandemia y de su posterior propagación por Europa, circunstancia que ha hecho mella incluso para consensuar las medidas económicas en la reparación de las consecuencias en toda la CE. Todos conocemos ya la versión holandesa y alemana al respecto. Otra cuestión son los errores que nuestro gobierno ha cometido en la gestión de su propia crisis a posteriori, errores que ya conocemos de sobra, especialmente los sanitarios. Errores que no quedan exonerados por una propagación u otra, y de los que deberán rendir cuentas en su debido momento.
El otro gran engaño masivo que completa este artículo, y tal vez de mucha mayor importancia que el ya mencionado, es el perpetrado por la OMS y China en toda esta crisis. Las cifras de contagiados y fallecidos por coronavirus en China, si en un principio podían ser creíbles, dentro de la inicial ignorancia de una enfermedad nueva de la que no se tiene referencia alguna, ahora son y valga el aforismo, un absoluto cuento chino. No se las cree nadie en en su sano juicio a estas alturas, en las que conocemos el comportamiento, la infectividad, la virulencia y la letalidad que ha demostrado en numerosos países, con mucha menos densidad de población, más medios sanitarios, mayor tiempo de preparación y mayor conocimiento de la enfermedad. China ya silenció su primer brote de SARS allá por el año 2003, donde fue Canadá la que tuvo que dar la voz de alarma al reportar su primer caso. De la total ocultación a la transparencia en la información era muy difícil que se tardara un sólo brote, a pesar de los 17 años de por medio. En éste, que aparenta un paso intermedio, hemos pasado al reconocimiento del brote pero al engaño en las cifras, blanca y en botella.
Pero este engaño, que nos puede parecer indignante, tiene y necesariamente sólo puede llevarse a cabo con un cómplice: la Organización Mundial de la Salud. Vayamos a la secuencia temporal de los acontecimientos que lo demuestran:
El 31 de diciembre un médico chino alertó de una nueva neumonía que se padecía en Wuhan, fue detenido, silenciado y posteriormente murió por ella. Todos recordamos ese famoso vídeo autofilmado que se escapó al control de la dictadura china. Suceso importantísimo en todo este desarrollo: ése mismo 31 de diciembre Taiwán envía una notificación a la OMS diciendo que en China hay un brote de un tipo de SARS que se transmite de persona a persona. Es obviada por la OMS y no vuelve a reconocer la existencia de esta nota hasta que es publicada internacionalmente por Taiwán el 12 de abril.
Un asesor externo de la OMS comunica a la prensa británica que los datos que está facilitando China acerca del brote no cuadran. La OMS nunca cuestionó las cifras. Pero sí se declaró contraria a la restricción de viajes y comercio con China porque no había transmisión entre personas.
El 11 de enero la OMS notifica que China le ha dado la secuencia genética del coronavirus. Posteriormente a través del mismo asesor externo, se descubre que China ya tenía esa secuencia desde el 31 de diciembre. El 13 de enero se reporta el primer caso fuera de China, en Tailandia, la OMS el 14 de enero insiste en que las investigaciones chinas no han remitido pruebas de que el patógeno se transmita entre personas. El 19 de enero la OMS confirma la transmisión interpersonal pero insistiendo en que son casos excepcionales. El 20 de enero un prestigioso cientifico chino corrobora el contagio interpersonal.
El 22 de enero la OMS se reúne con caracter de urgencia en Ginebra, admite el contagio de persona a persona pero no decreta la emergencia global, con las consecuentes medidas oportunas en contra de China. También se transmite al resto del mundo que sus técnicos están en China estudiando el problema. El 23 de enero China confina Wuhan. El 28 de enero el Secretario General de la OMS visita China y tras entrevistarse con el líder chino Xi Jinping vende como un logro y anuncia que técnicos de la OMS visitarán e investigarán in situ el problema, ¿no estaban ya, el 22?
El 30 de enero, con contagiados ya en Japón, Vietnam, Singapur, Corea del Sur y Tailandia, la OMS declara la emergencia internacional, pese a su negación anterior de que el virus no traspasaba fronteras. El 12 de febrero la OMS alaba con contundencia la labor China frente al coronavirus. Tedros Adhanom, su Secretario General, cita textualmente "China no necesita que nosotros la alabemos, casi todos los estados miembros están alabando a China por lo que ha hecho, China ejecutó acciones masivas en el epicentro, en Wuhan, éso ayudo a prevenir la exportación de casos a otras provincias y al resto del mundo".
El 13 de febrero, tras un aumento significativo de casos en China, la OMS vuelve a salir al paso diciendo que se debía a un cambio de metodología para medir los casos y que todo estaba bajo control. Ante las reiteradas críticas de la prensa mundial de persecuciones a los que denunciaban lo que estaba sucediendo en China, la OMS pidió una vacuna ante la manipulación informativa (refiriéndose a los medios internacionales, no al gigante asiático). 15 de febrero: "China ha comprado tiempo al mundo" repetía el señor Adhanom en una conferencia en Munich. Hasta el 12 de marzo la OMS no declara la pandemia a nivel mundial, mostrándose hasta entonces siempre contraria al cierre o control de fronteras para personas y mercancías provenientes de China.
Taiwán, el mismo día que notifica a la OMS informando del brote en China (31 de diciembre), toma medidas restrictivas ante el tráfico de personas que provienen de allí. Adivinen las cifras de contagios, estando tan cerca del gigante: 425 casos y 6 muertos (a 21 de abril, con 23 millones de habitantes). La OMS se mantiene en la negación del aviso taiwanés hasta el 12 de abril, cuando ya lo reconoce, a raíz de la publicación internacional de la copia del gobierno taiwanés, mientras tanto el señor Adhanom incluso se atrevió a decir en prensa que estaba recibiendo una campaña racista dirigida por el ministro de relaciones exteriores de Taiwán. Juzguen ustedes mismos.
Finalmente, el 14 de abril, la administración Trump inicia una evaluación sobre el papel del organismo en la gestión de la pandemia al que acusa de “gestionar mal y encubrir la propagación del virus". El presidente de los Estados Unidos amenazó en los días anteriores con suspender la financiación que su país proporciona a la OMS (500 millones de dólares -cinco veces más que China-) denunciando que ha mostrado un trato de favor hacia China, epicentro de la pandemia. El 15 decide ejecutar su congelación.
Trump reprocha además a la OMS no haber investigado informes procedentes de Wuhan con suficiente credibilidad para ser tenidos en cuenta, cuando ésta comenzó a reportar los primeros casos. En base a ésto critica que la OMS rechazase en las primeras semanas la posibilidad de que el nuevo coronavirus fuese capaz de transmitirse entre seres humanos.
La medida de Trump, que puede ser entendida por algunos en plena crisis del coronavirus como una rabieta, una irresponsabilidad o una defensa que encubre su propia mala gestión interna del problema, por el tiempo en que se decide, nos puede servir, tras su crítica, para desenmascarar qué puede tener de cierta, y qué existe debado de toda esta versión oficial llena de desmentidos y ocultaciones. Japón también se ha unido recientemente a las críticas norteamericanas, pero prorrogará su financiación hasta que finalice el brote.
La OMS nuevamente, ante el reciente aluvión de críticas de su gestión, ha negado con fecha de ayer 21 de abril, que Taiwán le avisara de que se transmitía de persona a persona. Otro desmentido más. Esperemos que pronto se desenmascaren todas estas falsedades y corrupciones en una organización mundial de la que no se pretende aquí cuestionar su necesidad o su importancia, pero sí su transparencia y su más que dudosa gestión de la presente crisis en el mundo, con la responsabilidad que eso conlleva.
Puede leer aquí anteriores entregas de Jorge Galán:
- 08/04/20 Repúblicavirus 3.0 -Sanitarios ¿kamikaces o fungibles?-
- 25/03/20 Repúblicavirus 2.0. -Si no hay mascarillas será porque no hacen falta-
- 17/03/20 Repúblicavirus 1.0
- 11/03/20 La senda del borrego
- 19/02/20 La prisión de Narciso
- 05/02/20 Perpetuar la desazón
- 27/01/20 Dar desazón por descanso II
- 22/01/20 Dar desazón por descanso
- 08/01/20 ¿Bailar pegados es bailar?