Dos consejeros autonómicos, Murcia y Ceuta, alcaldes, concejales, directores de hospital en el País Vasco, informáticos en Galicia, directivos de una empresa de ambulancias, son algunos de los que conocemos con certeza (se han saltado el protocolo de vacunación para la covid-19)

OPINIÓN. El ademán espetao. Por 
Jorge Galán
Artista visual y enfermero

03/02/21. 
Opinión. El artista visual Jorge Galán escribe en su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el proceso de vacunación para la covid-19: “Cada día comprobamos atónitos cómo más y más cargos públicos, alcaldes, concejales, curas, obispos, consejeros de salud, militares de alto rango y parásitos de alta alcurnia, aprovechan su situación e influencia para saltarse los protocolos de...

...vacunación para la covid-19, por delante de sanitarios de primera línea, mayores en residencias y dependientes, una lista que debería avergonzar a cualquiera con un mínimo de dignidad”.

Cómo convertir una vacunación en indecente

Si no era ya bastante con la incopentencia política en la gestión de la pandemia -ya casi resulta un atentado a la semántica lo de gestión- y sus terribles consecuencias en morbimortalidad y economía, ahora tenemos servido el siguiente episodio en el país del despropósito y el rostro de hormigón armado: el proceso de vacunación.

Cada día comprobamos atónitos cómo más y más cargos públicos, alcaldes, concejales, curas, obispos, consejeros de salud, militares de alto rango y parásitos de alta alcurnia, aprovechan su situación e influencia para saltarse los protocolos de vacunación para la covid-19, por delante de sanitarios de primera línea, mayores en residencias y dependientes, una lista que debería avergonzar a cualquiera con un mínimo de dignidad.

Un capítulo más en la degeneración de una sociedad y de un país. La corrupción llevada hasta el límite de la indecencia. El vivo retrato de lo que es España; un país gobernado por una camarilla de caraduras que no tienen el mínimo reparo en promocionar y jactarse de la cultura del individualismo más brutal cuando les viene de perlas, el «sálvese quien pueda» hasta extremos nauseabundos. Una rememoración importada y extensiva de la desfachatez del capitán Schettino, que abandonó precipitadamente el barco en el naufragio del Costa Concordia.


Pero es que además, tras ser sorprendidos en sus deleznables acciones, tienen la indecencia de ponerse a dar justificaciones, excusas y evasivas kafkianas, en una enésima colectiva tomadura integral de pelo. Dos consejeros autonómicos, Murcia y Ceuta, alcaldes, concejales, directores de hospital en el País Vasco, informáticos en Galicia, directivos de una empresa de ambulancias, son algunos de los que conocemos con certeza. Ximo Puig cifraba en unas 200 personas en la Comunidad Valenciana las que se han podido vacunar antes de que les toque según el protocolo. En Murcia podrían ser más de 400. De los 48 políticos de los que se tiene constancia que ya se han vacunado han dimitido sólo 10. Y ésto es lo que conocemos, ¿cuantos altos cargos, políticos y directivos se habrán vacunado ya a escondidas? Con facilidad llegará a cientos o miles, seguramente nos vayamos enterando -o no- con el tiempo. Y si ésto ha sucedido con los primeros grupos de mayor concreción y riesgo, qué no sucederá cuando les toque a grupos de mayor población. Puede ser un auténtico despiporre.

Una vez los han pillado con las manos en la masa, tenemos una amplia casuística en coartadas, subterfugios y pretextos. La picaresca en este país tiene siglos de históricos ejemplos. En el colmo del surrealismo buñueliano, siempre se prefiere pasar por idiota o mentecato antes que por malévolo o ruin. Una treta con muchos matices y muy desgastada, que aquí siempre tiene provecho: el zopenco reduce considerablemente su espacio para ser criticado y obtiene mayor tolerancia que el interesado. Invariablemente ha sido así y se continúa utilizando.

El consejero de Murcia, Manuel Villegas, aludía a que él creía que pertenecía al grupo 3 del protocolo ministerial (otro personal sanitario o sociosanitario no de primera línea), cuando ni siquiera había vacunado a los dos niveles anteriores en su totalidad y en el protocolo se especifica literalmente «que trabajen en centros sanitarios» para el grupo 3. Un consejero con muy poca comprensión lectora cuando le interesa. Ha dimitido y no por él mismo, como bien explicó en rueda de prensa, sino por la presión de sus socios de gobierno, que fueron los que le obligaron.


Esther Clavero, alcaldesa de Molina de Segura, dimitió el día 25 de enero. Alegó, tras salir el caso a la luz, que fue vacunada por prescripción médica al ser una paciente oncológica y con una alta exposición social, aunque ella no quería, oiga. Bienvenidos al protoclo de vacunación de creación propia, o por mi médico de familia, un criterio (para ella) jerárquicamente superior al de Ministerio de Sanidad y ya suficientemente desmentido por los propios facultativos. De nuevo repetimos el «más vale tonto que interesado».

Javier Guerrero, consejero de Salud de Ceuta: «Yo no quería vacunarme pero mis técnicos me dijeron que si no me vacunaba yo, ellos tampoco lo harían, sobre todo pensando en mi vulnerabilidad por mi diabetes y tensión». Aquí presenciamos otro pretexto parecido. Como vemos, sus técnicos también ejercen con su atención y cariño de médicos de familia para modular el protocolo por cuestiones donde entrarían millones de españoles, no sólo él.

Cómo no, tenemos también un perfil muy extendido que es el del aprovechao, ése que no pierde ripio, el que rebaña el 'culillo' que al Sr. Aguirre -Consejero de Salud de Andalucía- le importa 'tan poquillo'. José Galiano, concejal de Sanidad de Orihuela (Alicante) fue de los primeros casos que saltaron a los medios de comunicación, cuando se conoció que el concejal de Sanidad de Orihuela recibió la vacuna fuera de su turno, según sus palabras «porque había un sobrante de dos o tres dosis que se iban a desechar». Más apañao que las pesetas el concejal, con la salvedad de que, dentro del aprovechamiento, que es interesante, no buscaron a otro abuelete (la vacuna se mantiene efectiva hasta 5 horas a temperatura ambiente), ya estaban ellos allí para dar cuenta y buen provecho. El mismo motivo alegado por la concejala de Salud y Bienestar Social del Ayuntamiento de Bonares (Huelva), Rocío Galán, que también dimitió después de aceptar la vacuna ante la inmisericorde insistencia de los sanitarios que vacunaban, que se empecinaron en aprovechar el famoso 'culillo' con la concejala.

El reciclaje y la lucha por el medio ambiente, contra la polución biológica ha sido una de las excusas más repetidas, ya que el beneficio consecuencia de la artimaña la justifica por sí misma; Ximo Coll y Carolina Vives, alcaldes de El Verger y Els Poblets alegaron que se vacunaron por el mismo motivo: «había sobrantes de unidades en sus centros de salud y era una pena desperdiciarlas»... y contaminar los mares con ARN mensajero.


El alcalde de Luesia (Zaragoza), Jaime Lacosta, ha justificado su vacunación por su labor en el Patronato de la residencia de ancianos Fundación Aruej: «Mi vacunación no se hizo estrictamente por mi condición de alcalde sino por mi labor en el Patronato de la residencia, colaboración que desempeño de forma gratuita y altruista en tanto que alcalde y que me lleva a sus instalaciones con frecuencia». Aquí tenemos el modelo de voluntariado en los ratos libres equiparable a trabajador, otro al que hay que agradecerle que se salte el protocolo por su labor humanitaria y compromiso social, baremable para la próxima beatificación. Lo beneficioso que es a veces el altruismo. Él no está para restringir sus visitas como todo hijo de vecino, sino para la compensación por haberlas realizado.

El alcalde de Valverde del Fresno, en Cáceres y con 26 añitos, se vacunó aludiendo a otro parecido compromiso social filantrópico, el pasado 11 de enero, por ostentar el cargo de Director de los pisos tutelados. «Entro y salgo de los pisos tutelados en los que entrego la comida a los residentes». Otro dadivoso alcalde que se infiltra como trabajador de residencias. Más tarde retiró de internet sus fotos vacunándose.

Por otra parte, el Servicio Gallego de Salud admitió «errores» en la vacunación de hasta 17 personas en Pontevedra, a pesar de que no cumplían los criterios fijados. Difícil de creer esto de los errores fortuitos a estas alturas, pero al menos no tuvieron la indecencia de inventarse una patraña.

El pasado miércoles 20 los directores gerentes de los hospitales de Basurto y Santa Marina, en Bilbao, Eduardo Maiz y José Luis Sebas, también dimitieron por haberse vacunado antes de lo que marca el protocolo. En el Santa Marina se administró la vacuna a casi todo el personal del centro sanitario y a 16 trabajadores ajenos al mismo, como sindicalistas, religiosos, trabajadores de la cafetería, de una empresa de ‘vending’ y otra de mensajería, no les faltó ni un detalle.


No sucede lo mismo en Baleares, donde el Govern ha echado un señor capotazo a sus directivos, y ha considerado justificado que los gerentes y otros directivos de los hospitales más pequeños, como son los de Manacor, Inca y Mahón, se vacunaran junto al personal que trata directamente a pacientes con covid por estar «muy expuestos al virus» ...desde sus despachos.

También se han producido dimisiones tras la vacunación del Jefe del Estado Mayor de Defensa (JEMAD) y otros cargos de la cúpula militar (más de 300). Lo curioso de este caso es que Margarita Robles, la Ministra de Defensa, dijo que «se enteró por la prensa», cuando existe una orden de vacunación de la subsecretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, con fecha de 13 de enero, a pesar de que dicha subsecretaria mantiene que sólo se ordenó vacunar a los sanitarios del las Fuerzas Armadas. El asunto sigue en investigación.

Otro caso significativo es el del Obispo de Mallorca, Sebastiá Taltavull, aprovechándose de la sesión de vacunación en la residencia para sacerdotes jubilados de la calle Sant Bernat de Palma. Al excelentísimo y reverendísimo señor casi le llegó la vacunación -nunca mejor dicho- «caída del cielo», ya que según sus propias palabras: «Me incluyeron en la relación de personas a vacunar», cuando no reside en el centro para sacerdotes (su residencia es el palacio Episcopal), ni es sanitario de la misma, ni trabaja allí. En el obispado insisten en que «pasa bastante tiempo en la residencia y tiene contacto diario con el resto de usuarios»... pero como cualquier ciudadano, no estima oportuno cumplir con medidas preventivas y restringir sus visitas, sino que prefiere seguir con ellas y vivir en el lado oscuro de la exposición y el riesgo, obteniéndo a cambio una pequeña indulgencia en forma de vacuna.

Por último, citar otro reciente y cercano caso, el del hospital de Riotinto en Huelva. El informativo digital La Mar de Onuba, a través de su director Perico Echevarría, denunciaba hace algunos días la vacunación ajena al protoco tanto del Gerente como de su cuerpo directivo. La Delegación se Salud sostiene en un comunicado enviado a La Mar de Onuba que «se ha llevado a cabo ya la inmunización de toda la plantilla de profesionales», información que personal del centro niega categóricamente. Entre los que ya han recibido una o las dos dosis se encuentran el Director Económico Administrativo, Pablo Acosta Aguilar, el Subdirector Económico Administrativo, Daniel Dueñas Díaz, el Director de Enfermería, Luis Zarza Arroyo, y la directora Médica, Paz Pérez Espejo, la única que ha compaginado su labor directiva con la atención directa a pacientes, según señala el propio personal sanitario del hospital. Posteriormente la Asociación de Prensa de Huelva ha condenado las expresiones insultantes hacia el periodista Perico Echevarría realizadas por el Gerente Rafael Perea en redes sociales, tras la información publicada. Este último ha publicado la intención de iniciar medidas legales, el PSOE Andalucía también ha puesto en marcha en el Parlamento de Andalucía una batería de medidas para esclarecer los hechos y que se conozca con exactitud quién se ha vacunado.

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