“En Madrid estudia Filosofía, asistiendo, durante los años 1924-27, a las clases de Ortega y Gasset, de García Morente, de Julián Besteiro y de Xavier Zubiri, integrándose en los movimientos estudiantiles y colaborando, a partir de 1928 en distintos periódicos”
OPINIÓN. Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista
22/04/20. Opinión. El periodista Ramón Triviño continúa su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga con un texto sobre la filósofa María Zambrano: "Para mí el exilio fue fecundo, pues que me dio libertad de pensar y la angustia económica que en España no habría tenido, pues habría ganado fácilmente una cátedra, pero me hubiera conformado,...
...atada como si fuera una artista, como Picasso, que al encontrarse fuera de España abrió las alas".
Nacimiento y trayectoria de María Zambrano
El día 25 de abril de 1904 nace en Vélez-Málaga (Málaga) la filósofa María Zambrano. Hija del pedagogo Blas José Zambrano, tan sólo permanecería tres años en su tierra natal ya que su familia se trasladó a Jaén y luego a Segovia, ciudad donde cursó el bachillerato y a la que años después dedicaría un ensayo, y donde su padre fue contertulio y colega de Antonio Machado, siendo profesor de la cátedra de Gramática Castellana en la Escuela Normal de Magisterio.
En Madrid estudia Filosofía, asistiendo, durante los años 1924-27, a las clases de Ortega y Gasset, de García Morente, de Julián Besteiro y de Xavier Zubiri, integrándose en los movimientos estudiantiles y colaborando, a partir de 1928 en distintos periódicos.
María Zambrano
Trabajó como profesora en la Universidad de Madrid. Contrae matrimonio en 1936 con Alfonso Rodríguez Aldave, secretario de Embajada de España en Santiago de Chile. Tras la guerra civil española se exilió en México donde enseña filosofía en la Casa de España y fue profesora de la Universidad de Morelia, después viaja a La Habana (Cuba), en cuya universidad enseñó durante varios años y posteriormente en la Universidad de Puerto Rico. Residió en Italia y en Suiza antes de su regreso a España.
María Zambrano fue muy crítica con el pensamiento europeo de los siglos XVIII y XIX, el cartesianismo y el racionalismo que, según ella, condujeron a los desastres del XX. Su obra refleja algunas ideas de la filosofía de Ortega. Para ella, la filosofía es un acontecimiento y no sólo un problema. Pensaba que los problemas filosóficos no son sólo problemas técnicos, sino más bien misterios o símbolos que es necesario desvelar. Sostenía que la filosofía sería una tarea de construcción e interpretación de símbolos.
Uno de sus temas fundamentales es el análisis de lo que denomina "razón poética", como aparece en Claros del bosque (1977). Afirmó la relevancia de lo que denomina el "saber del alma", que queda unido a su reflexión sobre la esperanza y sobre la urgencia de lo divino en la vida humana. Ejemplos de esto último serían Hacia un saber sobre el alma (1950) y El hombre y lo divino (1955). Entre el resto de su obra destacan: Filosofía y poesía (1939), La agonía de Europa (1945) o El sueño creador (1965). En 1993 se publicó una antología, La razón de la sombra, de su obra completa.
Terminada la guerra, entre silencio y exilio Zambrano optó por el exilio. Eso la condenó al ostracismo en su país hasta que se restauró la democracia. En un texto inédito publicado en la obra colectiva Pensadoras del siglo XX, coordinada por Amelia Valcárcel (Instituto Andaluz de la Mujer, 2001) dice: "Para mí el exilio fue fecundo, pues que me dio libertad de pensar y la angustia económica que en España no habría tenido, pues habría ganado fácilmente una cátedra, pero me hubiera conformado, atada como si fuera una artista, como Picasso, que al encontrarse fuera de España abrió las alas". Sólo volvió en 1984, vestida con un largo abrigo blanco.
Antes, en 1981 y en plena ola de peticiones para que regresara (se lo pide la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Vélez-Málaga -que le ofrece vivienda-, se lo piden los intelectuales), ella había dicho que le costaba, no sabía por qué: "Es que es terrible volver al cabo de tanto tiempo. Yo siento la llamada. Yo quiero ir. Pero lo que no quiero es tirarme por la ventana. Hay algo que todavía se resiste (...) Que sea lo que Dios quiera".
En 1981 se le otorga el Premio Príncipe de Asturias. En 1988 le fue concedido el Premio Cervantes de Literatura. María Zambrano falleció el 6 de febrero de 1991 en Madrid.
Pie de foto: María Zambrano.
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