El 23 de abril de 1964 fallecía en Ginebra Alberto Jiménez Fraud, ilustre pedagogo malagueño y primer director de la Residencia de Estudiantes de Madrid

OPINIÓN. 
Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista

07/09/22. 
Opinión. El periodista Ramón Triviño, en su colaboración habitual con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga, escribe sobre Alberto Jiménez Fraud: “Perteneció a la Junta que dirigió la construcción y la organización de la Ciudad Universitaria madrileña, tras ser remodelada por Marcelino Domingo en mayo de 1931. Por su cargo de director...

...técnico de las Residencias que tenía desde 1917, trabajó activamente en esos años en la formación de una ‘Federación de Residencias’, que recogía proyectos y realizaciones”.

El primer director de la Residencia de Estudiantes

El 23 de abril de 1964 fallecía en Ginebra Alberto Jiménez Fraud, ilustre pedagogo malagueño y primer director de la Residencia de Estudiantes de Madrid. Nacido en 1883 en el seno de una familia de comerciantes acomodados, hijo de Enrique Jiménez García, que regentaba en Málaga un negocio de importación de sedas, y de la francesa Henriette Fraud Clement. Tras realizar los estudios de primera y segunda enseñanza en su ciudad natal inició la carrera de Derecho como alumno de enseñanza no oficial en la Universidad de Granada.


Tras sus estudios y de regreso a Málaga, llevó una vida intelectual activa, promoviendo diversas iniciativas culturales. En el verano de 1906, y mediante una colecta, organizó, con su grupo de amigos, unas conferencias de Miguel de Unamuno que asombraron a buena parte de la concurrencia. En 1909, el grupo fundó una revista literaria, Gibralfaro, que apenas duró un año y protagonizó, en buena medida, el tránsito, en el terreno literario y artístico, desde los presupuestos estéticos de la generación del 98 hasta los de la del 27, sin excluir manifestaciones de vanguardia.

Juan Ramón Jiménez (izquierda) y Alberto Jiménez Fraud

Adscrito a la esfera de la Institución Libre de Enseñanza, en cuya órbita había de permanecer a lo largo de su vida, estableció incluso un vínculo familiar con Manuel B. Cossío, al casarse en 1917 con su hija Natalia. Apenas empleó tiempo en otras tareas durante el dilatado período de dedicación a la Residencia de Estudiantes, entre 1910 y 1936.

Mención especial merece, sin embargo, su actividad editorial, dedicación privada y afición personal, que se mantuvo, con interrupciones y a un ritmo muy desigual, entre 1914 y 1936, y que encontró además prolongación en las publicaciones de la Residencia de Estudiantes. En ediciones sobrias y muy cuidadas, los libros de la editorial Jiménez Fraud ofrecieron, con criterio moderno, títulos escogidos a precios muy asequibles.

Jiménez Fraud perteneció a la Junta que dirigió la construcción y la organización de la Ciudad Universitaria madrileña, tras ser remodelada por Marcelino Domingo en mayo de 1931. Por su cargo de director técnico de las Residencias que tenía desde 1917, trabajó activamente en esos años en la formación de una “Federación de Residencias”, que recogía proyectos y realizaciones. Participó directamente en la reorganización de la Fundación del Amo y en el definitivo impulso que recibió el Colegio de España en París, siguiendo el modelo de la Residencia de Estudiantes y contribuyó igualmente a la realización de nuevas iniciativas, como el Colegio de Alcalá, el Colegio de Córdoba y el Colegio de España en Londres.

Alberto Jiménez Fraud abandonó Madrid, camino del exilio, al final del verano de 1936. El 14 de septiembre embarcó en Alicante rumbo a Marsella.

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