“Estas mujeres experimentarán una nueva filosofía y formas de vida, independientes a los hombres, muchas de ellas rechazaban el matrimonio y fueron además las primeras mujeres que comenzaron a afiliarse a los sindicatos”
OPINIÓN. Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista
22/01/25. Opinión. El periodista Ramón Triviño, en su colaboración habitual con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga, escribe sobre las cigarreras: “Consiguieron grandes logros, como fueron la inclusión de guarderías, escuelas y zonas de lactancia en las fábricas, la representación y empoderamiento de las mujeres en los movimientos...
...sociales como sujeto político, además de la inclusión del pueblo gitano entre las trabajadoras”.
Las cigarreras y el movimiento sindical
Desde el inicio de las actividades de las fábricas de tabaco en Málaga, a partir de 1829, se puede considerar a sus cigarreras, junto a las de otros puntos de la geografía andaluza, como la primera expresión de movimiento obrero y feminista en Andalucía. Surgen grupos de mujeres vinculadas a las tabacaleras que tendrán gran protagonismo en el siglo XIX en las ciudades de Sevilla, Cádiz y Málaga y que se extenderán también por el resto del Estado.
Su aparición coincide con la incorporación de las mujeres en las fábricas dejando muchos ejemplos de organización de la lucha sindical, haciéndose con gran protagonismo entre las clases populares y dando grandes muestras de solidaridad.
Las cigarreras resaltan en las huelgas y revueltas y protagonizan los motines como signo característico de la lucha popular y en sus propias reivindicaciones, además de no abandonar nunca a ninguna compañera durante las protestas, víctimas de la feroz represión de las mismas.
Antigua Fábrica de Tabaco
Estas mujeres experimentarán una nueva filosofía y formas de vida, independientes a los hombres, muchas de ellas rechazaban el matrimonio y fueron además las primeras mujeres que comenzaron a afiliarse a los sindicatos.
En Andalucía las relaciones entre las cigarreras superaban lo laboral, ya que los conocidos patios de vecinas o las corralas con lavanderos, cocinas y patios conjuntos en los bloques de viviendas, ayudaban al reforzamiento de la solidaridad.
No exentas de explotación con sueldos ínfimos, condiciones nefastas y el sufrimiento de enfermedades vinculadas a las fábricas, su participación política fue muy activa al igual que la respuesta del poder en represión política.
Las cigarreras, sin embargo, consiguieron grandes logros, como fueron la inclusión de guarderías, escuelas y zonas de lactancia en las fábricas, la representación y empoderamiento de las mujeres en los movimientos sociales como sujeto político, además de la inclusión del pueblo gitano entre las trabajadoras.
Victorias en sus áreas de trabajo, como fueron las ampliaciones con mujeres de la plantilla o la creación de las llamadas hermandades de socorro mutuo, no existían los seguros sociales, así como la creación de talleres auxiliares para evitar el despido de las mujeres mayores.
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