“Los que o bien confabulan para presentar a la opinión pública méritos inexistentes de otros, o los que, sin pudor ni vergüenza alguna, se los atribuyen a sí mismos”
OPINIÓN. Cuarta cultura. Por Ramón Burgos
Periodista
19/04/21. Opinión. El periodista Ramón Burgos escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los ‘personajillos’ que se dedican a manipular: “Sucede, como bien sabéis, que en determinadas maneras de comunicación se mantiene, desde hace tiempo y por encima de cualquier otra razón, la técnica de inmiscuirse en la vida privada de las personas, lanzando medias verdades o, lo que es...
...peor aún, medias mentiras”.
Personajillos
En cualquier ámbito –aunque parece que en Andalucía nos estamos acostumbrando a todo lo contrario– saltarse los debidos honores debería estar taxativamente penado. Es decir, según la tercera entrada del Diccionario de la RAE, los responsables de esta omisión deberían “padecer, sufrir” (o al menos) “tolerar un dolor o pena”.
Honores a los que me refiero que no son agasajos más o menos oportunos en tiempo y forma, sino los que afectan a la dignidad humana, como valor inherente a nuestra condición.
Sucede, como bien sabéis, que en determinadas maneras de comunicación se mantiene, desde hace tiempo y por encima de cualquier otra razón, la técnica de inmiscuirse en la vida privada de las personas, lanzando medias verdades o, lo que es peor aún, medias mentiras.
Estas formas han sido aprendidas pronto por personajillos que sólo buscan dinero fácil o gloria efímera que les permita unirse al carro de la presencia más o menos constante en la mal llamada “actualidad”.
Y ahora, al amparo de la explosión de las “noticias falsas” y de las descripciones comentadas, está formándose una tercera generación de este tipo de injuriantes: los que o bien confabulan para presentar a la opinión pública méritos inexistentes de otros, o los que, sin pudor ni vergüenza alguna, se los atribuyen a sí mismos.
Lo de la “taza llena o medio vacía” está siendo manipulado de tal forma que, de seguir así, fácilmente nos impedirán ver la realidad de la sociedad a la que nos quieren conducir indefectiblemente: un lugar dibujado por expertos manipuladores sin ningún tipo de ética o valores. Campañas muy distintas a las que, por ejemplo, defienden la “información realizada por profesionales”.
Con Antonio Machado habrá que afirmar que: “Cuando el Cristo vuelva –decía Abel Martín, maestro de Mairena–, predicará el orgullo a los humildes, como ayer predicaba la humildad a los poderosos. Y sus palabras serán, aproximadamente, las mismas: <<Recordad que vuestro padre está en los cielos; tan alta es vuestra alcurnia por parte de padre. Sobre la tierra sólo hay ya para vosotros deberes fraternos, independientes de los vínculos de la sangre. Licenciad de una vez para siempre al bíblico semental humano>>”.
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