“¿Nos estamos jugando un futuro cierto, lleno de esperanzas, por ambiciones partidistas o, lo que sería peor aún, por evitar que algunos de los elegidos no se tengan que bajar del candelero adquirido tiempo atrás?”
OPINIÓN. Cuarta cultura. Por Ramón Burgos
Periodista15/11/21. Opinión. El periodista Ramón Burgos escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre cambios y pactos: “Pese a que no puedo negar la dificultad que conlleva la acomodación a cualquier “descenso” –sea del tipo que sea–, al menos yo, siempre he preferido apostar por la estabilidad sin “inventos (ni siquiera) con gaseosa”, pues, al final, las burbujas necesariamente cosquillean nuestras...
...narices”.
Cuesta abajo
Aunque no lo podáis creer –lo plausible se disfraza muchas veces de incertidumbre–, la noticia de una determinada prueba deportiva, con la intención de obtener un nuevo Guinness World Records, ha propiciado que desempolve de mi biblioteca una novela del que fuera tres veces rector de la Universidad de Salamanca.
Lo escribía Miguel de Unamuno en su “Tía Tula”: <<Lo que acaso alguien crea que diferencia a santa Teresa de Don Quijote, es que este, el Caballero (…), se puso en ridículo y fue el ludibrio y juguete de padres y madres, de zánganos y de reinas; pero ¿es que santa Teresa escapó al ridículo?…>>.
En la narración, el levirato –“ley mosaica, que obliga al hermano del que murió sin hijos a casarse con la viuda”– hace de hilo conductor de una trama que entiendo se asemeja no sólo al cambio propuesto de “subir” por “bajar”, sino también a la necesidad muy actual de adaptarse a la realidad social imperante.
Pese a que no puedo negar la dificultad que conlleva la acomodación a cualquier “descenso” –sea del tipo que sea–, al menos yo, siempre he preferido apostar por la estabilidad sin “inventos (ni siquiera) con gaseosa”, pues, al final, las burbujas necesariamente cosquillean nuestras narices.
A estas alturas, ya habréis entendido que lo que realmente ronda en mi cabeza no es tanto pormenorizar la razón del nuevo evento deportivo, como detallar la situación por la que nos están haciendo atravesar: el pacto por el pacto, o, mejor dicho, el siempre condicionado “pacto inter pares”.
Acordémonos de las primeras elecciones democráticas y sus consecuencias en, por ejemplo, los ayuntamientos andaluces… Acordémonos de aquel Sevilla por Granada… Acordémonos de las secuelas sobrevenidas.
¿Nos estamos jugando un futuro cierto, lleno de esperanzas, por ambiciones partidistas o, lo que sería peor aún, por evitar que algunos de los elegidos no se tengan que bajar del candelero adquirido tiempo atrás?
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