“El día a día por el avance benéfico únicamente tiene sustento en el esfuerzo razonado; aquel que, en ninguna circunstancia, atenta contra la persona y sus haberes éticos

OPINIÓN. Cuarta cultura
. Por Ramón Burgos
Periodista


07/11/22. Opinión. El periodista Ramón Burgos escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la “Destrucción creativa”: “‘Lo actual, el futuro –mantienen, además, los socios de este clan– no puede verse lastrado por nada ni por nadie’, aserción que, desde mi punto de vista, raya en el endiosamiento y que, sin duda, puede acarrear la aniquilación moral colectiva, al pretender sustituir acervos...

...por ficciones tan paradisiacas como irreales”.

Sombras y luces

Frase que suele ir acompañada de una valoración –de un “más”– de carácter negativo y, a veces, hasta peyorativo. Parece, si no fuese por su pedigrí, que habría sido acuñada especialmente para el patrimonio inmaterial de ese movimiento que está volviendo a asomar en varias facetas ciudadanas: la “Destrucción creativa”. ¡Ya sabéis: destruir lo “antiguo” para crear lo “nuevo”!


Arquitectónicamente, por ejemplo, nuestros entornos de vida han sufrido verdaderas atrocidades al aplicarles en la práctica estas creencias tan en boga durante tiempos holgados... El caso es que, ahora, los iluminados seguidores de estos principios se han confabulado para ampliar sus horizontes de acción, intentando acaparar campos como el de la convivencia social, las doctrinas personales o el desarrollo comunitario.

Por mucho que intenten disfrazarlo de “acciones en aras del progreso”, las consecuencias que se obtienen en la práctica suelen ser ominosas, pues no sólo dejan de un lado el “saldo positivo de la historia”, sino que lo niegan en toda su extensión.


“Lo actual, el futuro –mantienen, además, los socios de este clan– no puede verse lastrado por nada ni por nadie”, aserción que, desde mi punto de vista, raya en el endiosamiento y que, sin duda, puede acarrear la aniquilación moral colectiva, al pretender sustituir acervos por ficciones tan paradisiacas como irreales.

El día a día por el avance benéfico únicamente tiene sustento en el esfuerzo razonado; aquel que, en ninguna circunstancia, atenta contra la persona y sus haberes éticos.

Permitidme, pues, que no acabe de entender el por qué nos estamos empecinando en el “cambio por el cambio”, en la “mudanza con veleidad”, en la “mutación de calderilla”. ¿Será por el hartazgo de sufrir los caprichos y la constante permuta de opinión de algunos de nuestros líderes políticos? ¿O tal vez será por nuestra propia abstención social, tendente al egoísmo más execrable?

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