“La libertad individual, e incluso la colectiva, empiezan y acaban donde no hay egoísmo ni egocentrismo, amén de otras virtudes ciudadanas, y no tan ciudadanas”

OPINIÓN. Cuarta cultura. Por Ramón Burgos
Periodista


21/10/24. Opinión. El periodista Ramón Burgos escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el bien común: “Sean del tipo que sean –políticas, religiosas, sin o con ánimo de lucro, etc. –, tienen en sí mismas el estigma mal entendido de lo particular, que roza lo anti-democrático o, en el peor de los casos, se lo salta a la torera. La conservación de las tradiciones no justifica, en ningún caso, el aislamiento...

...del bien común en beneficio, siempre, de ventajas particulares”.

Tierra

Dicen que Andalucía “es así”, y que los andaluces “somos como somos”... Afirmación sobre la que yo he expresado mis más sinceras dudas (por no decir cabreo).


Tiempo atrás, en 2018, os adelantaba mi reflexión al respecto. Entonces escribía sobre las “tribus” y sus “actividades ciudadanas”. Ahora, a tenor de lo que estamos sufriendo –políticamente hablando–, me veo en la obligación de cambiar el término antedicho por el de “cabila”, en su sentido más despectivo, pues, sean del tipo que sean –políticas, religiosas, sin o con ánimo de lucro, etc. –, tienen en sí mismas el estigma mal entendido de lo particular, que roza lo anti-democrático o, en el peor de los casos, se lo salta a la torera. La conservación de las tradiciones no justifica, en ningún caso, el aislamiento del bien común en beneficio, siempre, de ventajas particulares.


A estas alturas, cuando escuchamos casi a diariamente los términos “dignidad” e “independencia”, es increíble que aún no hayamos encajado el puzle de la globalidad, aquello por lo que tantos y tantos han entregado sus vidas y haciendas.

Es difícilmente creíble que, por ejemplo y de manera regular, sigamos anteponiendo las cuotas políticas por encima de la valía de las personas. Y si esta afirmación os provoca alguna duda, os digo, de antemano con toda decisión y acción, que pongo mi nombre en todas las listas de verdadera lucha contra la discriminación, la violencia y la desigualdad de cualquier tipo.

Por ello, mantengo una vez más –aún a riesgo de ser tachado como repetitivo–, que la libertad individual, e incluso la colectiva, empiezan y acaban donde no hay egoísmo ni egocentrismo, amén de otras virtudes ciudadanas, y no tan ciudadanas, que han de adornarnos en nuestras labores y en nuestro descanso (también en Andalucía).

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