“Lo que se consiga será siempre mediante el camino de la educación, y no en la adquisición de conocimientos, sino en la de valores, hecho que concierne fundamentalmente a la familia y a la sociedad”
OPINIÓN. Piscos y pegoletes. Por Enrique Torres Bernier
Profesor honorario de la Universidad de Málaga14/01/21. Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la censura en el lenguaje: “Espero que entre esta locura colectiva no se empeñen en incluir las palabras malsonantes como insultos. Nos faltarían cárceles, dinero y lanzarotes de destierros, especialmente...
...a los andaluces y vascos”.
Los nuevos dogmáticos o el socialismo de sacristía
Llevamos unos años en que personas y agrupaciones que podríamos considerar, o ellos al menos se consideran, progresistas, por no decir de izquierdas, se dedican a tildar con los peores epítetos a aquellos que no cumplen de manera estricta una serie de reglas sobre temas que ellos mismos eligen, que, en mi opinión, no tienen más importancia que la uno quiera darle, o, de otro modo, nos la repanpinflan a las personas de "buen criterio", desviando, además, la atención sobre las realmente importantes. Tal vez sea esa la intención no confesada de esta nueva progresía que he calificado alguna vez como "socialismo de sacristía”, cuando esta ideología paradigmática o es de "teología" o no es nada, como ha ocurrido con la socialdemocracia.
En este campo minado destaca con especial insidia los temas de género y de raza, aunque cada vez amenazan con agregarse nuevos aspectos por lo que mucho me temo que terminemos en un "manual para ser buen ciudadano", como si eso fuera posible sin cargarse a la ciudadanía, como ocurre con los manuales de estilo literario, magníficos para cargarse cualquier atisbo de buena literatura.
Hoy día pueden despeñarte y condenarte al ostracismo si no usas el "lenguaje inclusivo" a pesar de que, sin quitarle un ápice de importancia al leguaje, este será siempre la forma y no el contenido y que, además, será siempre variante según época, pueblos y costumbres. Y también podrían multarte y negarte la vacuna contra el Covid o el carnet del Barça, por llamarle a un negro negro, o esquimal a un indígena.
No hay algo más cierto en ambos casos que lo que se consiga será siempre mediante el camino de la educación, y no en la adquisición de conocimientos, sino en la de valores, hecho que concierne fundamentalmente a la familia y a la sociedad. Las mujeres deben ser objeto de derechos y de igualdad porque son personas y, como tales, requieren respeto y comprensión, igual que los grupos étnicos.
No digamos ya si empezamos con lo que serían expresiones "difamantes" como la que le han pillado al pobre de Cavanni, al decirle "negrillo" a un compañero, con el agravante de que el es un magnífico ejemplar de raza aria. Y que es la autoridad deportiva inglesa la que le ha condenado, multado y sancionado. ¡Dios santo! los ingleses que siempre han tenido el racismo en sus genes, incluso entre ellos, y si no han tenido más problemas es porque donde llegaban exterminaban a los que ya estaban, si preguntarse siquiera si esos seres tenían alma, como nuestro Padre Victoria.
Espero que entre esta locura colectiva no se empeñen en incluir las palabras malsonantes como insultos. Nos faltarían cárceles, dinero y lanzarotes de destierros, especialmente a los andaluces y vascos. Como podríamos explicar que cabrón o hijo de puta es una expresión de cariño y cagarse en Dios un modo de dar importancia a lo que decimos.
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