“Los precios es un factor básico de competitividad, aunque tienen un carácter complejo e inestable. Sobre ellos inciden muchos componentes tanto de oferta como de demanda”

OPINIÓN. 
Piscos y pegoletes
. Por Enrique Torres Bernier
Profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UMA


11/03/21. 
Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los factores de competitividad turística de España, en esta ocasión los precios: “Lo que no cabe la menor duda es que al final de la pandemia van a tener un papel decisivo en los mercados turísticos. Por un lado,...

...los propios consumidores, muchos de ellos afectados por el parón económico provocado por la pandemia, han dejado claro que después de la seguridad sanitaria, el factor que más influirá en su decisión para elegir destino, serán los precios”.

Peligros para el turismo a la salida del túnel: Precios

Los precios es un factor básico de competitividad, aunque tienen un carácter complejo e inestable. Sobre ellos inciden muchos componentes tanto de oferta como de demanda.


Lo que no cabe la menor duda es que al final de la pandemia van a tener un papel decisivo en los mercados turísticos. Por un lado, los propios consumidores, muchos de ellos afectados por el parón económico provocado por la pandemia, han dejado claro que después de la seguridad sanitaria, el factor que más influirá en su decisión para elegir destino, serán los precios.

Sobre este rema hay una gran confusión puesto que desde la demanda se nos dice que será un factor importante para la recuperación, pero una pequeña reflexión nos indica que un sector con problemas de liquidez y con un fuerte endeudamiento, es difícil tirar los precios a la baja, cosa que muchos harán, al menos a corto plazo, para posicionarse en el mercado postcovid.

Pero hay que tener en cuenta que para los oferentes de servicios turísticos, la pandemia ha supuesto, por un lado, adaptar sus instalaciones y productos para evitar contagios lo que significa inversiones, en muchos casos considerables. Por otro, acudir a sus reservas, si las tenía, al mercado financiero para cubrir estos nuevos gastos y la falta de ingresos mínimos para pagar, al menos, sus costes fijos.

Por otro lado, cuando llegue la reactivación, que podría ser para Julio del 2021, se encontrarán con una situación de precios a la baja, por lo que no podrán cubrir sus necesidades financieras vía precios. Todo esto estará también condicionado por las posibles ayudas que puedan recibir de las administraciones, ya mediante subvenciones, créditos favorables o exenciones de tasas e impuestos. A pesar de las declaraciones hechas por las administraciones, aquí aparecerá un problema añadido, la rapidez y forma en que lleguen estas ayudas, ya que puede que para muchas empresas sea ya demasiado tarde.

Esta reacción de bajar los precios será mayor, a corto plazo, en los mercados menos diferenciados y masivos como el de sol y playa, aunque puede ser una estrategia para posicionarse y luego recuperar rentabilidad según reaccione el mercado, aunque esto solo podrán hacerlo los que tengan resistencia financiera para ello, hecho que afectará negativamente a los autónomos y pyme's si no existen ayudas a tal fin.

En los mercados urbanos ocurrirá tres cuartos de lo mismo, aunque más dependiente de lo que ocurre con las viviendas vacacionales que hayan recalado en el mercado residencial. En los destinos donde haya aparecido el overturismo, las autoridades tienen la oportunidad de limitar estas nuevas incorporaciones evitando así nuevas presiones sobre el territorio y sobre la subida rentas de alquiler locales, uno de los puntos importantes en los procesos de origen de la turismofobia. Creo que a largo plazo la demanda terminará alcanzando a las ciudades intermedias y reduciendo presión sobre las tradicionales.

En cuanto al turismo rural o de naturaleza, es de esperar que continúe con una demanda fortalecida y por lo tanto con precios ascendentes. Para ello debe aprovechar esta coyuntura para un mayor asociacionismo y cualificación, enriqueciendo su oferta complementaria. Si se hace bien, para lo cual deberá de apoyarse en las políticas de repoblación y fijación de la población rural, se conseguirá a medio y sobre todo largo plazo, un mercado cualificado y rentable.

En general, podemos decir que quienes van a tener más problemas van a ser las empresas intermedias y pequeñas cadenas, ya que a las grandes les será más fácil lograr una "caja de resistencia" y las pequeñas siempre han mostrado una gran resiliencia. Todo ello esperando que las vacunas funcionen, como parece que va a ocurrir, y no aparezca una nueva oleada del bicho maldito o de algún primo suyo.

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