“Razón y valores convergen no solo en el interior de los individuos, sino también en la sociedad misma. Los razonamientos y sus frutos se ponen al servicio de las ideologías”

OPINIÓN. 
Piscos y pegoletes
. Por Enrique Torres Bernier
Profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UMA


24/03/22. 
Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los sentidos: “Esta percepción de universo y de nuestra propia vida a través de la razón que se iniciara en Grecia con la lógica y sus aplicaciones a la vida individual y social, nos llega...

...a través de nuestros sentidos y toma forma y dirección según nuestras opiniones, valores o ideologías”.

La irracionalidad y la lógica del amor

No tengo filosofía: lo que tengo son sentidos…
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa qué es, sino porque la amo, y la amo por eso,
porque el que ama nunca sabe lo que ama ni por qué lo ama, ni qué es amar…
Amar es la eterna inocencia, y la única inocencia consiste en no pensar…
Fernando Pessoa

Desde el siglo de las luces, llamado también de la razón, esta se impone casi como si de una religión se tratara. Es verdad que bajo su dictado la humanidad se ha desarrollado en el conocimiento científico, tanto puro como aplicado, siendo causa directa de la revolución industrial, y de los avances sobre la genética, la medicina, la informática y la revolución de la información y las comunicaciones, entre otros avances. Sin embargo, esta percepción de universo y de nuestra propia vida a través de la razón que se iniciara en Grecia con la lógica y sus aplicaciones a la vida individual y social, nos llega a través de nuestros sentidos y toma forma y dirección según nuestras opiniones, valores o ideologías. Muchas veces me pregunto cómo personas competentes en una misma materia, ya sea medicina, ingeniería, arquitectura, economía o ciencias en general, pueden tener actitudes ante la vida y sus problemas tan distintas como posicionamientos políticos y personales puedan haber.

Este problema ya fue tratado magistralmente por Epicuro y sus seguidores. Para él hay que desconfiar tanto de la razón como de las justificaciones teocráticas, reduciendo el modo de vivir correcto a la atención de los propios sentidos. Para Emilio Lladró lo atractivo de estas ideas es la causa principal de que este filósofo y su escuela, hayan sido denostados y olvidados por otros autores y escuelas, más contemporizadoras con los “dioses” y adictas a la vía del razonamiento como única forma de actuación en la vida de los hombres para acercarse a la verdad. Para ello adujeron que los epicúreos fomentaban los vicios y excesos a que los sentidos y su uso daban lugar. Nada más lejos de lo que practicaba el fundador del “Jardín”, que defendía como valores la amistad y la moderación en el disfrute de los sentidos.


A pesar de ello la cuestión de fondo sigue vigente. Razón y valores convergen no solo en el interior de los individuos, sino también en la sociedad misma. Los razonamientos y sus frutos se ponen al servicio de las ideologías, incluso en el orden metodológico en el búsqueda del conocimiento se introducen elementos relacionados con el campo de los sentimientos y de los valores como la intuición y las utopías, que se versionan según la forma de pensar de los individuos y de los grupos sociales.

Incluso los razonamientos se tergiversan para defender posiciones opuestas. Ahora mismo Putín llama fascistas a los ucranianos y estos le llaman lo mismo a él. Este calificativo puede razonarse, según modos de actuación y llegar a conclusiones más objetivas, pero está claro que nos encontramos en el campo de los valores, no de la lógica, lo cual termina en un mar de confusiones donde uno oye y apoya lo que uno “siente”, lo que nos muestra que el hombre “razona y siente” priorizando una u otra facultad según la materia en cuestión y la forma, entrando en muchas ocasiones en conflicto.

En el fondo creo que se trata de dos aspectos de difícil conciliación dentro de la humanidad. ¿Se razona cuando se ama? Para Baugman si, como ya hemos expuesto ya en otras ocasiones, pero no es lo habitual, como decía el poeta clásico es que “El amor es sinrazón y desatino”. Por otra parte, ¿se ama cuando se razona? Esto parece evidente en muchos hombres de ciencia que aman apasionadamente el conocimiento, estando dispuesto incluso a defenderlo con su propia vida.

Está claro que son los dos principios que mueven al mundo, pero no lo está su compatibilidad y como se relacionan, ocasionando en lo personal y en lo colectivo continuos conflictos a veces terminan en enfrentamientos personales, no olvidemos los conflictos entre parejas que terminan del lado del acuerdo o de la violencia, o colectivos, entre pueblos con sus tratados y sus guerras.

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