“Lo que no puede negar nadie es que los recuerdos de los hechos pueden cambiar la realidad percibida, y que el tiempo y la imaginación ayudan bastante a ello”
OPINIÓN. Piscos y pegoletes. Por Enrique Torres Bernier
Profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UMA11/05/23. Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la realidad: “La realidad es, por si misma, instantánea y por ello difícil de aprehensión, de modo que, una vez pasada, solo nos queda la memoria y el recuerdo para reproducirlo y esto lo haremos...
...siempre dentro de nuestro modo de pensar y de sentir las “cosas””.
Realidades, recuerdos, imaginación y memoria
Mi padre estudió Psicología, y me decía que cada vez que recordamos algo lo modificamos ligeramente, de modo que para recordar algo, me dijo, conviene olvidarlo y después recuperarlo. Me decía: «Yo creo recordar mi infancia en Entre Ríos, creo recordar aquella quinta cerca de la ciudad de Paraná, pero realmente lo que recuerdo no es esa quinta sino el último recuerdo que tuve de ella.» Él ilustraba aquello con una pila de monedas; me decía: «Vamos a suponer que esta moneda sea la primera imagen que yo tuve de aquella quinta»; luego tomaba otra moneda y me decía: «Esta será la segunda imagen, pero con una ligera modificación, ya que la memoria es fatalmente infiel»; y luego venía la tercera. «La tercera —me dijo— no recordará la primera, sino la segunda; cuantas más veces recordamos algo, más modificaciones introducimos.»
Jorge Luis Borges «El poeta y la escritura».
En relación a esta larga cita de Borges, realidad, memoria e imaginación son conceptos que han sido usados en filosofía para construir y destruir sistemas enteros dentro de los más diversos modos de pensar. La realidad es, por si misma, instantánea y por ello difícil de aprehensión, de modo que, una vez pasada, solo nos queda la memoria y el recuerdo para reproducirlo y esto lo haremos siempre dentro de nuestro modo de pensar y de sentir las “cosas”. Es sabido que nuestros recuerdos pueden con el tiempo, y con nuestros intereses y vivencias, transformar la realidad que un día percibimos, positiva o negativamente. Es por ello que muchos filósofos consideran la realidad siempre relativa, aunque también los hay que consideran que esta se puede objetivizar, y nada mejor para ello que la aplicación de un método universal que nos garantice el camino de la verdad. El siguiente paso consistiría en analizar cuales son lo métodos más fiables y que puedan proporcionarnos mejores resultados. Así hablamos de métodos inductivos, deductivos, empíricos, axiológicos,…
Lo que no puede negar nadie es que los recuerdos de los hechos pueden cambiar la realidad percibida, y que el tiempo y la imaginación ayudan bastante a ello. A veces tenemos la impresión de que en algún momento hemos obrado de una manera reprochable, pero que lo tenemos oculto bajo capas de olvido, como si se lo hubiésemos robado a la memoria para justificarnos a nosotros mismos.
A este triángulo memoria, realidad y recuerdos, se añade un cuarto factor fundamental y clave en el mundo de la literatura, la imaginación. Esta “loca de la casa”, según Maruja Torres, trasforma la realidad voluntariamente, a pesar de que se basa en ella y es una poderosa herramienta para la creación intelectual del hombre. Incluso en el campo de la ciencia y dentro de las metodologías más estrictas en busca de la objetividad, las conjeturas tienen mucho de imaginación y nadie pone en duda su utilidad para el avance en temas como las ciencias sociales, incluso las de la naturaleza.
Lo cierto es que la percepción cabal de nuestra propia realidad es muy limitada, lo cual no quiere decir que renunciemos a su conocimiento.
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