“Para mi la amistad es uno de los sentimientos más nobles y hermosos que existen. Es difícil de definir y de caracterizar y tal vez, como en muchos otros campos de la epistemología, se llega a él más por lo que no es, que por lo que es”

OPINIÓN. 
Piscos y pegoletes
. Por Enrique Torres Bernier
Profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UMA


01/02/24. 
Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la amistad: “Aunque son cifras de EE UU, el retroceso de la amistad quizá ocurre también en otros países: el porcentaje de personas que dicen tener seis amigos cercanos (o más) se ha reducido...

...a la mitad desde 1990. Para los hombres cae del 55% al 27%; para las mujeres, del 41% al 24%”.

He visto vivir a un hombre

He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquel que lo ha matado.
Versos sencillos, José Martín

Aunque son cifras de EE UU, el retroceso de la amistad quizá ocurre también en otros países: el porcentaje de personas que dicen tener seis amigos cercanos (o más) se ha reducido a la mitad desde 1990. Para los hombres cae del 55% al 27%; para las mujeres, del 41% al 24%.

Es una tendencia también entre los jóvenes: “En 1990, casi la mitad (45%) de los jóvenes declararon que, cuando se enfrentaban a un problema personal, acudían en primer lugar a sus amigos. Hoy en día, sólo el 22% de los jóvenes se apoya en sus amigos en los momentos difíciles. El 36% dice que su primera llamada es a sus padres”.

Para mi la amistad es uno de los sentimientos más nobles y hermosos que existen. Es difícil de definir y de caracterizar y tal vez, como en muchos otros campos de la epistemología, se llega a él más por lo que no es, que por lo que es.

Aunque es algo en el que el amor y el afecto aparecen como hechos principales, las relaciones familiares, especialmente entre padres e hijos y viceversa y hermanos, no están exentas de intereses y problemas, aunque esto no sea lo corriente, ya que el amor de madre, por ejemplo, es el único que no se cansa.


Sin embargo, los amigos que tienen mucho de elegidos, aunque en esta elección puedan intervenir circunstancias diversas, como colegio en que se estudia, edad, gustos, incluso inclinaciones sexuales, tienen algo entrañable que las hace más puras, más voluntarias y sentidas, y, sobre todo, menos obligadas.

Muchas de ellas nacen con la infancia y, aunque las presencias sean intermitentes, duran toda la vida. Otras en los tiempos de formación y las menos en la edad adulta, pero esto no quiere decir que las últimas sean menos intensas.

Últimamente la muerte se me ha llevado a alguno de ellos y también se ha ido un pedazo de mi. Tanto eso es así, que hablo con ellos muchos días como si estuvieran vivos y recuerdo la elegía de Miguel Hernández, “Que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero”.

El hecho de que alguien sea amigo mío, de verdad, también existe otra categoría, la de los conocidos, donde la empatía y coincidencias es mucho menor, significa que otros temas y valoraciones pasan a segundo plano, algunos como la lealtad nunca. Yo justifico el hecho entre la vinculación de alguno de ellos con mi persona diciendo que es amigo mío de “jugar a la pelota”, aunque se asombre por vernos juntos, conociendo nuestras formas de pensar de cada uno.

Cuando un amigo te traiciona, es que evidentemente no lo era, o cosa más frecuente, lo han destruido de tal manera que ha olvidado la amistad.

Cuando esto ocurre uno prefiere morir sin decir quien lo ha traicionado, como apunta los versos de José Martín. También es cierto que muchos amigos están cargados de defectos, que además son visibles y bien conocidos por nosotros, pero que lo admitimos como una carga para la amistad, pero no disminuyen esta.

Al final me gusta decir en este tema esa letra flamenca tan exacta. “Un amigo verdadero debe ser como la sangre, que acuda siempre a la herida cuando la ocasión lo llame”.

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