“El razonamiento de las aclaraciones previas es lógico, ya que permite un mejor uso de los términos y rigurosidad en el proceso”
OPINIÓN. Piscos y pegoletes. Por Enrique Torres Bernier
Profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UMA30/05/24. Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la precisión de los términos: “Me he encontrado muchas veces con términos que su propia importancia y dinamismo (por ejemplo, sostenibilidad) son difícil de limitarlos y si lo haces también...
...repercute con su campo de aplicación (por ejemplo, sostenibilidad ambiental). La cuestión radica en que precisamente en esos términos tan generalistas es el motivo por el cual se genera mayores avances en esa área de estudio”.
“Ambigüedad, precisión, ciencia y conocimiento”
“La falta de una definición precisa y universalmente aceptada de la Inteligencia artificial, probablemente ha ayudado a que el campo crezca, se expanda y avance cada vez a mayor velocidad”
Grupo de investigadores de la IA, U. de Stamford 2016
Los que del estudio y de la investigación en Ciencias Sociales hemos hecho una vocación y una profesión, siempre hemos procurado que los términos que usamos no solo sean precisos, sino que además, exista un consenso en la comunidad científica sobre su uso y significado, de aquí que nos produzcan envidia los que trabajan en el campo de las ciencias de la naturaleza, y no digamos las formales, donde los conceptos son mucho más claros y unívocos.
Esto nos lleva con frecuencia a que antes de cualquier investigación comencemos por exponer lo que para nosotros significa los términos y conceptos que vamos a usar en la misma. Ello nos permitirá no solo una mayor precisión en su desarrollo, sino también mayor capacidad de comparación, y por ello de generalización, con trabajos y estudios similares. Es lo que solemos llamar el análisis epistemológico, que nos ayudará también a entender las limitaciones del propio estudio.
El razonamiento de las aclaraciones previas es lógico, ya que permite un mejor uso de los términos y rigurosidad en el proceso. En este camino, me he encontrado muchas veces con términos que su propia importancia y dinamismo (por ejemplo, sostenibilidad) son difícil de limitarlos y si lo haces también repercute con su campo de aplicación (por ejemplo, sostenibilidad ambiental). La cuestión radica en que precisamente en esos términos tan generalistas es el motivo por el cual se genera mayores avances en esa área de estudio.
Esta idea de que de la confusión y el caos nace el progreso, ya fue formulada, aunque en otros términos, por Voltaire y por Bauman, pero ahora reaparece dentro de esfuerzo por delimitar y conocer mejor a la inteligencia artificial que, con este nombre tan desafortunado ahuyenta a sus más voluntariosos defensores.
Algunos autores especializados en IA, normalmente con origen en las matemáticas o en la informática, hablan de la “maleta” de la IA donde hay elementos de análisis de lo más variado matemáticas, biología, sicología, informática, música, etc… y de que es esta donde se desarrollan los diferentes procesos y productos de IA. A mí me recuerda este planteamiento al autobús de la Ciencias Económicas de Schumpeter.
Ciertamente que “los métodos”, el singular es para mí un error, han de adoptarse según la materia de estudio y los objetivos de la investigación y por lo tanto las situaciones, que en lo social, aunque puedan ser similares, serán siempre diferentes. Algo parecido ocurre con la IA, especialmente por la cantidad de campos a los que afecta lo que dificulta, sin duda, su acotamiento como “corpus” de conocimiento y su capacidad de estudio como un todo global.
Lo que sí está claro es que estamos en el umbral de una nueva era con resultados que en muchos terrenos van a resultar disruptivos y en otros de difícil aplicación ética. Los próximos años serán decisivos para su desarrollo.
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