“Pero para muchos hombres de ciencia, sea la especialidad que sea, se avecina un nueva transformación de las que se suelen llamar disruptivas y que llaman inteligencia artificial”
OPINIÓN. Piscos y pegoletes. Por Enrique Torres Bernier
Profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UMA20/06/24. Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la inteligencia artificial: “Por mucho que se echen las campanas al vuelo. Ni estamos aun ante un planteamiento global de lo que llamamos IA, sino de avances parciales, aunque cada...
...vez de mayor calibre, ni tampoco en situación de valorar sus efectos sobre la deshumanización de la vida pos sus diferentes aplicaciones”.
Las tres transformaciones del mundo conocido y la cuarta que viene
La primera gran transformación se produjo cuando se admitió por la comunidad científica que la Tierra, el planeta humano, no era el centro del universo y perdió su majestuosa inmovilidad privilegiada para ponerse a girar en torno al sol (Copérnico), afirmación que a algunos les costó la vida y a otros estuvo a punto.
La segunda ocurrió en el siglo XIX: Darwin demostró de manera bastante convincente que nuestra especie es una más en el conjunto de los seres vivientes y que no hemos sido creados directamente por ningún Dios a su imagen y semejanza sino que provenimos por mutaciones azarosas de una larga serie genética de mamíferos antropoides, también en este caso hubo que enfrentarse con los poderes del momento y siempre con la iglesia católica, par que admitiera este principio.
La tercera humillación la infligió Sigmund Freud, a finales del siglo pasado y comienzos del nuestro, al convertir nuestra mismísima conciencia o alma en algo complejo y nada transparente, traspasado por impulsos inconscientes de los que no somos dueños.
Estos grandes avances hicieron además, que la humanidad comenzara a confiar en la ciencia como principio explicativo del mundo, apartando las supersticiones y religiones de este camino.
Pero para muchos hombres de ciencia, sea la especialidad que sea, se avecina un nueva transformación de las que se suelen llamar disruptivas y que llaman inteligencia artificial.
En primer lugar, hay que decir que los propios científicos no están de acuerdo con el nombre ya que en absoluto la inteligencia que se busca y practica no es artificial sino que está inspirada en la inteligencia humana y en buena parte la imita.
Es sorprendente como las aproximaciones al concepto y desarrollo de la inteligencia artificial, han surgido de los más diversos campos y formas, hecho que sigue vigente hoy día.
Hay quien opina que precisamente en esa diversidad de métodos y aproximaciones reside su fuerza y posibilidades de futuro. A pesar de todo, el avance en este campo no ha sido ni mucho menos lineal. Los primeros avances se hicieron con planteamientos binarios muy limitados, para luego ir hacia objetivos más ambiciosos. Sin embargo, hubo momentos y planteamientos fundamentados en los que se dudó seriamente de las posibilidades de aplicar estas ideas a la realidad económica y social y que era imposible su aplicación. Consecuentemente los inversores que estaban detrás de estos proyectos, fondos de inversión de empresas tecnológicas, fundaciones y universidades de prestigio, retiraron su financiación.
Más tarde la aplicación de dos ideas, una la de las redes neuronales y el aprendizaje automático, basados de nuevo en la inteligencia humana, no artificial, volvieron la ilusión sobre las posibilidades de estos planteamientos.
En realidad, y por mucho que se echen las campanas al vuelo. Ni estamos aun ante un planteamiento global de lo que llamamos IA, sino de avances parciales, aunque cada vez de mayor calibre, ni tampoco en situación de valorar sus efectos sobre la deshumanización de la vida pos sus diferentes aplicaciones.
Lo que sí parece más seguro es que en un futuro próximo se irá imponiendo en nuestras vidas y conviene ya ir planteando sobre sus posibilidades, limitaciones e implicaciones éticas, temas que iremos tratando en otros artículos.
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