“Para ellos (Milton Friedman, dixit), lo que falla es que el modelo no se aplicó con la suficiente exactitud y dureza, para otros, como Polanyi, lo que es rechazable es el modelo y sus consecuencias”

OPINIÓN. 
Piscos y pegoletes
. Por Enrique Torres Bernier
Profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UMA


17/10/24. 
Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los economistas: “A pesar de sus aportaciones al análisis económico, fueros hombres con conciencia y principios, muy diferentes a los neoliberales que cuando les hablan de situaciones de paro y...

...miseria, arguyen que son personas que no bajaron lo suficiente el precio de su trabajo”.

El alma escondida de los grandes espíritus

“Humanidad, justicia, generosidad y espíritu público, son las cualidades de mayor utilidad para los demás”
Adam Smith, Teoría de los sentimientos morales

Muchas veces identificamos a los grandes hombres con sus aportaciones y nos olvidamos de su condición humana. En economía hay muchos casos de este tipo, especialmente entre los llamados clásicos y marginalistas.

Por sus aportaciones, relacionadas con el mercado y su funcionamiento, tendemos a considerarlos personas circunscritas a temas de la producción y el consumo, sin importarles las consecuencias que sus teorías tienen sobre la vida de las personas y, sobre todo, de sus necesidades materiales y espirituales.

Un caso a citar es el del mismo Adam Smith, llamado padre de la Economía, que llamó la atención sobre la importancia de las economías de escala, la especialización y la competencia, en su libro la “Riqueza de las Naciones”, pero que también escribió la “Teoría de los sentimientos morales”. No olvidemos que él fue profesor de filosofía y ética, donde defiende como principios de actuación la justicia, la generosidad y el espíritu público.


El mismo Léon Walras, cuando recibía a los nuevos estudiantes de Economía en la London School, les daba la enhorabuena a los que habían ido para enriquecer las empresas familiares, a los que estaban interesados en las aplicaciones de las matemáticas a la economía, pero, sobre todo, a los que estaban allí porque al atravesar los suburbios de Londres han observado la miseria de sus habitantes y querían encontrar el modo de evitarla.

Quiero decir que, a pesar de sus aportaciones al análisis económico, fueros hombres con conciencia y principios, muy diferentes a los neoliberales que cuando les hablan de situaciones de paro y miseria, arguyen que son personas que no bajaron lo suficiente el precio de su trabajo. Para ellos (Milton Friedman, dixit), lo que falla es que el modelo no se aplicó con la suficiente exactitud y dureza, para otros, como Polanyi, lo que es rechazable es el modelo y sus consecuencias.

Las propias tendencias de la Economía son la de incluir cada vez más en sus análisis variable sociales que contengan objetivos de igualdad, justicia y redistribución, o, de otra manera, buscar modelos de que no contengan solo variable macroeconómicas de mercado.

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