“A veces me pregunto porqué no volvieron a mi lado, si los dejé marchar o fueron las circunstancias de la vida las que hicieron no seguir con nuestros encuentros”
OPINIÓN. Piscos y pegoletes. Por Enrique Torres Bernier
Profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UMA
07/11/24. Opinión. El Doctor en Ciencias Económicas y especialista en turismo y ordenación del territorio, Enrique Torres, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre las personas singulares: “Entre estos seres tienen un lugar especial aquellos que conocí fuera de mi entorno, particularmente durante mis innumerables viajes, fueron más conocidos que...
...amigos y su contacto se produjo por motivos profesionales, porque me los presentaron otros amigos, o simplemente por casualidad, pero hubo con ellos una empatía especial”.
Los recuerdos de personas singulares
Hay personas que se cruzaron en mi camino alguna vez en la vida y que dejaron una huella especial en mi corazón. Cuando por alguna razón las recuerdo, siento una enorme necesidad de volver a verlos y abrazarlos, y deseo profundamente que les haya ido bien en la vida.
A veces me pregunto porqué no volvieron a mi lado, si los dejé marchar o fueron las circunstancias de la vida las que hicieron no seguir con nuestros encuentros. Entre estos seres tienen un lugar especial aquellos que conocí fuera de mi entorno, particularmente durante mis innumerables viajes, fueron más conocidos que amigos y su contacto se produjo por motivos profesionales, porque me los presentaron otros amigos, o simplemente por casualidad, pero hubo con ellos una empatía especial. Con algunos surgió una relación de amistad que aun perdura, aunque no sea presencial (Borges hace notar esta característica de la amistad, que perdura toda la vida aunque no haya presencia). Pero muchos desaparecen y solo quedan en el recuerdo y en la añoranza.
Ahora, cada vez más cerca de la puerta de salida, me acuerdo más de ellos y quisiera dedicarle un especial abrazo y un sincero deseo de que les haya ido bien en la vida. Algunos, por cuestión de edad, pueden que ya no estén entre los vivos, a otros sin embargo no los he logrado localizar, ni siquiera mediante las redes sociales.
En realidad son como estrellas fugaces que han adornado nuestra vida en un momento determinado y a los que espero encontrar un día cualquiera en el firmamento.
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