En la vecindad de los dólmenes hay otro proyecto estrella para la vega antequerana
OPINIÓN. Las historias que nos contamos. Por Carmen Molina Cañadas
Bióloga y ecologista
21/12/20. Opinión. La bióloga Carmen Molina escribe, en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, un texto sobre el proyecto de Hyperloop en Antequera: “Me sorprendió por la ausencia de datos que avalen tan arriesgada y costosa aventura y la falta de ponderación sobre su necesidad real para la ciudadanía, más allá de la creación de un puñado de puestos de trabajo durante su compleja construcción...
Las buenas ideas no necesariamente se convierten en buenos proyectos y los buenos proyectos no siempre responden a las necesidades que la ciudadanía, de modo mayoritario, tenemos".
Hyperloop: ¿Obsesión por la velocidad o atracción por el despilfarro?
En las últimas semanas han menudeado “publirreportajes” sobre un llamativo proyecto que aspira a ofrecernos una movilidad supersónica. Los insertan en los informativos de algunas cadenas que no pueden presumir de imparciales y eso genera ciertas dudas razonables.
La vega de Antequera ya sufrió un macroproyecto (el del anillo de pruebas ferroviarias, 11 millones € impulsado por Magdalena Álvarez y Miguel Ángel Heredia) con la oposición de ecologistas, hosteleros y agricultores de la Vega de Antequera. Dejó sin estrenar dos gigantescas naves que iban a conformar el Centro Integral de Servicios Ferroviarios de Málaga. A ese proyecto varado se sumó un tramo del proyectado AVE Málaga-Sevilla, (280 millones € invertidos para la línea que comunicaría ambas ciudades andaluzas en 55 minutos, y con miles de hectáreas de cultivo expropiadas y sin producir). Ambos proyectos encallados en las fértiles tierras antequeranas y en medio de su feraz vega, coincidieron en el tiempo con el lanzamiento de Elon Musk de su idea de construir un tren ultrasónico basado en tubos de vacío y levitación magnética.
La inversión prevista para completar el macroproyecto del Anillo Ferroviario en Antequera se elevaba a 400 millones €. Y no pudo ser. Desde 2013 llevan durmiendo el sueño de los justos las gigantescas naves construidas por Adif junto a la estación de Bobadilla. Pero transcurre el tiempo y políticos ocurrentes caen en la cuenta de que se puede aprovechar el despilfarro que supusieron las instalaciones vacías y polvorientas en mitad de la vega y las vías, también polvorientas del tramo ejecutado entre Antequera y Marchena para un AVE que no culminó su objetivo.
Así también había muerto la promesa del eje transversal de líneas AVE que conectaría con alta velocidad el territorio de Andalucía. Solo que ese eje aún no había dejado esqueletos como los de la Vega de Antequera. Fue la promesa -en época de burbujas económicas-, ofrecida por presidentes entusiastas, que ni siquiera analizaron su viabilidad. O que necesitaban ofrecer promesas electorales que ilusionaran a sus votantes.
Y hete aquí que surge, lo que puede dar utilidad a esas infraestructuras inútiles y varadas en la fértil vega; es el Hyperloop, en el que llevaba trabajando varios años Elon Musk de la mano de Tesla. El Hyperloop, anunciaban, que se convertiría en el tren del futuro. Suspendido dentro de un gran tubo en el que evitaría el rozamiento, se afirma que “puede llegar a desarrollar hasta 1.200 km/h”.
Y así, nos quieren subir en ese tren sin preguntarnos y sin preguntarse algunas dudas al respecto.
Corre el año 2018 cuando es preguntado el consejero de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, en comisión parlamentaria, por la implicación de la Junta en el proyecto de “Innovación” de HYPERLOOP en Bobadilla (Antequera). Este mostró una actitud receptiva al proyecto en desarrollo, para el transporte de pasajeros y mercancías en tubos al vacío, a tan alta velocidad que, en principio, se acercaría a la del sonido. En términos generales, el consejero se manifestó en sintonía con iniciativas que, según su opinión, implican modernidad y generación de empleo, tanto más si es en I+D+i. La pregunta, realizada por el portavoz del grupo C´s aludía a la firma de un convenio entre ADIF y la empresa Virgin. Esta empresa decía querer aprovechar las naves sin uso en Bobadilla del fallido anillo ferroviario, propiedad de ADIF y la infraestructura ferroviaria de titularidad autonómica de alta velocidad entre Antequera y Marchena sin uso definido en ese momento.
La ligereza con la que se respondió a tal pregunta me sorprendió por la ausencia de datos que avalen tan arriesgada y costosa aventura y la falta de ponderación sobre su necesidad real para la ciudadanía, más allá de la creación de un puñado de puestos de trabajo durante su compleja construcción. Las buenas ideas no necesariamente se convierten en buenos proyectos y los buenos proyectos no siempre responden a las necesidades que la ciudadanía, de modo mayoritario, tenemos. Este podría ser el caso, aunque no se lo planteara así el portavoz de C´s en la Comisión de Fomento y Vivienda del parlamento andaluz, para quien esta buena idea parece ya, de manera obvia la mejor apuesta para el futuro, el tren súper veloz que todos necesitamos. Lo tenía tan claro que no se molestó en detallar las necesidades que vendrá a cubrir, el coste que supondrá, los efectos en el territorio, con nuestra complicada orografía… Le parecía obvio que este es un gran proyecto. Y entonces… ¿para qué detenerse en minucias como ésta? Además, como cualquier inversión en infraestructura se traducirá en empleo. ¿Es que hay que aclarar algo más?
De hecho, en la sección de economía de algunos medios ya se felicitaban afirmando: “España está de suerte. Málaga albergará un centro de desarrollo del Hyperloop, el transporte del futuro ideado por Elon Musk, fundador de Tesla, y desarrollado por Virgin”. Mucho nombre, mucha marca, para vender no se sabe bien qué. Aun así, genera entusiasmo en políticos profanos en la materia. Sólo falta que ofrezcan los representativos molletes de Antequera para entretener la travesía en un superveloz artefacto dentro de una innovadora y compleja tubería imantada. ¡Menuda suerte! Nuestra marca entre lo mas granado de la innovación tecnológica.
Son tales las expectativas, que ponen en presente lo que es un hipotético futuro. Quieren hacerlo visible explicando que se convertirá en un complejo valorado en 500 millones de dólares (unos 433 millones de euros) que generará 250 puestos de trabajo de “alta cualificación” en cinco años, además de otros cientos de empleos indirectos.
El protocolo suscrito entre el consejero delegado de Virgin Hyperloop, y la presidenta de Adif, asumía como fiable el estudio de viabilidad realizado por la empresa estadounidense. Decía, no obstante, que la inversión estaba “supeditada” a la obtención de 126 millones de euros en convocatorias de ayudas públicas en forma de préstamos y subvenciones de I+D+i para las instalaciones. Ya los quisieran algunos esforzados investigadores del plan nacional, que reciben unos 200.000 € de media, si son afortunados, para tres años de proyecto. Si “pillaran” el 1% de la subvención propuesta, se financiarían más de 100 proyectos a nivel europeo en nuestra tierra. Pudiendo contratar a más de 200 investigadores y seguramente con resultados tangibles para problemas que ya tenemos aquí. Por ejemplo, investigaciones sobre la Xylella u otras plagas en nuestra agricultura, o sobre el cambio climático y cómo adaptarnos a condiciones cada vez más extremas, y que, según los modelos de la propia Junta, fulminará la mayor parte de nuestra franja de clima Mediterráneo subtropical en pocos decenios. Ese clima sobre el que descansa el turismo de la Costa del Sol o la producción de subtropicales. Eso también es I+D+i pero pegado a la tierra y a las necesidades y problemas reales de las personas, que vemos cómo se nos aproxima un futuro menos halagüeño de lo que nos gustaría.
Y, sí, yo estaba en esa comisión atónita, ojiplática viendo al consejero y escuchando su respuesta. Sorprendida por la facilidad con que se pueden dar por válidos y con muy poca información disponible contrastada, proyectos de una envergadura como la propuesta, y que seguramente se acabarán financiando con dinero de todos, sin detenerse un poco, sin poner algunas reservas. Espero equivocarme, por el bien de todos, pero puede que además de naves vacías en Bobadilla y las vías de AVEs abandonados, nos encontremos pronto con unos decorativos tubos de tecnología aeroespacial en la vega de Antequera. Y, cuando pasen muchos, muchos años, alguien lo verá tan interesante como los dólmenes de este paraje milenario.
No voy a entrar en detalles sobre las razones que me hacen dudar tanto, de la viabilidad de este proyecto, ya que son aspectos técnicos, aunque de fácil comprensión, si los explican aquellos que saben. Y en este caso hay quien lo hace muy bien. Lo podéis consultar en el Blog del ingeniero Luis Rodríguez, como hice yo por ver cuánto tenía de verosímil la propuesta. En https://profundidad.net/blog/timo-del-hyperloop.
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