“Es bueno que nos miremos en los espejos de otras mujeres, cautivarnos con sus historias, con lo que han logrado y lo que han vivido. Saber que hay muchas formas de tejer comunidad”

OPINIÓN. Las historias que nos contamos. Por Carmen Molina Cañadas
Coord
inadora de Andalucía de Ali
anza Verde

08/03/22. 
Opinión. La coordinadora de Andalucía de Alianza Verde, Carmen Molina, escribe en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un texto recordando a cuatro grandes mujeres que tienen en común su visión ecologista y sostenible de la tierra: Lynn Margulis, microbióloga y colaboradora en el desarrollo de la teoría de Gaia; Wangari Maathai, bióloga e impulsora...

...del Movimiento Cinturón Verde por lo que recibió el Nobel de la Paz; Rachel Carson, bióloga que contribuyó al conocimiento del lugar que ocupa la especie humana en el mundo y a promover políticas y conductas para preservar ese mundo; y Elinor Östrom, “la mujer que mas sabe del gobierno de los Bienes Comunes”,  reconocida con el Premio Nobel de Economía.

El Feminismo se enreda y teje con historias de mujeres

Es bueno que nos miremos en los espejos de otras mujeres, cautivarnos con sus historias, con lo que han logrado y lo que han vivido. Saber que hay muchas formas de tejer comunidad. Es algo que las mujeres, en general, sabemos hacer bien. Sabemos que sin cooperación no llegamos, pero que juntas no hay quien nos pare. Aligera nuestras cargas, las de cada una, saber que no estamos solas.


Os voy a contar sobre unas pocas que para mí han sido y siguen siendo referentes. Con pinceladas breves pero elocuentes:

1) Lynn Margulis era microbióloga, autora de una teoría, la endosimbionte, que la llevó a revolucionar la teoría de la Evolución reivindicando que el funcionamiento de los organismos vivos en la simbiosis, (asociación de organismos en la que hay beneficio mutuo, en la que ambos sacan provecho de la vida en común) demostraba, que la evolución ha actuado a través de la cooperación. Y no exactamente como nos enseñaron con la teoría darwinista de competencia y supervivencia del mas fuerte. Lynn Margulis colaboró con Lovelock en el desarrollo de la teoría de Gaia, esa que se fraguó con la idea de que el ecosistema Tierra funciona como un superorganismo.

Con la inspiración de las reflexiones que se hizo en su día Lynn Margulis, podemos imaginar cómo abordar la crisis global asumiendo los postulados que ella aplicó en la Biología y que han acabado siendo admitidas por la comunidad científica, tan reacia al principio. Es decir, evolucionemos cooperando y desechemos la competencia como motor.

2) Wangari Maathai Bióloga y ecologista, políticamente algo anarquista. Tenía la conciencia clara de que desde la política hay que actuar para mejorar la sostenibilidad, la vida de la gente, y la de las generaciones futuras; y que eso depende del mantenimiento de los ecosistemas donde nacemos, vivimos y nos desarrollamos.  Aunque como casi todas las niñas de su aldea, iba a por agua, ella logró estudiar. Gracias a una beca, se licenció en Biología en Estados Unidos. Volvió a Kenia con la independencia recién estrenada en su país e inició el camino del activismo. Entró en la Asociación de Mujeres Universitarias, porque ya sabía que la unión en asociaciones es la que da la fuerza para cambiar los viejos esquemas. Comenzó por dar la batalla en defensa de la libertad de cátedra en un país, Kenia, que se encaminaba hacia el autoritarismo y la corrupción.


Trabajó con mujeres del campo, cada vez más deforestado y con problemas como inseguridad alimentaria, malnutrición; falta de agua, de leña y de ingresos. Les decía: 'Si no tenéis leña, plantad árboles". Surgía así el Movimiento Cinturón Verde. Las mujeres empezaron a gestionar semillas y a plantarlas.

Más de 47 millones de árboles plantados gracias a su impulso. Cuando recibió el Nobel de la Paz, algunos la bautizaron como la Mujer Árbol. Y en ese momento tenía 3.000 viveros atendidos por 35.000 mujeres.

3) Rachel Carson En 1962 la escritora y bióloga marina Rachel Carson publicó “Primavera silenciosa”. Contribuyó al conocimiento del lugar que ocupa la especie humana en el mundo y a promover políticas y conductas para preservar ese mundo. Ayudó, con su libro y su testimonio, a la creación, años después de su muerte, de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), a controlar el uso de pesticidas, a la celebración del Día de la Tierra, a las leyes que se dictaron en muchos países sobre pesticidas y productos similares y, en fin, al desarrollo del movimiento filosófico y político que hoy llamamos ecologismo. Con Rachel Carson supimos que nuestra especie no es dueña de la naturaleza, sino parte de ella. Lo aceptáramos o no, éramos, y somos, parte de esa naturaleza. Rachel pasó por una mastectomía en 1960 a causa de un cáncer de mama, que se le diagnosticó mientras preparaba y escribía el libro. Murió dos años después de la publicación del mismo, en 1964. El cáncer de mama se asociaba a la exposición a productos químicos carcinogénicos, cuyo control ella pidió. Este año, se cumplen 60 desde la publicación de Silent Spring, y ante el empeoramiento de las condiciones ambientales y sanitarias a nivel mundial, las nuevas tecnologías destructivas y el agotamiento de recursos, vale la pena recordar y valorar su trabajo pionero.

Todavía hablamos en términos de conquista. Todavía no hemos madurado lo suficiente como para pensar que somos solo una pequeña parte de un vasto e increíble universo”, había dicho Carson. “La actitud del hombre hacia la naturaleza es hoy de importancia crítica simplemente porque ahora hemos adquirido un poder fatídico para alterar y destruir la naturaleza de la que dependemos”.

Carson ayudó a cambiar nuestra manera de ver el mundo y nuestro lugar en él.

4) Elinor Östrom la mujer que mas sabe del gobierno de los Bienes Comunes. Nació y creció en la pobreza durante los años de la Gran Depresión (años 30 del siglo pasado). Sabiendo que los sistemas de organización política son complejos, afirmaba que: “complejidad no es lo mismo que caos”. Y concluyó tras analizar y contrastar gran número de estrategias de gestión, que muchos de los problemas ecológicos que generamos y luego queremos resolver con tecnología, se solucionarían mejor con habilidad política y social. Se trata de administrar los recursos de los que dependemos, organizándonos para que un uso desmesurado no nos prive del mismo. Así que analizó a lo largo de 5 décadas las actividades colectivas de gestión que se correspondían con un aprovechamiento óptimo de los recursos comunitarios compartidos. Porque los seres humanos somos capaces de interactuar para mantener a largo plazo y sin deteriorar, los recursos que son comunes. ​Su obra culminó en el reconocimiento por parte del Comité del Premio Nobel en 2009, que la galardonó en el área de Economía.


El manejo de los bienes comunes, los derechos de propiedad, el capital social y la acción colectiva eran los elementos que incluía en su ecuación. Cómo acertar en el uso del capital natural para que se conserve la diversidad biológica y se asegure la subsistencia económica de los dueños de ese capital. Para ello consideró fundamental la capacidad de comunicación entre los individuos. Ese es el motor para la cohesión y la cooperación y confiere a la organización social un sentido profundo y amplio. Cuando esto no se da, se consiguen sociedades desiguales y conflictivas.

Creo que estos cuatro perfiles de mujer (por supuesto hay muchos mas) dan buena cuenta de lo que perdería la sociedad si prescindiese de lo que nos legaron, con su vida, con su obra y con su ejemplo.

Vaya en el día de la mujer, mi agradecido homenaje a sus figuras.

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