“No interesa reciclar porque es más cómodo contaminar. Si además, consigues quemar la basura, entonces reciclar es malo, porque quita poder calorífico a la basura”
OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA
11/03/22. Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión habla sobre el reciclaje: “tenemos al que no le interesa que se recicle, porque reciclar no es rentable. Si fuera rentable, todo se reciclaría bien en vez de arder el material una y otra vez. En España se llama «Ecoembes» y...
...—curiosamente— está formada por las grandes empresas del punto anterior”.
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La educación ambiental empieza en las leyes: el bote oculto del reciclaje
Se enfadan conmigo cuando digo que reciclar no es ecológico. Se enfadan cuando digo que la culpa de lo poco y mal que se recicla no es —en el fondo— del que tira el envase al suelo. Luego, me obligan a aclarar lo obvio: el que tira un envase en la calle, en el campo o en una papelera es uno de los culpables, pero más culpables son los que se lucran con eso (sabiendo todo lo que sabemos):
- Primero están las empresas que ganan mucho vendiendo comida/bebida basura, envasada en envases que son basura tras un único uso.
- Segundo, tenemos al que no le interesa que se recicle, porque reciclar no es rentable. Si fuera rentable, todo se reciclaría bien en vez de arder el material una y otra vez. En España se llama «Ecoembes» y —curiosamente— está formada por las grandes empresas del punto anterior.
- En tercer lugar encontramos al poder legislativo: el gobierno y todo el congreso elegido. ¿Por qué no hacen leyes adecuadas? ¿Será porque las grandes empresas perderían mucho? ¿A quién deben defender? ¿Al interés general o al interés de las grandes corporaciones?
Imaginemos dos titulares de prensa. Ninguno es cierto del todo, pero la conclusión a la que nos llevan sí lo es.
- Titular 1: «Las personas de clase alta apenas separan correctamente sus residuos para ser reciclados».
¿Qué podemos concluir de ese titular? Que los más pobres separan mejor, pero dado que ellos consumen menos, el impacto de los ricos es mayor. Efectivamente, el impacto ambiental más grave es el que hacen los más ricos. Sus lujos asfixian al resto de la biosfera (turismo, aviones, consumismo…).
- Titular 2: «Las personas de clase baja no separan correctamente sus residuos para ser reciclados».
Para muchos, ese sería un titular más creíble. La mayor incultura de las clases bajas les impide conocer el impacto ambiental de sus actos. Los trabajos basura consiguen crear «clientes de las mismas empresas que los esclavizan«. Además de ser pobres se les carga con la culpa de no ser compradores ni consumidores responsables.
- Titular real: «Nuestra sociedad genera demasiados residuos que no se tratan adecuadamente».
Por supuesto: el que tira un envase reciclable al suelo (o a la basura) es culpable de frenar el reciclaje y de contaminar. Pero eso no resuelve el problema, porque la educación ambiental es un proceso lento (que además ni siguiera se está tratando adecuadamente). ¿Quién tendría que organizar una educación ambiental masiva? No es casualidad que la respuesta a esa pregunta sea la misma que a esta otra: ¿Quién puede evitar que se vendan productos de alto impacto ambiental?
La respuesta a ambas preguntas es: el poder legislativo. Los que hacen las leyes no están haciendo su trabajo adecuadamente. La solución al problema del plástico, de los microplásticos y de las latas tiradas, es extremadamente simple, si hubiera voluntad política.
No interesa reciclar porque es más cómodo contaminar. Si además, consigues quemar la basura, entonces reciclar es malo, porque quita poder calorífico a la basura. Es decir, reciclar hace que la basura sea menos útil como combustible. Quemar basuras es el peor tratamiento posible, para la economía y para la salud. Sin embargo, en Málaga quieren hacerlo (un gobierno del PP, por cierto).
Un puñado de empresas son las mayores contaminantes del planeta. Nos engañan diciendo que hay que reciclar (aunque no se recicle). Ahí tenemos a los tres personajes que hablamos al principio. Son tres personajes distintos, pero un solo actor verdadero: el altísimo interés económico, todopoderoso y al que alabamos con cada euro que les damos.
Cada compra es un voto —dicen algunos—, pero la gente humilde vota menos y compra (votan) con menos conciencia, denuncia Sara Mesa. ¿A quién vas a votar en tu próxima compra? ¿Y en las próximas elecciones?
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