“Nuestra sociedad no puede permitirse, por ejemplo, construir más aeropuertos, ni más autopistas, ni más aviones de pasajeros, ni más vehículos para fines personales. Un vehículo ecológico nunca será personal. Ni siquiera deberíamos hacer más aparcamientos”
OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA
20/10/23. Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión escribe sobre los combustibles fósiles: “El Sol es nuestro gran aliado. Gracias a él tenemos toda nuestra comida, además de energía hidroeléctrica y eólica (el Sol mueve el agua y el viento), energía...
...de biomasa (porque la fotosíntesis acumula energía química en los tejidos vivos)… y también la energía de los combustibles fósiles (que procede de la biomasa de eras pasadas y, por tanto, no es renovable)”.
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Todo es energía; casi todo es petróleo
Me gusta elegir algo al azar —un vaso, un árbol, un calcetín, un paisaje…—; y entonces imaginar su pasado y su futuro, de dónde viene y a dónde irá. Intento construir y completar la historia de ese algo. En todo hay energía. Un río no fluye sin la energía potencial del campo gravitatorio; ni sin la energía solar que elevó el agua. Una montaña no pudo ascender sin la fuerza geotérmica que impulsa las placas tectónicas o que expulsa material volcánico.
En la Tierra (y probablemente en cualquier planeta) la energía más constructiva viene del espacio, de una estrella (el Sol en nuestro caso). La energía del interior de la Tierra (geotérmica), la del interior del átomo (nuclear) o la que nos regala la Luna (mareomotriz) también participan en la construcción de historias, pero el Sol es nuestro gran aliado. Gracias a él tenemos toda nuestra comida, además de energía hidroeléctrica y eólica (el Sol mueve el agua y el viento), energía de biomasa (porque la fotosíntesis acumula energía química en los tejidos vivos)… y también la energía de los combustibles fósiles (que procede de la biomasa de eras pasadas y, por tanto, no es renovable).
El protagonismo de este último tipo de energía es patente en todo lo que rodea las civilizaciones modernas. Seguramente, tu ropa existe gracias al petróleo, el soporte en el que estás leyendo esto existe gracias al petróleo, tu comida existe gracias al petróleo, y hasta el árbol que ves por tu ventana se trasladó y se plantó usando petróleo. No solo hemos bañado de petróleo nuestras vidas, sino que las hemos hecho peligrosamente petrodependientes.
Con suerte, algunas personas aún cultivan sus propios alimentos en un pequeño huerto, o tienen placas solares en su vida. Pero… ¿de dónde y cómo consiguen las semillas, el abono o el metal de la azada? ¿Con qué energía se han construido los paneles solares o se han extraído sus materiales? ¿Con qué fuerza se pretenden reciclar sus elementos tras los 20 o 25 años de vida útil? Al final, desgraciadamente, es fácil encontrar rastros negros en la historia.
Solo los cables para transportar la energía eléctrica tienen una importante huella fósil, tanto en el cobre de su corazón como en el plástico de su piel. Por esto último, es necesario transitar hacia una sociedad con más potencia de accionamiento directo (sin electricidad).
Ya sabemos (o deberíamos saber) las principales causas y consecuencias de la emergencia climática (es una emergencia porque deberíamos actuar de forma urgente y decidida). Por tanto, cualquier cosa que nos haga aumentar el consumo de energía fósil debe ser rechazada de plano. Nuestra sociedad no puede permitirse, por ejemplo, construir más aeropuertos, ni más autopistas, ni más aviones de pasajeros, ni más vehículos para fines personales. Un vehículo ecológico nunca será personal. Ni siquiera deberíamos hacer más aparcamientos. De hecho, deberíamos destruir aeropuertos, aparcamientos y autopistas (y ponerles un peaje asequible para fines ambientales). Hay que parar la construcción de un futuro poco esperanzador para los jóvenes y plagado de insufribles sofocos para todos.
Tenemos que transitar hacia una sociedad baja en consumo energético fósil (directa e indirectamente). No podemos permitirnos más errores y, sin embargo, esto parece tabú.
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