“Una de las peores enfermedades hoy en día es la desinformación, sus bulos. Y atención, porque son mentiras perfectamente orquestadas. No son pocos los votantes que eligen su opción en base a noticias falsas, aunque luego se arrepientan”

OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA


01/12/23. 
Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión escribe sobre la inmigración: “Falta mucha educación, en los países origen de la inmigración, pero también en los países destino. Algunos dicen que hay racismo o xenofobia. Mentira. Cualquier extranjero...

...—sea de la raza que sea— será bien recibido en Europa o en Estados Unidos si tiene dinero. Con varios millones se puede comprar hasta la ciudadanía española”.

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Inmigración, miedo y bulos

La película El día de mañana (R. Emmerich, 2004) imagina que la crisis climática avanza generando una nueva era glacial en el hemisferio norte (una de las muchas consecuencias posibles y poco agradables). Nueva York es devastada por una descomunal tormenta de hielo y los estadounidenses que sobreviven tienen que migrar en masa al sur, saltando la frontera con México, el camino inverso de los migrantes de hoy.

Aunque Emmerich abusa de escenas peliculeras, hay al menos dos reflexiones tan evidentes como ignoradas. Por una parte, está lo que podríamos hacer para evitar lo peor de la crisis climática-ambiental. Por otra, dado que no estamos haciendo apenas nada en esa línea, gran parte de la población de los países ricos tendrá que abandonar su casa. Sin duda, España será un país de refugiados ambientales.

Creas o no este inquietante pronóstico, es bueno plantearnos una pregunta: ¿cómo nos gustaría que nos trataran si tuviéramos que emigrar por motivos ajenos a nuestra voluntad?

Todos tenemos derecho a buscar una vida digna

Ciertos partidos políticos —precisamente los que más airean sus raíces cristianas— nunca leen la Biblia para saber lo que dice esa religión sobre su ideología. Por ejemplo cuando hablan de inmigración (Mateo 25:35-40; o Deuteronomio 27, 19, por citar un par de pasajes). En cambio, tienen un desvergonzado interés en meternos miedo de los migrantes: han dicho que son delincuentes, que son terroristas yihadistas, que son una invasión (una plaga, como animales), y hasta que propagan enfermedades


Precisamente, una de las peores enfermedades hoy en día es la desinformación, sus bulos. Y atención, porque son mentiras perfectamente orquestadas. No son pocos los votantes que eligen su opción en base a noticias falsas, aunque luego se arrepientan. Así pasó, por ejemplo, descomunal y ejemplarmente, con la votación del Brexit en Reino Unido. Y algunos se están arrepintiendo desde entonces; y rogando por otro referéndum.

Los que meten miedo sin datos (o con datos falsos), debemos desenmascararlos y arrinconarlos. Los países ricos tenemos el poderío económico suficiente para atender humanamente a los migrantes que aquí están. Si tenemos dinero para destrozar el planeta, algo quedará para ayudar a los más necesitados. No podemos desentendernos de ese problema, al igual que es imposible cerrar las fronteras herméticamente. Es absurdo. Lo más ético (y tal vez lo más útil) es ayudar a los que están aquí y a los países origen de esa inmigración. Entender sus problemas y las causas nos facilitaría ayudar de la forma más eficiente posible.

Falta mucha educación, en los países origen de la inmigración, pero también en los países destino. Algunos dicen que hay racismo o xenofobia. Mentira. Cualquier extranjero —sea de la raza que sea— será bien recibido en Europa o en Estados Unidos si tiene dinero. Con varios millones se puede comprar hasta la ciudadanía española. Todo legal. Por tanto, lo que hay es miedo, rechazo… tal vez odio, a los pobres. Es, sin duda, aporofobia.

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