“Para reducir la pérdida de biodiversidad lo que necesitamos es más educación ambiental, especialmente de la clase política. Esto facilitará la prevención y la concienciación que tanto necesitamos”

OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA


22/12/23. 
Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión escribe sobre las especies ‘invasoras’: “Si ya es difícil definir el concepto de especie en Biología, definir con precisión lo que es una especie invasora y una plaga es sencillamente imposible...

Las palabras «invasora» y «plaga» tienen significados peyorativos, pero cuando hablamos de especies que no están donde se supone que es su origen, la especie más invasora es el Homo sapiens”.

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Soluciones para las mal llamadas especies invasoras

Si ya es difícil definir el concepto de especie en Biología, definir con precisión lo que es una especie invasora y una plaga es sencillamente imposible. Las palabras «invasora» y «plaga» tienen significados peyorativos, pero cuando hablamos de especies que no están donde se supone que es su origen, la especie más invasora es el Homo sapiens. Resulta tan insultante y vergonzoso que solo el orgullo impide reconocerlo.

Se pueden usar otras palabras para decir lo mismo, sin ese significado denigrante. Para algunas especies podemos usar la palabra «visitante», o tal vez mejor, la expresión de «especie trasladada a la fuerza por el humano». Así, empezamos a poner el foco en lo importante. Un poco más técnico y aséptico es usar la expresión «especie alóctona».

Sin duda, trasladar artificialmente especies entre distintos ecosistemas es uno de los problemas más graves para la biodiversidad (sin olvidar los ingentes daños económicos y que se siguen cometiendo fallos, intencionadamente o no). Los científicos aseguran que si todo continúa como hasta ahora, para 2050 el número total de especies exóticas a nivel mundial se espera que sea aproximadamente un tercio más alto que en 2005. Hay que resaltar el adverbio artificialmente. Los animales y plantas se mueven también de forma natural, pero lo hacen de forma más limitada y, por tanto, más respetuosa con las demás especies.

Por otra parte, se habla poco de que también hay efectos positivos de las especies alóctonas sobre las autóctonas, tales como facilitar alimento y refugio, la polinización, o la dispersión de semillas. Por supuesto, hay especies alóctonas que ejercen a la vez influencias positivas y negativas para distintas especies concretas.

La palabra plaga es muy antropocéntrica

Las cotorra argentina ha sido calificada por algunos como plaga. Emplear esa palabra da excusa suficiente para promover campañas de erradicación y muerte, sin leer ningún estudio científico. Se sabe que las cotorras benefician a multitud de especies que utilizan sus nidos para criar y protegerse. A veces, se impulsan campañas de instalación de nidos para ciertas especies, cuando las cotorras hacen ese trabajo gratuitamente.


Tengamos presente que existen multitud de casos en los que las medidas para acabar con supuestas plagas han ocasionado más daños que beneficios. Hay muchos ejemplos bien conocidos desde Australia con los conejos, a España con los topillos.

Delante de los intereses humanos a corto (o cortísimo) plazo, debemos colocar los estudios científicos y éticos, teniendo en cuenta multitud de factores, entre ellos, si especies sintientes se ven afectadas.

Al ser humano le falta mucha humildad para reconocer que la naturaleza gestiona los ecosistemas mejor que el mejor equipo de biólogos o ingenieros forestales. No obstante, poco a poco va teniendo más aceptación la renaturalización de ecosistemas, lugares en los que el humano rechaza su intervención todo lo posible.

Conclusión para reducir la pérdida de biodiversidad

Buenas noticias: un juzgado ha paralizado uno de los planes urbanísticos más grandes de España en la costa (en Burriana, Castellón). Quieren encementar una de las pocas costas sin urbanizar: 6.000 viviendas, un campo de golf de 18 hoyos y un paseo marítimo de dos kilómetros. ¿Son una especie invasora o una plaga esos Sapiens?

Para reducir la pérdida de biodiversidad lo que necesitamos es más educación ambiental, especialmente de la clase política. Esto facilitará la prevención y la concienciación que tanto necesitamos. Además, también requerimos una buena educación en ética que nos permita hacer mejores decisiones, arrinconando nuestro antinatural egoísmo.

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