“Una persona vegana es aquella que, «por razones éticas con los animales, rechaza y no participa de cualquier acto o producto donde se utilicen o se hayan utilizado animales»”

OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA


05/04/24. 
Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión escribe acerca sobre un libro de veganismo: “Ibai Vegan explica detalladamente lo que es el veganismo y deja claro que no es «una dieta para estar más sanos ni una dieta para salvar el planeta, sino que...

...el veganismo es un movimiento que se posiciona con una meta precisa: liberar a los animales». El objetivo es que se protejan los animales con sus derechos”.

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Libro La era del veganismo, de Ibai Vegan @ibai_vegan

Un libro necesario. Primero por el vivo crecimiento de la ética vegana. Y segundo por la necesidad que tenemos todos de esta solución. Si reducimos la explotación de los animales, todos salimos ganando. Los carnívoros también.

En España, en 2021, el 7,8% de la población española mayor de 18 años se declara vegana. Cuando leas estas líneas, ese porcentaje habrá aumentado.

Este libro (Zenith, 2022) comienza haciendo una revisión histórica del veganismo, desde el jainismo y Pitágoras, hasta el ALF (Frente de Liberación Animal), una organización animalista que ha llevado a cabo miles de acciones. ALF no tiene una jerarquía clara, por lo que cualquier acción pacífica y animalista puede ser asignada a ALF por sus autores. A pesar de su carácter pacífico, los animalistas han sido acosados violentamente, condenados a prisión e incluso asesinados. También se cuenta la relación entre veganismo, feminismo y ecologismo.

Ibai Vegan explica detalladamente lo que es el veganismo y deja claro que no es «una dieta para estar más sanos ni una dieta para salvar el planeta, sino que el veganismo es un movimiento que se posiciona con una meta precisa: liberar a los animales». El objetivo es que se protejan los animales con sus derechos. El veganismo no es una moda. La propia ONU ha dicho repetidamente que «una dieta vegana es vital para salvar al mundo del hambre, la escasez de combustible y los peores impactos del cambio climático». Insistamos en que el veganismo no es una forma de comer, sino que una persona vegana es aquella que, «por razones éticas con los animales, rechaza y no participa de cualquier acto o producto donde se utilicen o se hayan utilizado animales». El veganismo no solo rechaza alimentos de origen animal (leche, huevos, miel…); sino también ropa de origen animal (cuero, lana…); y tampoco monta encima de animales (caballos, burros…); ni acude a espectáculos con animales (circos, acuarios, zoos…); ni usa cosméticos con ingredientes animales o testados en animales; y, por supuesto, también está en contra de la experimentación con animales para cualquier fin. Se trata de reconocer —como dijo Laurel Braitman— que zoos, acuarios, circos, laboratorios y granjas son cárceles que esclavizan y enloquecen a los animales.


Por otra parte, el vegetarianismo solo se centra en la dieta, con distintas versiones de alimentos permitidos o no, mientras que el flexitarianismo es una forma de vivir omnívora, pero tendiendo al veganismo con excepciones puntuales.

El veganismo es la única opción antiespecista. El especismo consiste en «tratar a los individuos de una especie como moralmente más importantes que los miembros de otra, aunque sus intereses —vivir, no sufrir y ser libres— sean los mismos». Y sigue diciendo: «Especismo es que una sociedad llore por la matanza de un perro, pero normalice la matanza de millones de vacas, cerdos, pollos o peces cada día». La línea ética se pone en la sintiencia, la capacidad de sentir con un sistema nervioso (del que las plantas carecen, por si hay que aclararlo). Esa sintiencia ha sido reconocida por la ciencia para todos los animales (comestibles), incluyendo insectos y bivalvos (aunque sea estos últimos con un sistema nervioso simple).

Ibai concluye: «lo mínimo que puedes hacer si te preocupan los animales y quieres ser parte de la lucha que los defiende es ser vegana».

Mitos de la alimentación vegetal

Este capítulo empieza con una cita de la OMS que calla muchas bocas: «Las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades». Multitud de sociedades médicas, pediátricas y nutricionistas han publicado similares conclusiones, incluyendo a, por ejemplo, el Comité Olímpico Internacional.

La alimentación no vegana puede ser muy perjudicial para la salud, especialmente si se incluyen carnes procesadas (cancerígenas según la OMS), carnes rojas (posiblemente cancerígenas según la OMS) o pescados carnívoros (como el atún o el pez espada, que acumulan mercurio en niveles peligrosos).

La alimentación es un punto fundamental porque el 96% de los animales que el ser humano mata lo hace para alimentación. Esto supone matar 3.000 animales terrestres cada segundo. Los animales acuáticos no se incluyen porque no se cuentan por individuos, sino por toneladas, por lo que superan, sin duda, la cifra de animales terrestres. El mayor escollo en este aspecto es que la alimentación forma parte de nuestra vida y cultura y, para algunos, proponer un cambio supone un ataque personal.

Resumidamente, algunos de los mitos que derriba el libro respecto a la nutrición son:

- Ir al nutricionista es recomendable siempre, especialmente si comes mucha carne. «Un omnívoro es un animal oportunista, y puede vivir perfectamente si no encuentra animales (…). Comer animales no es una necesidad, es una posibilidad».

- Hay proteínas en las plantas. Las proteínas vegetales no están asociadas a enfermedades cardiovasculares ni al colesterol malo ni a la diabetes Tipo 2. Las vacas pastando están ingiriendo proteínas, sin comer carne. La mejor fuente son las legumbres. Aquí es bueno aclarar que algunos alimentos tienen proteínas completas (garbanzos, soja, algunas alubias, pistachos, quinoa, semillas de cáñamo, amaranto…), pero en otros se dice que son incompletas porque tienen poco de algún aminoácido. Por ejemplo, las lentejas tienen poca metionina. La solución es comer lentejas con otros alimentos, justo como se suele hacer: verduras, cereales…

- Hay alimentos vegetales con más calcio que la leche. Algunas asociaciones nutricionistas cobran de la industria láctea para incitar a tomar sus productos. No es por salud, sino por intereses económicos. Si quieres saber más sobre los problemas de los lácteos de dejamos este artículo. Ibai se hace eco de estudios científicos que indican que el queso es adictivo, como una droga. La explicación está en la caseína, muy abundante en el queso porque para fabricarlo se necesitan hasta diez veces su peso en leche.

- Vitamina B12. Es una vitamina presente casi exclusivamente en alimentos de origen animal. La B12 es de origen bacteriano y está presente en la tierra, en los pastos y en los ríos. Los animales encerrados en granjas tienen que ser complementados con esta vitamina artificialmente para no enfermar. Los veganos se suplementan con pastillas de B12 (una a la semana y son baratas), pero los no veganos también y de una forma mucho menos eficiente, porque utilizan animales como intermediarios y se pierde mucha de esa vitamina.

- Los niños pueden ser veganos porque necesitan los mismos nutrientes que los adultos, solo que en diferente cantidad. Los padres y madres veganas son injustamente acusados de imponer un tipo de dieta a sus hijos, pero la realidad es que todos los padres imponen una dieta a sus descendientes y, los padres veganos lo hacen informando, sin mentir y normalmente de forma más equilibrada.

- Los alimentos de origen vegetal son más baratos de producir y conservar y no requieren más tiempo de preparación. Ciertos alimentos, como el queso vegano, pueden ser más caros que sus versiones tradicionales, pero eso son casos puntuales que pueden cambiar conforme aumente la demanda.

Otros temas que trata el libro son:

- Las subvenciones a la industria de la carne, leche y huevos, que en la UE son de las mayores del mundo (por no hablar del dinero público que se lleva la pesca y la caza).

- El consumo de carne se asocia con el poder en el imaginario colectivo; y el poder se sigue asociando a la masculinidad. De ahí, que los que se consideran «antiveganos» sean en general también machistas (además de supremacistas, negacionistas, cínicos y especistas, según un estudio).

- Los animales de granja suelen matarse cuando son bebés, para que su cadáver este tierno. Estos cachorros son adorables y casi nadie se atrevería a matarlo en condiciones normales, pero la sociedad ha normalizado que sean otros los que los maten lejos de nuestra vista.

- Los que deciden pasarse al veganismo no lo hacen porque la carne deje de gustarle. El motivo no es el sabor, sino la ética. Como bromeó diciendo Dani Rovira, es como cuando tienes novia que renuncias a todas las demás mujeres por razones éticas y no porque dejen de gustarte. Hay tres motivos clásicos para continuar comiendo carne: costumbre, comodidad y cultura (las tres ces).

- Muchas personas sufren «disonancia cognitiva», razón por la que están en contra de que se maten animales, pero no ven mal comérselos.

- La excusa de que los leones comen carne es absurda, porque los leones también matan las crías de otros machos. Es decir, el comportamiento de los leones (ni de cualquier otro animal) no puede ser una guía moral para los humanos. Por otra parte, el león no puede elegir lo que come, mientras que tú, posiblemente, sí. Por si no fuera suficiente, pongamos otra diferencia entre humanos y leones: los leones no cazan cuando no tiene hambre, mientras que los humanos cazan, pescan, depredan y encierran animales por encima de sus necesidades.

- Los peces sienten dolor y la masacre es aún mayor que la de aves y mamíferos (más de 200 millones de toneladas al año). Los problemas de la pesca son aún mucho más graves que los de la caza. El libro recomienda los documentales Seaspiracy y Lo que el pulpo me enseñó (en esos enlaces tienes una breve sinopsis con algunos datos curiosos). También se comentan los gravísimos problemas de la pesca de arrastre y las distintas formas horribles de matar animales marinos: por asfixia, por descompresión, por aplastamiento, por congelación, por hervirlos… A las personas que comen pescado por su contenido en omega-3, les informa que hay alimentos vegetales con ese componente (nueces, avena, quinoa…) y sin la contaminación por mercurio o microplásticos que sí tiene el pescado.

- Tomar leche en edad adulta o de otras especies es totalmente antinatural y, por tanto, no es necesario. Una vaca que podría vivir unos veinte años, es desechada en la industria láctea a los cinco. Entonces, la vaca va al matedero para la industria cárnica. Por nuestra parte, ya indicamos 6 razones para no tomar lácteos y, además hay leches vegetales baratas y fáciles de hacer en casa. Te recomendamos el relato Refugiada, sobre una vaca lechera.

- Las industrias del huevo y de la leche descartan a los machos y los llevan al matadero rápidamente. Las hembras podrían vivir doce años, pero a los dos años su producción de huevos cae y dejan de ser rentables. La producción de huevos, incluso los ecológicos, tiene serios problemas ambientales y de maltrato animal.

- La miel es un producto que fabrican las abejas para ellas mismas. Se pueden decir varias cosas en contra del consumo de miel, pero lo más importante es que es un producto que se roba a las abejas. La apicultura es otra forma de ganadería en la cual lo importante no es el bienestar animal, ni la biodiversidad, sino maximizar la producción. Por otra parte, la miel tiene los mismos problemas sanitarios que el azúcar, porque la miel es prácticamente lo mismo que el azúcar.

Animales en laboratorios

En teoría, a partir de 2013 no están permitidas las pruebas con animales en Europa para productos cosméticos. Sin embargo, hay demasiadas excepciones. Además, sigue estando permitido el uso de ingredientes de origen animal. Con lo cual, el maltrato animal se sigue cometiendo en la industria de los cosméticos.

También se usan conejos, monos, ratas o perros, por ejemplo, para la industria farmacéutica o médica. La probabilidad de que un estudio hecho en animales acabe beneficiando a los humanos es del 6%. Además, el 90% de los medicamentos testados en animales fallan en ensayos clínicos posteriores en humanos. Por otra parte, hay numerosas alternativas mejores que la investigación con animales. Entre otras, las pruebas con humanos que aceptan libremente los posibles riesgos.

A parte de lo dicho, el debate ético está en si tenemos derecho a maltratar animales para posibles avances médicos para humanos. Multitud de médicos y científicos (no necesariamente veganos) opinan que no.

Animales para entretenimiento y para la moda

El libro analiza también cómo se maltratan animales solo para que unos pocos se diviertan. Por ejemplo, tenemos:

- Tauromaquia. Desde las corridas de toros hasta los toros embolados, son actos crueles de maltrato animal que la mayoría de la población española detesta. Afortunadamente, la tauromaquia está perdiendo interés en los pocos países en los que aún es legal.

- Caza deportiva. Otro  acto de maltrato animal despreciado por la mayoría de la población. Los argumentos de los cazadores son falsos y fáciles de desmontar: control de poblaciones, negocio, etc. Al final cazan por placer, matan seres inocentes y provocan pérdida de biodiversidad y desequilibrios (matando a los depredadores). Las armas de caza producen más daños a los humanos que los accidentes de tráfico que provocan los animales. Esos accidentes se producen con mayor frecuencia en temporada de caza, porque los animales huyen despavoridos de los cazadores. Es decir, la caza también provoca accidentes de tráfico. Los animales deben de tener pasos seguros de fauna por donde cruzar carreteras y vías de tren.

- Montar a caballo. Quizás los caballos peor maltratados sean los de carreras. Viven encerrados en cuadras, sufren sesiones de entrenamiento muy duras, lesiones, dopaje y, cuando no sirven, viajan al matadero. Toda la hípica se basa en la sumisión de una especie animal.

- Zoos y acuarios. No son herramientas de educación porque no se ven los animales en su hábitat. Tampoco sirven para la conservación de especies, sino más bien para lo contrario y el maltrato animal es evidente. El dinero, dice Ibai, debería invertirse en los lugares donde realmente viven esos animales. Solo son éticos los centros de rescate y reinserción. «No es lo mismo rescatar y reinsertar que capturar y encerrar».

- Circos. Cada vez hay más prohibiciones para los circos con animales, porque el maltrato es evidente durante toda su vida y, especialmente, durante el entrenamiento.

- Moda. El autor sugiere donar las prendas con productos animales: bolsos, zapatos, cinturones… Cuero, seda, lana, plumas, etc. se cuelan en multitud de prendas. El libro sugiere también potenciar los mercados de segunda mano, lo cual es bueno aunque pueden darse efectos indeseados.

Activismo ambiental

«No podemos hablar de crisis climática y medioambiental sin hablar de veganismo». Así de contundente se muestra el autor mostrando que ser veganos es de las cosas más decisivas para respetar la naturaleza (también lo dice la ciencia). Algunos de los datos que expone son:

- «Cualquier alimento de origen vegetal, traído de cualquier lugar del mundo tiene menor impacto medioambiental que cualquier alimento de origen animal producido de forma local». Más información sobre esto en este artículo.

- «La industria ganadera (carne y lácteos) es la segunda industria del planeta que más emisiones de gases de efecto invernadero emite, por detrás de la industria energética».

- «Contamina más una persona que come animales en bicicleta que un vegano en un coche 4×4».

- «Comer carne dos días a la semana equivale a casi 300 km de emisiones de un coche diésel mediano».

- Con respecto al agua, el autor sostiene que está bien ducharse rápido y cerrar el grifo cuando sea posible, pero «la ganadería consume en España tanta agua en un año como todos los hogares juntos en dos décadas», por no hablar de la contaminación de acuíferos que provoca la ganadería.

- «Consumir carne significa también deforestar los bosques». La mayoría de los incendios forestales son para ocupar el espacio con el ganado o para cultivos destinados a alimentar ganado. El 70% de la deforestación mundial es culpa de la ganadería. Todo un 77% de la producción de soja es para alimentar ganado, mientras que solo el 7% se destina a alimentos directamente para humanos. Por tanto, los problemas de la soja derivan principalmente del consumo de carne.

- También el problema del plástico en el mar se resolvería en gran parte siendo veganos. «El 46% de los plásticos que encontramos en el mar provienen de las redes de pesca» (según Seaspiracy).

- El veganismo también facilita la reducción del hambre en el mundo. «Un animal como la vaca come y bebe mucho más que un humano, y se calcula que para producir un kilo de carne se necesitan 16 kilos de plantas (…). El 65% de las cosechas mundiales son para alimentar ganado. Si esto lo destináramos a los humanos, no habría hambre en el mundo». También se ganarían terrenos que podrían renaturalizarse (el 83% de la superficie cultivable mundial se destina a alimentar animales).

El libro termina resolviendo dudas típicas como:

- La posibilidad de alimentar a nuestro perro o gato de forma vegana, completa y equilibrada. Si piensas que es algo no natural, tampoco es natural que los animales vivan en pisos o se les pongan vacunas.

- La recomendación de no comprar animales y adoptar alguno sin hogar. El veganismo no puede aceptar que se compren animales para compañía. La adopción solo se acepta para mejorar las condiciones de vida de un animal.

- Hay golosinas veganas, porque las tradicionales usan gelatina a base de huesos, cartílagos, tendones y piel de distintos animales. Por otra parte, el azúcar es algo bastante perjudicial para medioambiente y salud.

- El aceite de palma no lo considera vegano porque procede de la deforestación. Además, es perjudicial para nuestra salud.

- La presencia de trazas de ingredientes no veganos es una advertencia a personas alérgicas (no para veganas). Los alimentos con trazas se pueden considerar veganos porque no incrementan la explotación de los animales.

- Insiste en que las plantas no sufren, porque no tienen sistema nervioso. Pero aún así, si las plantas sufrieran, una alimentación vegana produciría menos sufrimiento en las plantas que una dieta carnívora.

Por todo ello, concluye que «el ecologismo tiene que partir siempre de un profundo antiespecismo» y anima a todo tipo de activismo: en la calle, concienciando a amigos y familiares, protestando en las puertas de mataderos, impartiendo charlas, divulgando información, etc.

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