“Algunos creen que tener salud y un medioambiente óptimo no son buenos para la economía porque reducen el PIB. En realidad, no es bueno para su economía”
OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA
06/09/24. Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión escribe sobre los grandes beneficiarios de los atascos y la contaminación: “Limitar la libertad de los coches es la medida más necesaria para mejorar la habitabilidad en las ciudades...
...Esto puede ocasionar una disminución en la matriculación de vehículos, lo cual perjudica a estas compañías. Los límites a la contaminación benefician la salud. Sin embargo, para las empresas, son inconvenientes y gastos”.
Puede ver el artículo en su fuente original pinchando AQUÍ.
¿Por qué no reducir los atascos ni la contaminación en las ciudades?
Estamos (casi) acostumbrados a que ciertos partidos se opongan a las medidas ambientales. Lo argumentan sin pudor fuera de la ciencia. Sinceramente, no podemos extrañarnos que personas que no ven la pobreza en sus ciudades, tampoco vean la contaminación ni sus efectos (el caso de Ayuso es paradigmático).
Cuando quieras saber por qué se hace algo mal, pregúntate a quién beneficia.
¿Quién se beneficia de los atascos y de la contaminación?
Aunque la respuesta más inmediata sea «nadie», lo cierto es que hay agentes que se benefician —y mucho— de que las cosas vayan mal y de que no se tomen las medidas necesarias. Al menos, existen tres bloques claros:
1. Empresas automovilísticas. Limitar la libertad de los coches es la medida más necesaria para mejorar la habitabilidad en las ciudades. Esto puede ocasionar una disminución en la matriculación de vehículos, lo cual perjudica a estas compañías. Los límites a la contaminación benefician la salud. Sin embargo, para las empresas, son inconvenientes y gastos.
2. Sanidad privada. Los médicos saben muy bien que los episodios de contaminación van acompañados de incrementos notables de enfermedades, consultas médicas e ingresos en urgencias. Además de incrementar las muertes evitables, ya sabemos que la contaminación atmosférica —y el ruido— también afectan a la salud mental. Si la sanidad pública no funciona bien, los que puedan pagarán por una sanidad privada. ¿Será este el motivo por el que gran parte del dinero público va a empresas sanitarias privadas en vez de ir a reforzar lo público? ¿Hemos aprendido de la pandemia la importancia del sector público?
3. Petroleras. Las empresas que más se lucran con la contaminación mueven sus hilos para frenar cualquier avance. Se ha visto, por ejemplo, en las reuniones internacionales para frenar la contaminación por plástico.
Resumiendo, algunos creen que tener salud y un medioambiente óptimo no son buenos para la economía porque reducen el PIB. En realidad, no es bueno para su economía. Hay otras formas de medir el desarrollo. Se equivocan los que piensan que el decrecimiento es malo para el empleo. Usamos la palabra «decrecimiento» en oposición al manido crecimiento (económico), pero en realidad, el decrecimiento implica crecer, crecer en muchos sectores, crecer en sectores alternativos, crecer en bienestar compartido.
Puede ver aquí anteriores artículos de Pepe Galindo