Mientras, siguen las obras del ínclito arquitecto Seguí. Continúan las quejas por la pérdida de varias características que lo convertían en patrimonio histórico. Crecen los pastiches en la fachada que da al paseo marítimo
22/03/16. Sociedad. José Luis Santos, empresario hotelero, es el propietario del Palacio Miramar y máximo responsable de la rehabilitación que comenzó hace unos meses en el inmueble. El domingo el diario La Opinión de Málaga le preguntaba qué le había llevado a tomar la determinación de apostar por un proyecto como éste, el de convertir los antiguos juzgados de Málaga en un gran...
...hotel de lujo. Su respuesta: “Es una oportunidad para recuperar y devolverle su uso y dignidad a un edificio histórico”. Un buenismo impostado, propio de tantos empresarios locales. Santos dice eso en lugar de elegir la opción honesta, real y legítima: su verdadero objetivo es ganar dinero. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sigue retratando cómo avanzan las obras en la parcela. Crecen los voladizos en las esquinas que dan al paseo marítimo, operarios han confirmado a este medio que será la techumbre que protegerá a los coches en su acceso al garaje subterráneo. Ya han cambiado buena parte de las vallas de su clásico naranja al blanco.
LOS trabajos siguen a buen ritmo en el patio trasero, el de la piscina, el que da directamente al paseo marítimo. Allí ya se ha reformado la escalera, se están haciendo las balsas de agua, e incluso se está recubriendo con una techumbre bastante gruesa los accesos de los vehículos al garaje subterráneo.
LA construcción de estos gruesos ‘porches’ en las esquinas de la parcela pegadas al paseo marítimo sigue levantando las miradas de los viandantes, algunos estupefactos al ser una infraestructura nueva e inédita que nunca se había visto en el antiguo hotel ni en el edificio cuando era sede judicial. Ya la semana pasada los trabajos de estos porches significaron paradas de tráfico ocasionales en calle Keromnes.
MIENTRAS el propietario del hotel, Santos, defiende en los medios que su fin es hacer bien a un inmueble patrimonio de Málaga, el edificio sigue perdiendo todas las características que le hacían histórico y único. La intervención del arquitecto José Seguí, quien ha mantenido en todos los medios que su trabajo respeta profundamente al autor del hotel, Guerrero Strachan, ha soliviantado a activistas, como el colectivo Málaga REC, que directamente no está convencido de que el inmueble en su origen fuese blanco y verde y denuncia directamente la sobreutilización del mármol en algunas partes de la fachada.
ESO sí, los trabajos mantienen otro ritmo en la fachada principal que da a las calles interiores de La Malagueta.
DONDE sí han comenzado los trabajos es en las vallas exteriores. Al cierre de esta edición todavía había fragmentos del muro con la policromía tan característica de las últimas décadas. Mucha de esta muralla ya ha sido reemplazada por sillares blancos y verjas nuevas.
EJEMPLOS de cómo algunas reformas arquitectónicas han molestado entre los activistas y defensores del patrimonio son estas fotografías de la entidad Málaga REC, antes citada.
JOSÉ Seguí es el autor del proyecto y director de las obras que promueve el grupo Hoteles Santos y ejecuta la constructora ‘Obras y Reformas Picasso’ (ORP) en el Palacio Miramar de La Malagueta, antigua sede de los juzgados de la capital, para volverlo a convertir en el hotel que en su día fue. En 2012, el colectivo Ecologistas en Acción le premió con el galardón ‘Caballo de Atila’ “por su contribución a la destrucción medioambiental” a raíz de los masivos desarrollos urbanos que ha promulgado con el Plan de Ordenación Territorial (POT) de la Costa del Sol Occidental y los PGOUs de Ronda y Antequera, amén de ser el responsable de diseños como el de la megaurbanización La Resinera. Si bien la hoja de servicios de Seguí es abultada (desde la Ciudad de la Justicia de Málaga al Puerto de la Bajadilla de Marbella) el arquitecto es el autor de la única obra que, literalmente, hunde sus pilares en la misma ribera (dominio público hidráulico) del río Guadalmedina: la ampliación del estadio de la Rosaleda. También es conocido por ser un personaje esencial en la trama de la urbanización Los Merinos Norte de Ronda, como redactor del Plan de la ciudad de 1994, caso que todavía trae cola en el municipio, o por ser el protagonista de una inspección de Hacienda en 2008, que le señaló por no declarar un millón de euros (ver La condena a José Seguí por fraude a Hacienda destapa la operación por la que el ‘arquitecto de la Junta’ se hizo con más de un millón de euros especulando con Aifos y Grupo Mirador en Villanueva del Rosario).
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