El arquitecto Fernando Ramos, argumenta por qué desde 2008 se opone a su construcción denunciando las trampas que se usan: “El diario Sur publicó infografías del edificio en las que los bloques aledaños ‘crecían’ en altura, de manera que el hotel no parecía tan alto”
Ramos: “Como ya había intervenciones del desarrollismo en la zona, pues no pasaba nada por hacer una más. Y que para controlar, entre comillas, esas intervenciones del desarrollismo, lo que había que hacer era elevarse más todavía para absorber el impacto. Esto no lo digo yo, esto viene en la memoria del proyecto de Moneo”27/09/21. Sociedad. El hotel que se está levantando en el margen izquierdo del río Guadalmedina, firmado por el arquitecto Rafael Moneo, con una factura mediocre y mamotrética, al gusto del acalde de la ciudad, es una mole urbanística que va a cambiar el tradicional paisaje icónico de la orilla oriental del río. Se ha convertido ya, sin haber sido terminado, en un inmenso tapón que oculta...
...esa esquina del centro de Málaga desde cualquier perspectiva. Aunque no está terminado, tampoco es una de las ‘grandes’ obras de Moneo. Es tan corriente y funcional como el resto de bloques que jalonan la avenida de Andalucía. Pero a ninguno se ha dejado construir en esa esquina tan de oro como la de los muelles uno y dos. ¿Buen padrino? ¿Buen propietario de los solares de esa orilla? ¿De quién son? ¿Por qué se ha permitido tanto derribo y cambios en la normativa?... Es una información de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.
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Esta revista contacta con un profesional que lleva tiempo preocupado y escribiendo sobre la evolución de la ciudad. Esta Málaga fenicia que se mueve a golpe de dinero más que de planificación y que cuenta con un alcalde, Paco de la Torre, a quién no le preocupa no dejar ningún pasado urbano a los futuros malagueños. La banalidad, el provincianismo más cateto y el flujo económico es lo único que le preocupa. Para el arquitecto Fernando Ramos, esta construcción que se levanta obstruyendo y derribando miradas y edificios, “es el resultado de un planteamiento inadecuado”, que ha conseguido que por el camino “se haya perdido equipamiento que estaba previsto. Se ha destrozado el tejido urbano. Se ha desprotegido ilegalmente edificaciones y se ha modificado el PEPRI [Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Centro de Málaga] contradiciendo los criterios de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía”. Un resumen escalofriante.
El hotel de Moneo en el Hoyo de Esparteros ha conseguido sortear todos los obstáculos que la ley y la lógica le han ido poniendo por delante. Finalmente, el edificio de más de 50 metros de altura se levanta junto al río Guadalmedina, a pesar de la fuerte oposición ciudadana que ha tenido en contra. Una de las personas que más hincapié ha hecho en oponerse a este otro mamotreto en el paisaje malagueño, es Ramos, que lleva “desde el año 2008 diciendo lo mismo. Es el resultado de un planteamiento inadecuado. Había muchas alternativas para regenerar esa zona”.
Ramos asegura que “no se ha sabido gestionar adecuadamente. Ya desde el año 2003 en el que se cambió el planteamiento de manera unilateral, sin consenso de ningún tipo, por parte de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU)”. Explica que desde que “empezó a andar y por más que se ha alegado en todos los pasos que se han dado, no se ha atendido nada. Ninguna razón técnica ni a la oposición ciudadana, se ha seguido adelante con el rodillo de la Gerencia”.
Para sacar adelante el proyecto la GMU tuvo que aprobar una modificación de elementos del PAM (Planeamiento Aprobado Modificado)-PEPRI Centro en la ribera oriental del río Guadalmedina, algo que según Ramos “no convenció a nadie, es un documento absolutamente incoherente con el PEPRI, innecesario, incompatible con el Plan General y con una posible ordenación lógica y coherente de todo el Guadalmedina”. El proyecto se justificaba en que “como ya había intervenciones del desarrollismo en la zona, pues no pasaba nada por hacer una más, Y que para controlar, entre comillas, esas intervenciones del desarrollismo, lo que había que hacer era elevarse más todavía para absorber el impacto. Esto no lo estoy diciendo yo, esto venía en la memoria del proyecto del estudio de Moneo”, afirma Ramos.
Esto supone un problema con los edificios de la zona que estaban fuera de la ordenación urbana por su excesiva altura, ya que “al usar el desarrollismo como base donde justificarse, la consecuencia es que ahora alguien podría interpretar que es una legitimación del desarrollismo. Ahora si todas esas comunidades de vecinos, esos propietarios, ven que el desarrollismo ha servido para legitimar ese proyecto, pues lógicamente estarán en disposición de pedir que se consolide su edificación y que se deje de considerar en el Plan General como fuera de ordenanza”, explica Ramos.
También se produce una paradoja, asegura Ramos, y es que “en la revisión del PEPRI aparece una línea de trabajo que es intervenir sobre esos edificios del desarrollismo, porque son agresiones al BIC (Bien de Interés Cultural)”, sin embargo “mientras esa revisión del PEPRI se redacta, se aprueba y se pone en vigor, resulta que ha habido una modificación de elementos para añadir otra de esas agresiones. A ver como resuelve eso el PEPRI nuevo, a ver como se contradice a sí mismo, como intenta legitimar esta intervención y al mismo tiempo intenta que otras intervenciones desarrollistas queden fuera de ordenación”.
Para Ramos se ha tratado de una “propuesta urbanística que ha librado en solitario el Ayuntamiento”, que ya tuvo problemas en su momento con la Delegación de Cultura para que aprobaran la valoración medioambiental. “Cultura se negó dos veces a aprobar esa propuesta de altura y de volumetría, hasta que en el año 2009 echaron al delegado de Cultura y pusieron a otro, y se acabó el problema”, explica. Así, la Delegación de Cultura hizo una valoración ambiental. Si en la memoria del proyecto se decía que “había que hacer una intervención todavía mayor para controlar el desarrollismo”, en la valoración ambiental se decía que “esa nueva elevación no iba a tener un impacto significativo”. Para Ramos “son contradicciones que no tienen solución posible. Entonces en esa valoración ambiental se decía que aquello no iba a tener impacto, y sin embargo hoy estamos viendo que ese edificio con esa volumetría y esa altura se percibe desde todos los alrededores del centro, desde el interior del centro, eliminando visuales históricas, afectando a visuales de las torres, de los nodos, de los hitos del centro, afecta a todas las visuales interiores, exteriores, cercanas y lejanas, del BIC, del entorno del Guadalmedina y de la ciudad”. Ramos no entiende como “esa valoración ambiental ha sido positiva, que no hay impacto, o si lo iba a tener iba a ser positivo. Yo no entiendo como se ha podido justificar esa valoración, eso tendrá que explicarlo quién lo ha firmado”.
Ramos asegura que para que el hotel llegue a construirse “se ha perdido equipamiento que estaba previsto, se ha destrozado el tejido urbano, se ha desprotegido ilegalmente edificaciones y se ha modificado el PEPRI contradiciendo los criterios de la Delegación de Cultura”. Así, “el PEPRI nuevo pretende actuar contra los edificios del desarrollismo, y sin embargo en el camino ha modificado el PEPRI vigente para meter este disparate”.
Además, según Ramos el Ayuntamiento de Málaga “está en una situación en que la Junta tendría que quitarle las competencias sobre el BIC, porque ha sido incapaz, desde el año 2012 en que se le encargó el BIC, de revisar el PEPRI como es su obligación legal. No lo ha hecho y la Junta de Andalucía no le quita las competencias. Mi sospecha personal es que están esperando a que se acabe el hotel de Moneo, que se le de la licencia de habitabilidad, que entre en funcionamiento, y entonces aparecerá la continuidad de la tramitación de la revisión del PEPRI, igual que se hizo con la declaración BIC, que llegó en el año 2012 justo después de que se aprobara la modificación del PEPRI”.
Manipulaciones de Diario Sur
Por último, el Diario Sur publicó unas infografías del edificio en las que los bloques aledaños ‘crecían’ en altura, de manera que el hotel no parecía tan alto. Para Ramos, en Málaga “hay algunas controversias que se pueden discutir, que hay argumentos a favor y en contra, que hay materia de debate. Pero en esta cuestión hay algunos que han llegado a unas maniobras no ya estúpidas sino ridículas. Como su problema era negar la altura y el volumen que iba a tener ese edificio, pues se ha intentado todo tipo de artimañas, y se ha tenido que caer precisamente en lo ridículo y en la contradicción. Se ha mentido descaradamente en las alturas, y se han manipulado las infografías y las perspectivas”.
El Diario Sur trató de justificarse diciendo que “las infografías que habían publicado venían del estudio de Moneo, cosa que es falsa. Ahora se está comprobando en la realidad la volumetría, y ya no hay manipulación posible porque la realidad física es evidente”. Para terminar, Ramos asevera: “se ha dicho en un artículo en el Diario Sur que había contradicciones entre la memoria del proyecto y los planos, porque el periodista afirma que en la memoria se decía que no iba a tener más altura que su entorno y sin embargo los planos demostraban que sí iba a tener mayor altura. Esas supuestas contradicciones se señalan ahora por el mismo periódico que ha mentido descaradamente en unas manipulaciones propias de infografías y de perspectivas”.
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